martes, 8 de febrero de 2022

DR. ANDREA PRADER

Nació en Samedan, cantón de Grisones, Suiza, el 23 de diciembre de 1919 y vivió en Zurich. 
Tras licenciarse en la Universidad de Zurich, fue interno primero en Anatomía con G. Töndury en Zurich (1944-46) y, después, en medicina interna con A. Vannotti en Lausanne (1947).
En 1947 Prader fue asistente-adjunto al profesor Guido Fanconi, en el Kinderspital, el Hospital de Niños, Zurich. Prader aprendió pediatría general en sus primeros años con Hans Zellweger, el segundo del departamento, que marcharía a Beirut para ser jefe del Departamento de Pediatría de la Universidad Americana.
En 1950 fue becado en Nueva York en el Bellevue Hospital con Luther Emmet Holt Jr. y, en Baltimore, en la Johns Hopkins, con Lawson Wilkins, uno de los padres indiscutibles de la endocrinología pediátrica.
Los siguientes diez años desarrolló una ingente tarea asistencial y de fértil investigación clínica.
En 1951, Prader fue Oberarzt, jefe de residentes y, seis años después, fue Privatdozent, catedrático auxiliar (1957). Se doctoró en 1957. El título de su “Habilitationsschrift“ fue Intersexualität (Heidelberg, Springer-Verlag).
Sucedió a Fanconi como jefe del departamento del Kinderspital en 1962, hasta 1986. “Mis principales esfuerzos eran desarrollar la endocrinología pediátrica e iniciar los estudios del crecimiento normal y alterado”.
La cátedra y la gestión hospitalaria estuvieron cargadas de tareas y responsabilidades, pero Prader continuó científicamente activo, con equipos seleccionados, así como con numerosos doctores extranjeros invitados.
Se incrementó la afluencia de pacientes al Kinderspital de Zurich y de especialistas en aprendizaje. Este centro adquirió un gran prestigio, siendo de referencia europea para la endocrinología pediátrica.
Además de la caracterización del SPW, Prader participó en el descubrimiento de:
• Síndrome de pseudohermafroditismo del varón en hiperplasia adrenal congénita, o síndrome de Prader-Gurtner (publicado en 1955, con H.P. Gurtner).
• Hiperplasia adrenal lipoide congénita con R.E. Siebenmann (1957). Revisión de genética en dicha hiperplasia con J.C. Anders (1962)
• Intolerancia hereditaria a la fructosa (con E.R. Froesch, A. Labhart et al. 1957).
• Raquitismo vitamina D resistente tipo I llamado, inicialmente, Raquitismo hereditario pseudo-deficitario (1961, con R. Illig).
Otras contribuciones importantes fueron, cronológicamente, en cardiología pediátrica, con Ettore Rossi (1948), enfermedades endocrinas y metabólicas, con Guido Fanconi, trastornos genéticos (1951), fisiopatología de las hormonas esteroideas, incluidos las condiciones intersexo y los defectos en la síntesis de esteroides (1953), mucoviscidosis (1956). 
Tiene más de 300 publicaciones, desde 1945, en alemán, francés, inglés incluso, en español y en revistas suizas, y también otras europeas y americanas como Helv Paediatr Acta (revista fundada por G. Fanconi en 1945), Schweiz Med Wochenschr, Lancet, Nature, Pediatrics, J Genet Hum, J Pediatr, Eur J Pediatr, Arch Dis Child, etc.
Prader hizo contribuciones en el campo del crecimiento, la talla normal y patológica con incorporación de la matemática y estadística en dichos estudios. Fue uno de los primeros en el uso clínico de la hormona de crecimiento en insuficiencia hipofisaria (con R. Illig et al. Arch Dis Child 1964), terapia que había sido iniciada por M.S. Raben (1958).
Colaboró con el endocrinólogo pediátrico británico James Mourilyan Tanner (1920-2010) en estudios de crecimiento y desarrollo. Un ejemplo de esta importante colaboración es el descubrimiento de Prader con Tanner y V. Harnack del fenómeno de “crecimiento de recuperación” tras desnutrición o enfermedad, llamado “catch-up” (J Pediatr 1962). 
Dirigió el estudio longitudinal de crecimiento en Zurich. Estos trabajos establecieron referencias, no sólo de peso y talla, sino de densidad ósea y de volumen testicular. También, dieron lugar al diseño de un orquidómetro (1966) muy sencillo y útil como instrumento clínico para valorar el estadio de desarrollo puberal en el varón (orquidómetro de Prader).
Prader fue pionero en incorporar a la práctica clínica el progreso de la tecnología y las nuevas posibilidades diagnósticas y terapéuticas, adelantándose a la mayoría de los hospitales pediátricos del mundo. 
A principios de los 60, Prader le pidió al suizo Werner Schmid (1930-2002), por entonces profesor ayudante en Philadelphia, que instalara su laboratorio de diagnóstico en el Kinderspital de Zurich. Allí desarrolló el Departamento de Genética Médica. 
El profesor W. Schmid es reconocido como uno de los pioneros de la citogenética moderna.
Más adelante, facilitó e introdujo métodos de diagnóstico adicionales a los programas existentes, como el cribado para el hipotiroidismo y la hiperplasia suprarrenal congénita (con R. Illig y T. Torresani). 
La necesidad de investigaciones y diagnósticos de laboratorio supusieron un apoyo al desarrollo de técnicas como radioinmunoanálisis, cromatografía de gases y espectrometría de masas.
Ya durante sus primeros años de profesión impresionaba a sus colegas por su celo, por su estricta disciplina intelectual pero, también, por su curiosidad científica, su perspicacia y la rápida comprensión de nuevos conceptos. Ante el personal médico y subordinado se manifestaba en ocasiones estricto, exigente, disciplinado y a veces distante, ensimismado. No obstante, favorecía el tratamiento humano eficiente y óptimo.
Sus clases las preparaba con todo esmero y eran científicamente estructuradas. Era objetivo y justo, consiguiendo tiempo para dedicárselo a los estudiantes que le requerían.
“Si por otro lado, alguna persona “muy importante” decía algo que no tenía sentido, él se levantaba y se iba, sin esperar a perder más tiempo”.
Prader desarrolló una importante labor en la organización y liderazgo de la enseñanza académica al colaborar en la Facultad de Medicina. Supo, a la vez, mantenerse al día en prácticamente todos los aspectos de la pediatría.
El desarrollo tecnológico y las opciones diagnósticas y terapéuticas llevaron a mediados del siglo XX (finales de los 50 y los años 60) a establecer subdivisiones en la pediatría, con trabajo a tiempo completo, las subespecialidades.
Andrea Prader, en esos años 60-70, supo liderar su grupo y mostró cómo las subespecialidades podrían integrarse y, así, mantenerse la pediatría en su conjunto.
Era excelente conferenciante, claro y brillante, dirigido por la razón y la lógica. Sus conferencias eran siempre motivo de interés en todos los congresos locales e internacionales a los que fue invitado por todo el mundo, alcanzando fama internacional. “De sus conferencias siempre podía uno llevarse a casa un mensaje claro y útil”.
Prader fue uno de los principales impulsores y primer presidente del European Pediatric Endocrinology Club (1962), germen de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica (ESPE, 1965). 
Prader volvió a ser Presidente de la ESPE en 1971, sustituyendo al barcelonés J Francés, al fallecer éste ese año.
La estancia de Prader en 1951 con Wilkins también fue uno de los motores de la colaboración entre Norteamérica y Europa en endocrinología pediátrica, que persiste en la actualidad. Las sociedades científicas correspondientes, la ESPE y la LWPES (Lawson Wilkins Pediatric Endocrine Society, fundada en 1971) celebran un congreso conjunto cada 4 años.
Prader fue Presidente de la Sociedad Suiza de Pediatría (Schweizerische Gesellschaft für Pädiatrie) de 1972 a 1974. Más tarde, fue designado miembro de honor de dicha sociedad.
Recibió numerosas distinciones que apreciaba aunque, a menudo, no las mencionaba y sus discípulos se enteraban de ello por colegas en el extranjero. Se le eligió miembro del British Royal College of Pediatrics. Fue galardonado con el Premio Otto Naegeli en 1966 (uno de los honores más altos de la ciencia, en Suiza, para investigadores biomédicos). En Alemania, recibió la medalla Heubne de la Akademie der Naturforscher, Academia Alemana de Ciencias Leopoldina (1968). En Finlandia, recibió las medallas de las universidades de Helsinki y Turku. Fue nombrado miembro de honor de la Asociación Española de Pediatría (1989) y doctor honoris causa en varias universidades como las de Tokushima, Frankfurt, Lyon y Zaragoza.
La ESPE creó en 1988 un galardón anual, el Premio Andrea Prader, para miembros que hubieran desarrollado contribuciones decisivas en el campo de la endocrinología pediátrica.
Este premio, que se inició con Milo Zachmann, de Zurich, es una de las formas de mantener viva su memoria y su impulso.
Hay poco escrito sobre su vida privada. No se citan sus padres o antecedentes. El cantón de los Grisones es de habla italiana y alemana.
Se dice que es “una zona ruda, pero que la gente es de fiar”. 
Casado con Silvia Schucany (1946), fue padre de tres hijos. Era delgado, de mediana estatura, con voz clara y miope. Gran aficionado al arte y a la historia del arte, sobre todo a la pintura expresionista (especialmente, la de Emil Nolde), y también al circo. Visitaba museos, galerías de fotos y subastas. En ocasiones, en los eventos sociales se transformaba y se hacía divertido y humorístico. Zachman dice que “...no sólo era nuestro maestro en pediatría y endocrinología sino un ejemplo de continuidad, de honradez y austeridad, pero de gran riqueza interior al mismo tiempo... Incansable trotamundos a través de los hermosos jardines de la medicina, la ciencia y arte”.
Su jubilación fue en 1986 (67 años de edad), si bien siguió dedicando tiempo a sus pacientes privados, colaborando como asesor en el hospital, sin intromisión, incluso asistiendo a congresos, aunque con más tiempo para el ocio para su mujer y sus nietos. La enfermedad y muerte de su esposa (1995) cambiaron radicalmente su vida. Se fueron desvaneciendo su vitalismo e interés por la ciencia y el arte. 
Pasó sus últimos años en una residencia para ancianos.
Falleció el día 3 de junio del año 2001 en la ciudad de Zúrich.

* Canarias Pediatrica - 2014

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