miércoles, 7 de diciembre de 2022

DR. FRANCOIS MAURICEAU

François Mauriceau fue un obstetra frances nacido en Paris en 1637.
Ejerció ampliamente la obstetricia en París, tanto a título privado como en el Hôtel Dieu, que en aquella época era el principal establecimiento de Europa para la práctica del lecho femenino. 
En 1668, con sólo 31 años, publicó su gran obra "Traite' des Maladies des Femmes Grosses et Accouchies", que según André Levret, "sacó de la cuna" el arte de la partería.
El libro tenía un frontispicio dibujado por Antoine Paillet y grabado por Guillaume Vallet que incluía un retrato suyo en camafeo, ilustraciones de sus instrumentos y un aviso en letra pequeña a pie de página con la dirección de su oficina donde se le podía consultar, así como su calle transversal. En el siglo XVII no era habitual que un autor médico anunciara su consulta en el frontispicio de un tratado médico serio.
La tercera edición (1681) contenía las instrucciones de Mauriceau para extraer la cabeza venidera en el parto de nalgas con la ayuda de un dedo índice en la boca del bebé, lo que ahora se denomina "maniobra de Mauriceau".
Mauriceau hizo un total de cuatro ediciones revisadas del libro a lo largo de su vida y lo tradujo al latín en 1681. También apareció en alemán, holandés e italiano.
Dos años más tarde, Mauriceau recibió la visita de Hugh Chamberlen, miembro de la familia británica que poseía el secreto del fórceps obstétrico, quien tradujo su texto poniéndolo a disposición del mundo anglosajón. La influencia de esta obra en muchos aspectos de la obstetricia fue inmensa, y Mauriceau sigue siendo recordado epónimamente por su descripción del parto de después de venir de cabeza en presentación podálica. 
El libro de Mauriceau también contiene una sección titulada "De los niños recién nacidos y sus trastornos ordinarios, junto con las instrucciones necesarias para elegir una enfermera". 
Entre los 18 capítulos hay algunos sobre "Cómo cortar la lengua cuando se tiene la lengua pegada" y "Cómo curar las enfermedades venéreas en los niños". 
Aunque, en retrospectiva, su mayor impacto fue la influencia que tuvieron sus consejos sobre la posición que las mujeres debían adoptar durante el parto. 
Desde tiempos remotos, las mujeres de todo el mundo solían adoptar una postura erguida durante el parto.
En Europa, la silla de parto era especialmente popular.
Como ha escrito Atwood: "El primer cambio obstétrico importante en la posición de la parturienta se produjo cuando François Mauriceau sustituyó el taburete de parto por la cama. La posición que se adoptaba en una silla obstétrica se sustituyó por el decúbito para facilitar los exámenes y las operaciones obstétricas del obstetra" (sic).
Mauriceau escribió sobre este tema:
"La cama debe estar hecha de tal manera que la mujer preparada para el parto, se tumbe de espaldas sobre ella, con el cuerpo en una figura conveniente, es decir, con la cabeza y el pecho un poco levantados, de modo que no esté ni tumbada ni sentada. de esta manera respirará mejor y tendrá más fuerza para aliviar sus dolores, que si estuviera de otra manera, o hundida en su cama. 
Estando en esta postura, debe extender los muslos, doblando un poco las piernas hacia las nalgas... y tener los pies apoyados en algo firme; además de esto, déjela sostener a algunas personas con sus manos, que ella puede sostenerse mejor durante sus dolores... soportándolos, lo que puede hacer conteniendo la respiración, y forzándose, tanto como pueda, igual que cuando va a defecar...".
Dar a luz sigue siendo una de las cosas más peligrosas que puede hacer una mujer.
Es la sexta causa de muerte más común entre mujeres de 20 a 34 años de edad en Estados Unidos. Pero las estadísticas esconden una gran brecha entre hoy y lo que solía suceder hasta mediados del siglo XX.
El enorme y bienvenido cambio se debió a varios factores, como la mejoría en las medidas de higiene y la nutrición, así como cambios culturales.
Los médicos tendían a mantenerse lejos de los partos pues, como eran hombres, se consideraba obsceno que estuvieran presentes.
Pero a medida que la profesión de la medicina se desarrolló durante el siglo XIX, los doctores se fueron acercando al potencialmente lucrativo negocio de traer niños al mundo.
Sin embargo, siglos antes, ya otros se habían percatado de los beneficios de atender a las mujeres cuando estaban dando a luz, particularmente una familia francesa: los Chamberlen.
Históricamente, las mujeres morían de fiebre puerperal -también conocida como fiebre de parto o sepsis puerperal-, hemorragia, eclampsia (presión arterial peligrosamente alta e insuficiencia orgánica) y distocia, término para referirse a los partos laboriosos.
Y para lidiar particularmente con el último caso, la familia Chamberlen tenía un secreto muy bien guardado: los fórceps.
Antes de que existieran, cuenta Randi Hutter Epstein en su libro "Sácame: la historia del parto desde el Jardín de Edén hasta el banco de esperma", "a los bebés atascados en el canal de parto los sacaban a la fuerza, a menudo en pedazos".
"A veces, las parteras les quebraban el cráneo, matando al niño pero salvando a la madre; otras, rompían el hueso púbico, que a menudo resultaba en la muerte de la madre y la salvación del hijo".
Además, agrega, los doctores tenía todo un armamento de espantosos aparatos para enganchar, apuñalar y destrozar el cuerpo del bebé difícil de sacar.
"Muchos de esos aparatos se parecen mucho a las herramientas de tortura medievales".
Peter Chamberlen, luego conocido como "el viejo", y su hermano, también llamado Peter (el joven), nacieron en París en 1560 y 1572, pero como la familia era hugonota tuvieron que huir a Inglaterra.
Ambos siguieron la profesión de su padre, convirtiéndose en barberos cirujanos y reconocidos practicantes de partería.
Ambos, también, tuvieron problemas con las instituciones de la profesión de la época, por razones que iban desde inasistencia a lecciones hasta prescripción de medicinas prohibidas.
Francois Mauriceau le puso una tarea difícil.
Para demostrar las ventajas de los fórceps debía atender con éxito el parto de una enana raquítica de 38 años que tenía la pelvis tremendamente deformada y estaba en trabajo de parto obstruido.
Fue todo un fracaso y Chamberlen volvió a Londres pero con una copia del texto reciente de Mauriceau, el cual tradujo y publicó en Inglaterra en 1672. En el prólogo hizo referencia al secreto de familia:
"Mi padre, hermanos y yo (y que yo sepa nadie más en Europa), por la bendición de Dios y nuestro ingenio, hemos atendido y practicado durante mucho tiempo una forma de tratar a las mujeres en este caso (trabajo de parto obstruido), sin ningún perjuicio para ellas o sus hijos: aunque todos los demás (obligados por la falta de tal expediente a utilizar la forma común) deben poner en peligro, o destruir uno o ambos con ganchos ...
...me permito ofrecer una disculpa por no publicar el secreto... Mientras otros artistas los utilizan, a saber, mi padre y dos hermanos que viven de la práctica de este arte, no estimo propio publicarlo sin perjudicarlos".
Mauriceau se indignó de que la familia Chamberlen mantuviera en secreto un avance tan importante y los acusó de estafa común.
Pocos años antes de su muerte abandonó su lucrativa consulta y se retiró de la vida pública para vivir en el campo.
El Dr. Mauriceau murió el 17 de octubre de 1709.
Mauriceau fue reconocido por la profesión y recibió numerosos honores. Tuvo el honor de ser Prévot -jefe de la facultad- del famoso Collegium de los cirujanos de París en el Saint-Côme.
Fue el primero en describir el embarazo tubárico, la presentación de cejas, el tratamiento de la placenta previa y la rotura de membranas para inducir el parto. También introdujo los términos fouchette, fossa navicularis y pudendal.

* P M Dunn - University of Bristol, Southmead Hospital - Archives of Disease in Childhood 1991; 66: 78-79
* BBC Mundo - 2017
* Norman, Morton's Medical Bibliography, 5th ed. (1991) no. 6147. Hook & Norman, The Haskell F. Norman Library of Science and Medicine (1991) no. 1461. Norman, One Hundred Books Famous in Medicine (1995) no. 33. 

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