lunes, 24 de agosto de 2015

DR. JEAN LOUIS ALIBERT

Nació en el pequeño pueblo del suroeste francés de Villefranche de Rouergue, el 2 de mayo de 1768. Hijo de Pierre Alibert, consejero del "présidial de Villefranche", y de Claudine Alric.
Realizó los primeros estudios en las escuelas de los "Padres de la doctrina cristiana"; su vocación se inclinaba hacia el sacerdocio, pero en 1792 el movimiento revolucionario suprimió todas las órdenes y congregaciones religiosas. Lo mismo sucedió con las instituciones y corporaciones docentes, incluidas la Facultad de medicina y la Academia de cirugía.
Alibert decidió dedicarse a la enseñanza. Fue enviado a París en 1795 para ingresar en la Escuela normal que se abrió el 20 de enero de 1795, pero ésta se disolvió el 19 de mayo siguiente. 
En 1796 ingresó en la nueva École de Santé, reformulación de la vieja facultad, en la que la revolución introdujo importantes cambios.
Uno de ellos fue la unificación de la medicina y la cirugía. Otra fue la creación de hospitales especializados; por primera vez se dispuso de personal médico calificado para dedicarse a determinadas disciplinas tanto en la asistencia, como en la enseñanza y la investigación.
En este sentido el hospital en Francia se convertiría en la fortaleza principal de la docencia.
Otra característica fue la inclusión de nuevas materias en el curriculum como la historia natural, la química, la física y la farmacia, ciencias básicas que Alibert denominó "ciencias accesorias de la medicina".
Fue en este ambiente en el que se formó Alibert.
En su etapa de estudiante fue uno de los fundadores y secretario general de la Societé médicale d'émulation, en cuyas memorias publicó varios trabajos.
En 1800 leyó su tesis "Dissertation sur les fièvres pernicieuses ou ataxiques intermittentes". 
La preparó en el departamento que dirigía Philippe Pinel (1745-1826).
Se considera a éste como el eslabón entre la medicina del periodo ilustrado y la escuela anatomoclínica. Fue la cabeza de los médicos que eran conscientes de estar inaugurando una nueva etapa de la medicina. Aunque habitualmente se le recuerda como uno de los iniciadores de la psiquiatría como especialidad, no menos interesantes fueron sus contribuciones como patólogo, clínico y terapeuta. 
En 1801 el Hospital de San Luis, que en principio era una institución para pobres, se convirtió en un establecimiento para enfermos crónicos y de enfermedades contagiosas, especialmente las de la piel. Abundaban los enfermos de úlceras, escorbuto, escrófulas y lepra.
Fue a partir del comienzo de siglo que la dermatología y la venereología pasaron a ser especialidades. Uno de los motivos que más influyó fue precisamente la creación de los hospitales especializados.
El de Saint Louis tenía doscientos años de vida, pero fue en 1801 cuando sufrió el cambio radical. Alibert ingresó como médico adjunto ese mismo año, por sus méritos y quizás por la influencia de Cabanis y Michel Auguste Thouret (1748-1810).
En 1807 llegó a ser jefe médico del mismo y creó una clínica especial para las enfermedades de la piel. Supo ver las posibilidades de la institución y desarrollarlas. Llegó a decir: "He entrado en una profesión que está casi desierta, donde muy pocos hombres han penetrado antes que yo, donde todo es un problema a considerar con ahínco. Yo mismo me he trazado la senda que sigo. Que cada cual juzgue los numerosos obstáculos sobre los que tengo que triunfar".
Saint Louis se convirtió pronto en el centro mundial de la dermatología. Aunque según algunos como Ackerknecht, señalan que fue un teórico mediocre, su disnamismo y capacidad docente fueron reconocidos por la gran cantidad de estudiantes y clínicos consagrados que acudían a sus clases.
Allí tuvo tiempo de estudiar con minuciosidad las enfermedades que afectaban a la piel, enseñar sobre ellas y publicar, por lo que se le ha considerado como "padre de la dermatología" en Francia. 
Su enseñanza clínica fue una de las más populares de París. Su fama como docente creció; era muy teatral. Acudía tanta gente a sus clases que se veía obligado a salir del anfiteatro para impartir sus lecciones en los jardines, bajo los árboles.
Uno de sus estudiantes, Oliver Wendell Holmes, decía que el jovial anciano preguntaba cuando estaban en el patio del Hospital de Saint Louis: "Enfants de la méthode naturelle, êtes-vous tous ici?"
Alibert fue Asociado de la Academia Real de Madrid, de la de Ciencias de Turín, de la Sociedad de Ciencias de Gotinga, del Colegio real de Estocolmo, entre otros.
Estuvo casado con Constance-Marie Barrois.
Murió en París el 4 de noviembre de 1837.

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