Edward Hartley Angle nació en la granja familiar de Henrich (Condado de Bradford, Pennsylvania) el 11 de agosto de 1855. Allí vivió hasta los 16 años, entre otros afanes, ideando instrumentos y aun máquinas agrícolas, pero su afición al cultivo del campo era escasa.
Según se cuenta, una visita que hizo con su madre al dentista despertó la vocación a la que sería su profesión.
Después de graduarse en una escuela superior de Canton, entró como aprendiz en una consulta odontológica, para pasar después al Pennsylvania College of Dental Surgery (fundado en 1856) donde se graduó en 1878.
Con el título en su poder se instaló en Towanda, donde ejercería durante varios años. Pronto se interesó en el tratamiento de las desviaciones dentales y puso su empeño en emplear su facilidad para la mecánica, así como su genio inventivo para refinar y modificar los mecanismos que estaban en uso para
corregir la dentadura en ese momento.
Su delicado estado de salud –a causa de una tuberculosis– le obligaría a descansar, reanudando su ejercicio en Minneapolis (Minnesota).
En 1886 fue nombrado profesor de ortodoncia del College of Dentistry de la Universidad de Minnesota y allí regentaría esta cátedra hasta que presentara su dimisión, trasladándose a la Northwestern University Dental School de Chicago.
En 1895 se trasladó a St. Louis para continuar la práctica ortodóntica y estuvo en contacto con los mejores especialistas en odontología.
Aceptó un cargo en el departamento dental del Marion Sims College of Medicine (que le otorgaría el grado de doctor en medicina en 1897) aunque siguió en contacto con la Universidad de Chicago.
Sin embargo, pasaría después al departamento dental de la Washington University, en St. Louis.
Los artículos del Dr. Angle, al igual que los restos literarios de otros grandes pioneros, ofrecen una ventana clara a la naturaleza, las capacidades y las limitaciones notables del escritor, así como un rico panorama histórico de los acontecimientos y las relaciones durante los días seminales de la ortodoncia moderna.
Los archivos publicados incluyen la correspondencia y los documentos comerciales de Angle escritos entre el 3 de mayo de 1899 y el 19 de diciembre de 1910.
Fue una época de los logros más provocativos y de la prosperidad más acelerada de Angle. La mayor parte de este período incluye 9 de los 13 años de Angle (1895 a 1908) que pasó en St Louis, años dorados en el desarrollo profesional de Angle y en la historia de esa ciudad.
En estos años, el doctor Angle ya era bien conocido y respetado por sus novedosas y brillantes aportaciones en el campo de la ortodoncia y se le tenía por uno –si no el más– de los mejores
Pese a ello y a sus relaciones con varias instituciones odontológicas, advirtió que no lograría de las
autoridades un compromiso que impulsara esta especialidad, de modo que la demanda que estaba produciéndose en el país no tendría suficientes ortodoncistas.
Ello le animó a la creación, en 1900, de una escuela
propia de ortodoncia con su nombre, la Angle’s School of
Orthodontia, de la cual saldrían promociones formadas por
hombres adiestrados al más alto nivel, como Noyes, Hellman,
Ketcham, Strang, Weinberger, Dewey, Rogers, Stanton,
Mershon y Young, quienes difundieron por todo el
mundo las ideas del maestro.
En 1901 formarían la
American Society of Orthodontists de la que
Angle sería su primer presidente.
El primero
de sus artículos declaraba la intención de
establecer la ciencia de la ortodoncia
como una especialidad.
En 1904, la Escuela de Ortodoncia de Angle impartía dos clases al año, y muchos estudiantes venían de lugares distantes para aprender del ortodoncista clínico "más grande del mundo".
Durante la Feria Mundial de 1904, St. Louis fue la ciudad anfitriona del Cuarto Congreso Internacional de Odontología, al que asistieron muchos dignatarios extranjeros.
Angle presidió la sección de gran éxito del Congreso sobre “Ortodoncia” y, en el proceso, involucró a muchos que se hicieron nuevos amigos y seguidores.
En 1915 fue condecorado por la
universidad de Pennsylvania y un año
después marchaba a Pasadena,
California, donde residiría definitivamente. Allí, en compañía de Anna
Hopkins Angle (1872-1957), doctora en
cirugía dental en 1902, discípula suya después y desde 1906 su mujer, se dedicaría a su
gran pasión profesional, la ortodoncia, en la
nueva institución, The Edward H. Angle School of
Orthodontia, valiéndose enormemente de la ayuda conyugal.
Anna sería su gran colaboradora y una dentista muy activa en el establecimiento de la Edward H. Angle Society of
Orthodontia, además de la editora de la revista de esta institución, Angle Orthodontist, hasta el final de sus días.
Falleció el 11 de agosto de 1930 en su residencia de
verano de Santa Mónica (California).
Esa misma tarde, había
comentado a su esposa: “Anna, he terminado mi trabajo. No
podré nunca hacerlo más perfecto ni bonito. Siempre,
cuando he creado cosas nuevas, he sentido que podían ser
mejoradas, que faltaba algo, pero nunca podré añadir o quitar nada a éste. Me siento satisfecho”.
Toda una premonición.
Su estudio, donde trabajó hasta el final de sus días, se
encuentra expuesto, tal cual, en el National Museum of
American History, Smithsonian Institution, Washington, DC.
La obra de Angle si hay que poner una fecha de inicio en la repercusión de los
trabajos de Angle, ésta ha de ser la del verano de 1887, cuando
presentara en la sección dental del IX Congreso Médico
Internacional, celebrado en Washington, una comunicación titulada: Notes on Orthodontia, with a new system of regulation
and retention.
La acogida, por parte del estamento médico
dominante, no pudo ser más desoladora, recibiendo el joven
investigador las críticas más crueles. Ello no le amilanó sino que
se convirtió en estímulo para continuar en esta línea, sin duda
avalado por su propio convencimiento, que ya empezaba a
basarse en la confirmación positiva de sus tratamientos.
Este trabajo fue el germen de un libro que se considera el
clásico de la ortodoncia: The Angle system of regulation and
retention of the teeth, publicado ese mismo año y sucesivamente hasta 1907, en que conocía su séptima edición y un
montante de 628 páginas.
En Alemania, principalmente, pero
también en otros países europeos, conocería varias ediciones.
En 1899, en la prestigiosa revista The Dental Cosmos, de
la que fue colaborador habitual, publicó un trabajo
titulado "Classification of malocclusion", con la
originalidad de no establecer la posición de
los dientes anteriores en relación a los
demás sino fijarse en la que mantenían
los primeros molares entre sí, de manera que la clase I era considerada “normal”, la clase II de posición distal de
los molares inferiores y la clase III de
adelanto molar inferior, situación relacionada con el prognatismo.
Para uno
de sus discípulos, R. Strang, la ortodoncia nació cuando el doctor Angle
dio al mundo la teoría de la oclusión
normal de los dientes como una ley básica que juzgaba todas las deformaciones
del órgano masticador. La oclusión será la base
de la ciencia ortodóntica, entendiéndose como la
relación normal de los planos inclinados de los dientes
cuando los maxilares se hallen en contacto, así, pues, la
maloclusión no sería sino la perversión de sus relaciones
normales.
El equilibrio y la armonía de la boca con el resto
de la cara sólo se conseguiría con una oclusión normal.
La búsqueda para la perfecta fijación para el aparato
ortodóntico le condujo a cuatro inventos: el arco de expansión E (1900), el aparato Pin-and-tube (1912), el puente de
Ribbon (1915) y el puente Edgewise (1928).
Cada uno fue
superando al anterior en un intento de conseguir ese ideal
de perfección que Angle se había trazado como idearium
de su trabajo científico y así se puede comprobar cuando al
referirse a su último ingenio dijera: “Probablemente, ningún
otro mecanismo de ortodoncia haya experimentado un examen tan exhaustivo y severo antes de ser introducido públicamente”.
Los días de Angle terminaron al servicio de una
especialidad, la Ortodoncia, sin cuya dedicación hubiera
sufrido un considerable retraso científico.
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