lunes, 7 de marzo de 2022

DR. FERDINAND RITTER von HEBRA

Considerado como el fundador de la Escuela Vienesa de Dermatología.
Nació el 7 de septiembre de 1816 en Brno (Moravia), ciudad perteneciente al imperio austrohúngaro en aquella época. No se ha demostrado, aunque se ha hablado mucho del tema, que Hebra proviniera de una familia judía.
Era hijo extramarital de Aloysia Friederike Slawik, nacida Schwarzmann, que vivía separada de su marido. Su padre, Johann Hebra, era funcionario con el grado de oficial (militar del regimiento de infantería). Una vez que Alosya quedó viuda en 1830, contrajeron matrimonio. Tres años más tarde fallecía y Hebra adoptó a su hijo 
Sus primeros estudios los realizó en Judenburg y luego en Gratz, obteniendo su licenciatura en Medicina en la Universidad de Viena en 1841.
Tras un breve interés por la Medicina Legal fue contratado como médico ayudante en Allegemeines Krankenhaus (actual Hospital General de Viena) por el doctor Joseph Skoda. Hebra fue asignado a la sección dedicada a los pacientes con dolencias cutáneas. Aquella sala recibía el nombre de Ratzestation o «sala de los sarnosos», ya que la dermatosis más frecuente en aquellos momentos era la escabiosis.
El joven Hebra demostró desde el principio, como Alibert, un gran entusiasmo ante su nueva, y según sus compañeros, desagradable tarea.
En 1844 publicó, tras algunos experimentos e incluso la autoinoculación con el ácaro de la sarna, un tratado sobre la escabiosis, "Uber die Krätze". En este trabajo afirmó rotundamente que el ácaro era el causante único de la sarna, arrinconando definitivamente la teoría patogénica humoral.
Otro de los temas que le interesó en aquella época fue el de las dermatosis por irritantes. Tras varios experimentos con el aceite de crotón tópico, resaltó la gran importancia que los factores locales debían de tener en la producción de las enfermedades cutáneas.
Durante el año 1848, o en 1845 según otras publicaciones, se le nombró jefe del Departamento médico de enfermedades cutáneas, servicio que, en el Hospital General de Viena de nuestros días, se denomina Departamento Médico VII. 
La independencia del departamento de Skoda marca un hito en el nacimiento de la Dermatología como disciplina independiente en los países de habla germánica.
Dotado de un talento especial para la observación morfológica, supo utilizar el abundantísimo material del que disponía, publicando en 1845 una clasificación de las enfermedades cutáneas. El título que Hebra dio a la publicación de su clasificación, "Versuch einer auf pathologishe Anatomie gegründeten Eintheilung der Hautkrankheiten" o «Un intento para la clasificación de las enfermedades cutáneas según criterios anatomopatológicos», nos indica dos cosas. Una se refiere a la provisionalidad que se supone a un primer trabajo y la otra tiene que ver con el fundamento científico de la obra.
Este sistema de clasificación se basó en los principios histológicos establecidos por el doctor Karl Rokitansky, amigo y compañero de Hebra, para el resto de la Patología médica. En su clasificación, Hebra agrupó las enfermedades según los supuestos cambios anatómicos encontrados en las lesiones elementales. Con ello no hay que pensar que Hebra dominó el estudio microscópico, ya que en algunos casos sólo presuponía cuáles podrían ser los hallazgos histológicos, y en todo caso se refería al estudio con cortes gruesos.
Hebra estableció un total de 12 clases de enfermedades: hiperemias, anemias, alteraciones en la secreción de las glándulas cutáneas, exudaciones, hemorragias, hipertrofias, atrofias, neoplasias, pseudomalignidades, neurosis y parasitosis.
En la descripción de los cuadros clínicos utilizó una nomenclatura bastante similar a la empleada por Plenck y Willan.
Esta clasificación supuso un avance muy importante sobre la diseñada por Robert Willan, que estaba basada en la lesión inicial o elemental, consiguiendo reflejar los avances científicos de la época en la cual fue realizada.
Dicho trabajo permitió a Hebra la preparación de su obra más importante, Hautkrankheiten o «Atlas de enfermedades cutáneas». Fue publicado entre 1856 y 1876, en 20 fascículos, que reunidos formaban dos volúmenes. Colaboraron como ilustradores otros dos médicos, Anton Elfinger (1821-1864) y Karl Heitzmann (1836-1896). Contenía una bellísima colección de acuarelas de todas las enfermedades cutáneas conocidas, salvo las de transmisión sexual, representadas en diferentes momentos evolutivos. Una parte del Atlas puede encontrarse en la dirección de Internet: http://www.dermis.net/Hebra.
Hebra fue un magnífico profesor. Era riguroso, didáctico y ameno. Como Alibert, «dramatizaba» en algunos momentos con el fin de llamar la atención sobre los hechos más sobresalientes del caso presentado. Realizaba las sesiones clínicas en un anfiteatro próximo a la sala de hospitalización. Los pacientes eran examinados subidos a un pedestal giratorio. Hebra conseguía, a veces con comentarios sarcásticos, que sus estudiantes recordaran los hallazgos más interesantes de la historia clínica del paciente. Se puede calificar de «detectivesco» el método que usaba para llegar al diagnóstico final.
En 1842, un año después de su llegada al Allgemeines Krankenhaus, organizó un curso sobre enfermedades cutáneas, de carácter privado, dirigido a médicos y estudiantes. Este curso tuvo tanto éxito que fue incorporado poco después, en 1844, al curriculum de la Universidad de Viena.
En 1849 fue nombrado Profesor de Enfermedades Cutáneas, el primero, si no tenemos en cuenta a las enfermedades de transmisión sexual, de lengua alemana. Este título puede resultar curioso, pero parece ser que hasta 1858 no se utilizó con regularidad el término Dermatología para designar a la especialidad.
En 1869 obtuvo la cátedra de Dermatología.
Hebra se casó con Johanna Edle von Huze Zinsenfels. Una de sus hijas, Martha, se convirtió en la esposa de otro famoso dermatólogo, Moritz Káposi. Otro de sus hijos llamado Johannes, más conocido como «Hans», fue dermatólogo y profesor de Dermatología.
Recibió múltiples distinciones honoríficas, siendo nombrado caballero Ritter en 1877. 
En 1879 se convirtió en presidente del Colegio de Médicos de Viena y en miembro de la Academia Imperial de las Ciencias.
Murió el 5 de agosto de 1880 en Viena. Probablemente la causa de su fallecimiento fue un cuadro de insuficiencia cardíaca secundaria a la enfermedad pulmonar crónica que padecía desde su juventud.
Entre las enfermedades que describió, o al menos aquellas en las que se reconoce su contribución, destacan el lupus eritematoso crónico tipo discoide, el liquen ruber plano, la tinea cruris, conocida como «eccema marginado de Hebra», el liquen escrofuloso, el rinoescleroma y el impétigo herpetiforme.
Asimismo, delimitó claramente el cuadro clínico de la psoriasis y de algunas erupciones eccematosas.
Hebra fue un viajero incansable. Estuvo en Noruega para estudiar la lepra, y varias veces en París y Londres. 
Su gran mérito como profesor fue establecer los fundamentos de la especialidad así como la sistematización y la descripción original y precisa de las dermatosis. De toda Europa y de América comenzaron a acudir médicos a su servicio para formarse. Entre ellos Louis A. Duhring (1845-1913), uno de los primeros americanos que recorrió todo el continente europeo. 
Parish le cita al referirse a las clases de Hebra: "Todas las mañanas, el profesor Hebra, su distinguido ayudante y yerno, Moritz Kaposi, y su equipo de enfermeras daban comienzo a las actividades reuniéndose con sus alumnos en un anfiteatro próximo a las salas, discutiendo acerca de los distintos pacientes presentados. Podían examinar a cada uno de los recién ingresados, y visitando dos salas cada día, tenían siempre a sus enfermos en constante observación".
Kaposi señaló que con Hebra las cosas en dermatología habían cambiado radicalmente. La anatomía patológica se había convertido en la base de los estudios médicos. Menciona las aportaciones de Rokitansky y de Skoda y, especialmente, las de Hebra en su estudio de las enfermedades de la piel:
"Sin detenerse en fórmulas antiguas, Hebra toma como base sus investigaciones dermatológicas la serie de hechos patológicos demostrados por Rokitansky como la hiperemia, la inflamación, los neoplasmas, la hemorragias, etc. Por otra parte, siguiendo el ejemplo de Skoda, realiza este estudio recurriendo a la ayuda de la experimentación, es decir, provocando de forma artificial las enfermedades en la piel,  que somete a observación y recoge las modificaciones que ciertas influencias, comprendida la terapéutica, ocasionan durante el curso normal de estas afecciones".
A él se deben algunos de los nombres usados para designar enfermedades de la piel.
Los epónimos más conocidos son los siguientes:
–Enfermedad de Hebra: Escleroma; inflamación crónica de las vías respiratorias superiores, de evolución lenta producida por la Klepsiellar hinoscleromatis.
–Enfermedad de Hebra - Síndrome de Devergie o Pitiriasis rubra: Enfermedad exfoliativa de la piel. Se caracteriza por pápulas secas, acuminadas de 1 mm de diámetro rodeando los folículos pilosos con cicatrices y extensiones que se introducen en el folículo. La queratinización se sigue de una exfoliación en láminas.
–Enfermedad de Hebra III: Eritema exudativo multiforme.
–Enfermedad de Hebra IV: Acné caquetiforme o pacientes debilitados.
–Enfermedad de Hebra-Jadassohn: pitiriasis rubra, variedad de eritrodermia de evolución grave
–Enfermedad de Hebra-Kaposi o enfermedad de Hebra I: Impétigo herpetiforme en mujeres embarazadas.
–Pomada de Hebra: Ungüento diaquilón. Mezcla de aceite de oliva y emplasto de litargirio. Según otros es aceite de oliva, óxido de cinc y diaquilón.
–Prurigo de Hebra: Enfermedad crónica y recurrente de la piel caracterizada por pápulas intensamente pruríticas y nódulos en el tronco y en los miembros. Suele comenzar durante la infancia como un rash urticárico que se sigue de una erupción de pa´pulas que pueden cubrirse de costras de color sangre. Se inicia en niños de ambos sexos antes de los cinco años.

* Rosa María Díaz Díaza, Diana Rodríguez Casterb, Pedro Herranz Pintoa // AEDV - Vol. 93. Núm. 7. páginas 471-473 (Agosto 2002)
José L. Fresquet Febrer, Universitat de València. Octubre de 2017

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