lunes, 13 de febrero de 2023

DR. FERDINAND MOREL

En la literatura psiquiátrica en inglés, Ferdinand Morel, a menudo se ha confundido con Benedict Augustin (Benoit Augustus) Morel (dementia praecox o enfermedad de Kraepelin-Morel). 
No menos de cuatro diccionarios médicos los enumeran como la misma persona. 
En El hombre por encima de la humanidad: una historia de la psicoterapia de Walter Bromberg, se usó el nombre de Frances Morel en lugar de Benedict Augustin Morel. En el nuevo Comprehensive Textbook of Psychiatry editado por AM Freedman y HI Kaplan, tanto Benedict Morel como Ferdinand Morel figuraban en el índice, pero ambos nombres se referían a Benedict Augustin Morel.
Aunque mencionado como psiquiatra belga en sus sucesivas ediciones de Modern Clinical Psychiatry de Noyes y Kolb, Benedict Augustin Morel nació en realidad en Viena de padres franceses. 
Ferdinand Morel, nació el 26 de enero de 1888 en Moutier, en Jura bernés, Berna, Suiza.
Comenzó estudiando teología y luego filosofía. 
Fue Docente privado en la Universidad de Ginebra donde dirige su enseñanza hacia problemas de psicología. Siente la necesidad de profundizar en el estudio de las doctrinas de la medicina psicológica para dar una base más sólida a su conocimiento.
Luego se matriculó en la Facultad de Medicina: esta disciplina le permitirá, no sólo conocer mejor al hombre, sino también acercarse a él más de cerca. Desde un principio se inició, bajo la dirección del profesor A. Weber, en los complejos problemas del estudio histológico del sistema nervioso. Posteriormente, la docencia de Clérambault en París enriqueció su formación psiquiátrica y le abrió nuevos horizontes con la fisiología del sistema nervioso y la psicopatología. 
Estas tres tendencias, anatomoclínica, psicopatológica y fisiopatológica, florecerán en su obra científica.
Su primer trabajo anatomoclínico es un estudio de la hiperostosis frontal interna (síndrome de Morgagni-Morel).
Posteriormente describe aspectos anatómicos e histoquímicos de la esquizofrenia y de las enfermedades cerebrales vasculares, degenerativas, alcohólicas y postraumáticas.
En el campo de la psicopatología, la influencia de Clérambault fue decisiva. 
La teoría del automatismo mental dará lugar a una serie de estudios sobre la génesis de las alucinaciones y, más allá, sobre los mecanismos del pensamiento normal y patológico. El fruto de su observaciones cuidadosas permitirán demostrar la importancia de los aferentes sensoriales y los mecanismos propioceptivos en el automatismo verbal, y del escotoma positivo en la alucinación monocular del delirium tremens. 
Los éxitos obtenidos en estas primeras investigaciones, debido en parte al uso de la audiometría, el registro de corrientes de acción y la determinación del campo visual, lo persuadieron de que, para progresar, la psiquiatría ya no podía limitarse a una simple descripción clínica.
Debe adoptar los métodos de otras disciplinas médicas, salir de su marco relativamente limitado para volverse extrapsiquiátrico en sus medios de investigación. Su rigurosa necesidad de datos tangibles y medibles le hace sentir el deseo constante de mejorar y perfeccionar sus métodos. Sus excelentes estudios sobre el papel de los movimientos oculares en la visión y en la representación visual normal y patológica son ejemplos de ello.
Aparte de estas obras fundamentales, el profesor Morel no descuida nada que le parezca útil para el avance de la psiquiatría. Así trata la psicopatología del lenguaje, la memoria y los delirios, la unificación del vocabulario psiquiátrico, y crea y valida un test psicológico basado en las leyes de la información. .
También estudia las aplicaciones a la psiquiatría de la genética, la estadística, la endocrinología y la cibernética. A pesar de su aparente diversidad, este considerable trabajo tiene un único objetivo: proporcionar una base fisiopatológica, anatómicas o bioquímicas sólida, al conocimiento de las enfermedades mentales.
En 1938, el profesor Morel fue llamado para ocupar la cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Ginebra y para dirigir la Clínica Psiquiátrica de Bel-Air. A pesar de esta pesada tarea, continúa su trabajo. Crea laboratorios de histopatología, endocrinología, fisiología, electroencefalografía, que permitirán enriquecer y aclarar el examen clínico. Forma alumnos a los que relaciona cada vez más con su trabajo y que, después de haberlo asistido, continuarán su obra. 
En los últimos años de su carrera, tuvo la gran satisfacción de crear una una Escuela, fiel a su enseñanza. Asegurada así la continuación y el desarrollo del trabajo en curso, puede dedicarse a una nueva serie de investigaciones, de las cuales un vasto estudio clínico, genético y estadístico sobre la esquizofrenia, la oligofrenia y la demencia sería la culminación.
La Facultad de Medicina de Ginebra designa en 1952 al profesor Ferdinand Morel como uno de sus representantes en el seno de la Academia de Medicina.
El profesor Morel no fue sólo un hombre de ciencia. Médico ante todo, se preocupó constantemente por el bienestar de sus pacientes, permitiéndoles beneficiarse de todos los avances en la terapia, la técnica hospitalaria y la medicina social. 
Desarrolló el Policlínico de Psiquiatría que permite tratar a ciertos pacientes en forma ambulatoria y brinda atención a los que salen de la Clínica: así se evitan o acortan las hospitalizaciones. Muy respetuoso de la persona humana y de su integridad, fue cauteloso frente a las terapias de choque y se opuso enérgicamente a las intervenciones mutiladoras de la psicocirugía.
Como maestro, se esforzó por hacer que sus lecciones fueran animadas y prácticas.
Evitó largas divagaciones teóricas, prefiriendo una enseñanza basada en la descripción y demostración directa de los síntomas de cada paciente. Para sus asistentes, el recuerdo de las sesiones de presentación de sus pacientes permanece extraordinariamente vivo: porque fue durante estos exámenes clínicos que les transmitió la mayor parte de su conocimiento y su método, tan rico y meticuloso. Es decir, el profesor Morel deja, como médico, director de clínica y docente, una obra poco común. Su herencia científica y su ejemplo son un aliciente para todos aquellos que se embarcan en los difíciles caminos de la investigación y la psiquiatría.
Sus colegas, colegas y estudiantes sienten particularmente la pérdida de un hombre notable cuya autoridad científica fue apreciada mucho más allá de Suiza.
El Dr. Morel murió el 5 de agosto de 1957 en Giétroz, en el cantón de Valais, Suiza.

* Dr. G. Garrone y A. Gigon - Obituary (1958)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario