jueves, 24 de junio de 2021

DR. ALEXIS CARREL

Alexis Carrel nació en Lyon, Francia, el 28 de junio de 1873. Era hijo de un hombre de negocios, también llamado Alexis Carrel, quien murió cuando su hijo era muy pequeño, cambiándosele el nombre de Marie Joseph Auguste Carrel por el de Alexis en su honor.
Alexis fue educado en casa por su madre Anne Ricard, y también en el St. Joseph School de Lyons.
En 1889 obtuvo el título de Licenciado en Letras en la Universidad de Lyons; en 1890 la licenciatura en Ciencias y en 1900 su doctorado en la misma Universidad. 
Luego continuó su trabajo médico en el Hospital de Lyons y también enseñó Anatomía y Cirugía Operativa en la Universidad, ocupando el puesto de Prosector en el Departamento del Profesor L. Testut. 
Cuando el presidente francés Sadi Carnot visitaba Lyon, fue herido por un anarquista italiano y falleció porque los cirujanos fueron incapaces de suturar la vena porta que había sido afectada. Este hecho dejó una profunda impresión en el joven médico, quien decidió llenar ese vacío en el conocimiento médico. En 1902 publicó en el Lyon Médical una técnica para suturar vasos.
A lo largo de la siguiente década, la perfeccionó hasta el punto de poder afirmar que daba resultados excelentes a largo plazo, y podía ser usada con toda seguridad en los humanos, siguiendo un determinado protocolo. 
Hasta este momento las estructuras vasculares se suturaban mediante el uso de cánulas de hueso o de metales preciosos. En esta nueva técnica, para realizar las anastomosis hacía cortes en los extremos de los vasos y les daba la vuelta, a continuación utilizaba material parafinado y suturas finas con seda de Alasacia. 
Dicho proceder permitía evitar las hemorragias postoperatorias y la formación de coágulos sanguíneos y con la sutura de los extremos hacia fuera o revertidos, conseguía que en el interior no quedaran hilos sueltos que favorecieran la formación de trombos.
Especializado en Cirugía, Carrel comenzó un trabajo experimental en esta materia en Lyons en 1902, pero en 1904 se fue a Chicago por dos probables motivos, la escasa repercusión que tuvieron sus trabajos y contradicciones que tuvo con algunos colegas.
Por su cabeza comenzaban a explotar ideas brillantes que impulsaron su evolución científica, marcada por la lectura del libro Experiencia sobre el principio de la vida del Dr. Le Gallois. 
Si podía suturar los vasos, podía trasplantar órganos y si podía cultivar tejidos, podía hacer órganos y si podía cambiar los órganos enfermos, podía prolongar la vida y ¿quién sabe? desafiar a la misma muerte.
Todas estas ideas iban tomando forma en la cabeza del joven médico hasta que un acontecimiento inesperado golpeó a su espíritu cientificista. Entonces, Carrel descubrió que había cosas que no se veían con los microscopios ni se palpaban con las manos y él, con toda su sabiduría, apenas podía intuir.
Alexis Carrel viajó a Lourdes para presenciar algún milagro de los muchos que se relataban y lo que vio allí lo conmovió profundamente…
Al igual que los griegos peregrinaban a los templos de Asclepio para buscar la sanación, entonces los cristianos marchaban al nuevo santuario de Lourdes para beber las aguas curadoras. En una gruta a orillas del Río Grave, la Virgen se le apareció a una jovencita llamada Bernadette Soubirous (1844-1879). Las curaciones inexplicables se sucedieron y el médico del pueblo, el Dr. Pierre Romaine Dozous, comenzó a tomar nota de ellas.
Carrel era un escéptico que, como Santo Tomás, quería ver con sus propios ojos estos milagros. 
Como médico viajó a bordo de un tren que conducía enfermos hacia Lourdes en busca de una cura. 
En ese trayecto conoció a Marie Bailly, una joven afectada de peritonitis tuberculosa en el último estadio de la enfermedad. Carrel la atendió personalmente convencido de que no llegaría a destino. 
Le inyectó morfina y pidió a un sacerdote que le administrase la extremaunción. Sin embargo, Marie soportó las penurias del viaje y arribó a Lourdes donde bebió las aguas milagrosas. 
La curación extraordinaria de Marie Bailly es descripta por Carrel en su Dossier 54, relato ampliamente difundido por la prensa en Lyon. El caso estremeció a la opinión pública. 
Carrel, en su largo testimonio, se negó a usar la palabra milagro. A nadie satisfizo este escrito, ni a los creyentes ni a los escépticos. Carrel quedó atrapado entre dos mundos y su carrera académica prontamente comenzó a encontrar obstáculos insalvables. 
Las puertas de los hospitales de Lyon y de toda Francia comenzaron a cerrarse. Amargado y molesto optó por emigrar a USA donde presentó en el II Congreso de Cirugía su trabajo de anastomosis quirúrgicas vasculares. 
En 1905 trabajó en el Departamento de Fisiología de la Universidad de Chicago con el profesor GN Stewart. 
En 1906 fue adscrito al Instituto Rockefeller de Investigación Médica, Nueva York, como Miembro Asociado, convirtiéndose en Miembro Titular en 1912. En este Instituto realizó la mayoría de los experimentos que le valieron, en 1912, el Premio Nobel de Fisiología.
Durante la Guerra de 1914-1919, Carrel se desempeñó como Mayor en el Cuerpo Médico del Ejército francés y en ese momento ayudó a idear el conocido método Carrel-Dakin para tratar las heridas de guerra, que fue ampliamente utilizado.
Las investigaciones de Carrel se centraron principalmente en la cirugía experimental y el trasplante de tejidos y órganos completos. 
Ya en 1902 publicó, en Lyons Medical, una técnica para la anastomosis de un extremo a otro de los vasos sanguíneos y en 1910 demostró que los vasos sanguíneos podían conservarse durante largos períodos en cámaras frigoríficas antes de que se utilizaran como trasplantes en cirugía. 
Anteriormente, en 1908, había ideado métodos para el trasplante de órganos completos y más tarde, en 1935, en colaboración con Charles Lindbergh, el aviador que fue el primero en cruzar el Atlántico, ideó una máquina para suministrar un sistema respiratorio estéril a órganos extraídos del cuerpo.
Discutió este aspecto de su trabajo y sus implicaciones en su libro La cultura de los órganos
Carrel también publicó el conocido libro titulado Man, the Unknowny, en colaboración con Georges Debelly, un libro sobre Tratamiento de heridas infectadas.
En colaboración con el cirujano francés Theodore Tuffier, quien fue un pionero de la cirugía torácica, Carrel realizó en el corazón una exitosa serie de valvotomías, y en colaboración con Burrows cultivó células de sarcoma en cultivos de tejidos mediante la técnica de Harrison.
Carrel fue honrado por la membresía de sociedades científicas en los EE. UU., España, Rusia, Suecia, Países Bajos, Bélgica, Francia, Ciudad del Vaticano, Alemania, Italia y Grecia, y por doctorados honorarios de las Universidades de Belfast, Princeton, California y Nueva York. y las universidades de Brown y Columbia. 
Fue Comandante de la Legión de Honor de Francia y de la Orden Leopold de Bélgica, Gran Comandante de la Orden sueca de la Estrella Polar y recibió otras condecoraciones en órdenes de España, Serbia, Gran Bretaña y el Reino Unido y la Santa Sede.
Estaba casado con Anne-Marie-Laure Gourlez de La Motte, viuda de M. de La Meyrie. No tuvieron hijos.
En 1939, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Carrel fue a Francia como miembro de una misión especial del Ministerio de Sanidad francés, cargo que ocupó durante un año. 
Luego se convirtió en Director de la Fundación Carrel para el Estudio de los Problemas Humanos, creada por el Gobierno de Vichy. 
Mientras ocupaba este cargo murió en París el 5 de noviembre de 1944.


* De Conferencias Nobel , Fisiología o Medicina 1901-1921 , Elsevier Publishing Company, Amsterdam, 1967
Arístides L. García Herrera. Universidad de las Ciencias Médicas de Matanzas, Cuba

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