miércoles, 30 de junio de 2021

DR. JEAN-MARTIN CHARCOT

En la segunda mitad del siglo XIX, el hospital de la Salpêtrière de París se convirtió en uno de los principales centros médico en el mundo. Allí, las circunstancias fueron propicias para que el Dr. Jean- Martin Charcot, gracias a su capacidad y habilidad profesionales y a su esfuerzo y trabajo continuo, llegara a tener la autoridad de ordenar y convertir esa institución médica en un centro líder en el mundo, en especial en el nuevo campo de la neurología.
Jean-Martin Charcot nació en París, el 29 de noviembre de 1825. 
A los 23 años, inició su internado médico. 
En 1853, presentó su tesis sobre el diagnóstico diferencial de gota y artritis reumatoidea. 
Fue designado médico adscrito a los hospitales de París y en 1862, empezó a trabajar en el hospital de la Salpêtrière. 
Tenía muy buenos conocimientos en medicina general, pero limitados sobre las enfermedades mentales y de los nervios.
Su amplio entrenamiento en anatomía patológica le sirvió para desarrollar una carrera docente, además de su labor asistencial. 
En 1872, fue nombrado Profesor de Anatomía Patológica de la Universidad de París. 
Su método de enseñanza era innovador: mostraba especímenes, presentaba varios pacientes con la misma condición clínica, hacía dibujos, ilustraciones e, inclusive, fotografías, y promovía las imitaciones de los síntomas neurológicos. Como le gustaba enseñar, duplicó las clases que dictaba, en especial el curso de enfermedades de los ancianos, de los enfermos crónicos y con afecciones nerviosas. Además, su conocimiento de los idiomas le permitía tener la última información en inglés y alemán.
El hospital de la Salpêtrière había sido modernizado a fines del siglo XVIII. 
Pero Charcot encontró que, de los 5000 pacientes, más de 3000 tenían problemas mentales, muchos sin diagnóstico ni tratamiento adecuado. Era refugio para pordioseros, prostitutas, enfermos mentales, delincuentes y rechazados sociales, por lo que, en un inicio, lo llamó el gran asilo de las miserias humanas o “pandemonio de insanía”.
Esa gran casuística le permitió crear allí el centro neurológico más moderno, con un laboratorio de patología, microscopía, oftalmoscopia y fotografía. Charcot cambió la Salpêtrière, convirtiéndolo de un casi manicomio a uno de los templos de la ciencia médica europea. 
Sus celebres lecciones eran reconocidas internacionalmente. Esto ayudó a obtener un mayor apoyo del gobierno, tanto para el hospital como para la investigación.
Muchas condiciones, que en la actualidad se definen como neurológicas o psiquiátricas, se agrupaban como “enfermedades de los nervios”. La contribución de Charcot a su clasificación fue importante. 
Fue el primero en dilucidar el origen y la sintomatología de enfermedades como la esclerosis amiotrófica lateral, la esclerosis múltiple o la hemorragia cerebral y su relación con los aneurismas miliares. 
Denominó enfermedad de Parkinson a los signos de la parálisis agitante, diferenciándola de la esclerosis en placas. Diferenció la histeria de la epilepsia y fue uno de los primeros en establecer las clínicas de rehabilitación.
En 1867, publicó su obra sobre enfermedades crónicas y geriátricas. En 1877, presentó un libro sobre enfermedades hepato-biliares, en la que describe la cirrosis biliar primaria. 
Su obra más difundida fue la que consta de tres tomos sobre las enfermedades del sistema nervioso central, publicados de 1885 a 1887.
Charcot estudió la hipnosis y la histeria, campo que impresionó mucho a sus alumnos, en especial a Freud.
En un inicio, se pensó que la histeria era un desorden neurológico y que la posibilidad de ser hipnotizado era parte de la histeria. Hubo críticas a esta posición y él mismo tuvo serias dudas sobre el empleo terapéutico de la hipnosis, en especial cuando el sensacionalismo desvirtuó el interés científico.
Muchos acudían a sus “sesiones de los martes” en la Salpêtrière a observar cómo reaccionaban las histéricas de acuerdo a sus instrucciones. Los espectadores aclamaban o callaban al asistir a esas sesiones, cuasi reality shows, que daban a las asiladas la opción de notoriedad.
La histeria se consideraba como derivada de la malformación del útero, pero Charcot alertó sobre la histeria masculina y la describió. Se postuló que debía haber un factor desencadenante, como un trauma o accidente y que más que un estado neurológico era uno psicológico. 
Luego de su muerte, la enfermedad “histeria” fue definida como un simple artefacto de la sugestión. A pesar de ser uno de los grandes médicos de Francia, sus conceptos sobre psiquiatría fueron refutados y criticados. Charcot nunca declaró que él practicara la psiquiatría.
A pesar de las jerarquías de los sistemas académicos y médicos de su época, mantuvo el gusto de seguir instruyendo y enseñando a los más jóvenes. 
Supo reconocer el trabajo de sus alumnos e, inclusive, de personas que no conoció, como Parkinson. Charcot dejó muchos seguidores y alumnos famosos: Sigmund Freud, Joseph Babinski, Pierre Janet, William James, Pierre Marie, Albert Londe, Charles-Joseph Bouchard, Georges Gilles de la Tourette, Alfred Binet, Albert Pitres, entre otros.
Charcot se había casado en 1862 con una adinerada viuda, con quien tuvo dos hijos, Jeanne y Jean-Baptiste. Este último, médico y explorador polar, descubrió una isla en el ártico y la denominó en honor a su padre, que había fallecido el 16 de agosto 1893.
Las contribuciones de Charcot a la medicina son legendarias. Su visión, sus conocimientos y su capacidad para el diagnóstico le permitieron definir una serie de nuevos cuadros clínicos. Ordenó y clasificó las enfermedades neurológicas y contribuyó a establecer el examen clínico sistemático. Pero, más importante que todo fue el ejemplo que dio a sus alumnos en su incansable búsqueda del conocimiento, así como las enseñanzas y el estímulo que les brindó.

|Epónimos relacionados con J.M. Charcot

Enfermedad de Charcot (ELA, ALS);
Arteria de Charcot (arteria lenticuloestriada);
Articulación de Charcot (artropatía diabética);
Enf. de Charcot-Marie-Tooth (atrofia peroneal muscular);
Síndrome de Charcot Wilbrand (agnosia visual y pérdida de habilidad para revisualizar imágenes);
Fiebre hepática intermitente de Charcot;
Aneurismas de Charcot-Bouchard (finos aneurismas de ramas penetrantes de a.cerebral media en hipertensos);
Triada de Charcot;
Cristales de Charcot-Leyden, por lisis de eosinófilos en enfermedades alérgicas; y
Geroderma de Souques-Charcot, una variante de la enfermedad de Hutchinson-Gilford.



Revista Galenus N° 33

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