viernes, 17 de septiembre de 2021

DR. ANTONIO CAETANO de ABREU FREIRE EGAS MONIZ

"... Las universidades no pueden ni deben estar constituidas por aquellos que simplemente se conforman con la ciencia hecha. Pierden su característica máxima". Prof. Doctor Egas Moniz.


En 1861 el médico y antropólogo francés Pierre Broca localizó experimentalmente el centro del lenguaje articulado en la tercera circunvolución frontal. Desde entonces, las experiencias para demostrar la localización cerebral de numerosas funciones orgánicas se multiplicaron y la corteza del cerebro se representó como un mapa de funciones bien localizadas y relacionadas entre sí. 
En 1909, K. Brodman propuso una cartografía del córtex cerebral dividido en áreas, pero fueron las investigaciones posteriores a la Gran Guerra las que contribuyeron a configurar una visión integrada de la neurofisiología del cerebro.
Desde una orientación diferente, las primeras décadas del siglo xx vieron nacer dos nuevas aproximaciones a los procesos mentales y a su patología. La orientación más psicológica tomaba como punto de partida la obra de Sigmund Freud, que ponía énfasis en la función determinante del inconsciente, los acontecimientos traumáticos reprimidos y los trastornos en el desarrollo de la sexualidad para explicar la génesis de ciertas enfermedades mentales. La otra orientación partía de la psicología fisiológica iniciada por Wilhelm Wundt e Ivan Pavlov. Es en esta segunda orientación donde deben situarse los experimentos y las aportaciones técnicas de nuestro protagonista, Antonio Caetano de Abreu Freire Egas Moniz, creador de la angiografía cerebral y de la técnica de la lobotomía prefrontal. 
Nació en la villa de Avanca, el 29 de noviembre de 1874, una villa cercana a la costa atlántica en la provincia de Aveiro, en el norte de Portugal. 
Hijo mayor de Fernando de Pina Rezende Abreu y María do Rosario de Almeida e Sousa, pertenecía a una familia aristócrata que remontaba sus orígenes hasta el patriota legendario Egas Moniz, que luchó contra los moros en el siglo XII, y cuyo nombre adoptó. 
Habiendo perdido a sus padres durante la niñez y adolescencia, recibió su educación temprana de su tío Abbé Caetano de Pina Rezende Abreu Sa Freire, un sacerdote Católico a quien decepcionó al negarse a formar parte del clero y proseguir sus estudios en la Facultad de Medicina de Coimbra, donde se graduó en 1899 y fue designado profesor adjunto en 1902. 
Su educación neurológica la obtiene en Bordeaux y en la Salpêtrière de París, donde se encuentra con los grandes maestros de la neurología de ese tiempo, Pierre Marie, Joseph Babinski, Jules Dejerine y Jean Sicard. 
En 1911 obtiene la Cátedra de neurología en Lisboa, cargo que mantendrá hasta su fallecimiento. Paralelamente trabajará durante algún tiempo como médico del Hospital de Santa María de esa ciudad.
Desarrolló una intensa actividad política desde estudiante, fue arrestado un par de veces por esto, y elegido presidente de una de las más prestigiosas sociedades estudiantiles en la Universidad. Entra en la escena política en 1903, sirviendo como diputado en el Parlamento portugués hasta 1917, año en que es designado Embajador en España. Se desempeña luego como Ministro de Asuntos Exteriores y fue el Presidente de la Delegación Portuguesa a la Conferencia de Paz en Versalles en 1918. Compartía esta actividad con el decanato de la Escuela de Medicina, y es encontrándose en esta función cuando es arrestado al negarse a intervenir cuando los estudiantes izaron una bandera roja en la Universidad. 
Luego del golpe de estado de 1926 se aplica exclusivamente a la práctica neurológica y a la investigación. Cuando dedicó todas sus energías a la neurología ya había cumplido 51 años y una carrera política y diplomática.
En 1901 publica "A vida sexual (fisiologia e patologia)", donde informa acerca de los trabajos de Krafft-Ebing y Freud al conservador público portugués, motivando el escándalo y la popularidad a vez, ya que el libro alcanza 19 ediciones. Escribió un número de trabajos históricos en los cuales se revela su fascinación por los héroes de su patria. Presenta las biografías del "Padre Faria" ("O Padre Faria na história do hipnotismo", Lisbon, 1925) y del Papa Juan XXIII. Interesándose en los juegos de azar escribe una historia de los juegos de cartas.
Concibe la idea de hacer visible la red arterial del cerebro por medio de una inyección de sustancias radiopacas en la carótida. El 7 de julio de 1927 presenta ante la Société Neurologique de Paris el desarrollo de la técnica de la angiografía cerebral iniciando una verdadera revolución científica que determina la nominación en dos oportunidades para el Premio Nobel.
Los orígenes de la moderna psicocirugía deben ser buscados en las últimas décadas del siglo XIX, cuando la ciencia comenzaba a comprender las relaciones entre la mente humana y las estructuras anatómicas. 
En 1870 Fritsch y Hitzig verifican experimentalmente las predicciones de Hughlings Jackson, respecto a que un área aislada del cortex cerebral gobierna los movimientos, mediante la estimulación eléctrica de la corteza frontal de varios mamíferos. 
En 1873, David Ferrier en el West Riding Lunatic Asylum, estudió el área motora de los monos, y por remoción de una región excitable causaba parálisis de la función correspondiente. 
En 1890 Friederich Goltz expone los resultados de sus experimentos de ablación de los lóbulos temporales en perros, los animales se comportaban con una mayor calma y mansedumbre que aquellos no operados. Este hecho inspiró a Gottlieb Burkhardt, médico y superintendente de un asilo de insanos en Suiza a realizar en 1892, la remoción de partes del cortex de seis pacientes esquizofrénicos que sufrían de gran agitación con intensas alucinaciones. Algunos de sus pacientes calmaron luego de la cirugía, pero su contribución no estimuló la actividad que él había esperado. 
La comprensión de los mecanismos cerebrales no había alcanzado el punto en que el psiquiatra pudiera decir al cirujano dónde operar para obtener el resultado deseado. 
En 1935, Carlyle Jacobsen de la Universidad de Yale, realiza observaciones sobre la conducta de chimpancés luego de ablaciones regionales subtotales y discretas de áreas de asociación en el cortex frontal y temporal. Uno de estos animales, muy agresivo previamente, se torna calmo y manejable, sin una aparente pérdida de otras funciones mentales. Uno de los neurólogos experimentales de Yale, John Fulton, extirpa completamente los lóbulos frontales de dos chimpancés, que luego fueron incapaces de sufrir neurosis experimentales. Fulton ha sido uno de los pilares científicos para el desarrollo de la lobotomía en los Estados Unidos.
En el verano de 1935 tuvo lugar en Londres el Segundo Congreso Neurológico Internacional. 
En esa ocasión se ocupó un día entero en la revisión de los lóbulos frontales. Además de las presentaciones realizadas por Henri Claude, Barré, Delmas Maesalet, Goldstein, Donaggio y Vincent, resaltaron especialmente las contribuciones de Brickner, Fulton y Jacobsen. 

Estatua de bronce en los jardines de su Casa Museo en Estarreja, Portugal

Escuchando las conferencias se encontraban Antonio Egas Moniz y Walter Freeman Moniz que conocían ciertas psicosis, como la paranoia y los trastornos obsesivo-compulsivos, presentaban modelos recurrentes de pensamientos que dominaban todos los procesos psicológicos. Basado en las ideas de Fulton propuso interrumpir quirúrgicamente las fibras nerviosas que conectan las cortezas frontal y prefrontal con el tálamo, responsable de la retransmisión de la información sensorial al cortex. De este modo, razonó, podría detener los pensamientos repetitivos permitiendo una vida más normal a los enfermos.
Constantemente fue asistido por el Dr. Almeida Lima, un joven neurocirujano que sustituyó las manos del sabio con artritis gotosa. Realizaron su primera operación a través del orificio de una trepanación practicada en la región prefrontal inyectando cantidades diminutas de alcohol en la substancia blanca subcortical prefrontal. Como estas inyecciones no eran del todo exactas a causa del reflujo a lo largo del camino dejado por la aguja, idearon un instrumento al que llamaron leucótomo, una aguja hueca que llevaba un estilete de cuyo extremo se proyectaba un asa cortante cuando se comprimía el trócar.
En cuanto a la importancia del descubrimiento y sus resultados considero más adecuado que sean las mismas palabras del Instituto Carolina, transmitidas a través del Profesor Olivecrona, las que expliciten la importancia de la labor científica de Moniz.
"Las líneas de pensamiento a lo largo de las cuales Antonio Egas Moniz ha avanzado hacia el descubrimiento de la leucotomía prefrontal se refieren primariamente a la localización de ciertas funciones psíquicas en el cerebro. Es conocido desde hace tiempo que los lóbulos frontales son de gran importancia para la actividad cerebral más elevada, especialmente en relación a las emociones, y que la destrucción de los lóbulos frontales, por heridas de bala o tumores cerebrales, permitió ciertos cambios típicos en la personalidad, primariamente sobre el plano afectivo, pero a veces también afectando al intelecto, especialmente funciones intelectuales altamente integradas tales como el poder de juicio, la adaptabilidad social y similares. El fisiólogo americano Fulton y sus colaboradores han probado por experimentos sobre monos antropoides, que las neurosis causadas experimentalmente desaparecen si los lóbulos frontales son removidos y que es imposible causar neurosis experimentales en animales privados de sus lóbulos frontales".
Moniz ha intuido que los estados psíquicos mórbidos acompañados por tensión afectiva podían ser aliviados por la destrucción de los lóbulos frontales o sus conexiones con otras partes del cerebro. En base a esta idea gradualmente Moniz se entrenó en un método quirúrgico con el propósito de interrumpir las lineas de comunicación de los lóbulos frontales con el resto del cerebro. 
Como estas líneas de comunicación corren a través de la sustancia blanca, esta operación fue llamada leucotomía frontal o prefrontal. 
Pronto se encontró que las condiciones mórbidas en las cuales la tensión emocional era la parte dominante del cuadro patológico reaccionaban muy favorablemente a tales operaciones. A este grupo de enfermedades pertenecen, primariamente, estados de depresión acompañados de miedo y ansiedad, neurosis obsesivas, ciertas formas de manía persecutoria, y una parte considerable de la más importante y común de todas las enfermedades mentales, la esquizofrenia: aquellos casos, a saber, en los cuales el patrón esquizofrénico de conducta y la condición emocional está en un alto grado cargada afectivamente, como por ejemplo en estados de angustia o ansiedad, rechazo de alimentos, agresividad y similares. 
Un gran sufrimiento subjetivo e invalidez son características de este grupo de enfermedades. Muchos de los enfermos, especialmente en el grupo esquizofrénico, son pacientes muy dificultosos y frecuentemente peligrosos para las personas que los rodean. Cuando parece que otros métodos de tratamiento han fallado o han sido seguidos por la recurrencia de la enfermedad, es fácil comprender la inmensa importancia del descubrimiento de Moniz para los problemas del tratamiento psiquiátrico. 
Como es esperable, los resultados son mejores para los grupos no esquizofrénicos, es decir, entre aquellos que sufren de depresión, neurosis obsesiva y similares, donde la gran mayoría de los pacientes operados se han recuperado y se tornaron laboralmente capacitados. En el grupo esquizofrénico, donde la desintegración de la personalidad frecuentemente ha avanzado demasiado, el pronóstico es menos favorable, pero aún en este grupo unos pocos casos pueden ser completamente externados de los hospitales mentales, algunos de ellos después han recuperado totalmente la capacidad para trabajar. 
Otros casos menos favorables, los problemas de enfermería son muy simplificados por el hecho que el paciente, después de la operación, puede ser colocado en una sala "tranquila".
Ha sido hecha la interesante observación que el dolor grave, condicionado corporalmente, puede ser satisfactoriamente tratado a través de la leucotomía frontal. 
Como la operación no toca ninguno de los tractos de comunicación del dolor, y la capacidad del paciente para sentir dolor no es impedida, el efecto debe ser debido a cambios en la experiencia psíquica del dolor. La angustia y la ansiedad debida al dolor y la tensión afectiva que lo acompaña, desaparecen. Cuando le preguntamos, el paciente admite que él siente dolor, pero no se preocupa acerca del dolor: se ha tornado indiferente a el. 
Estas observaciones de personas psíquicamente normales, en quienes la leucotomía ha sido ejecutada con la intención de eliminar el dolor, han contribuido en alto grado a la clarificación de la influencia de la leucotomía sobre las funciones mentales normales. Sin duda existen, después de la leucotomía bilateral, cambios en la personalidad del mismo tipo que las observadas luego de la destrucción de los lóbulos frontales a través de otras causas. Cuando se cuestiona a personas que son completamente inválidas por su enfermedad, esto puede ser de pequeña importancia, mientras que en otros casos es necesaria una muy estricta interpretación de las indicaciones. 
La leucotomía frontal, a pesar de ciertas limitaciones del método quirúrgico, debe ser considerada uno de los más importantes descubrimientos nunca hechos en terapéutica psiquiátrica, porque a través de su uso un gran número de personas sufrientes y totalmente inválidas se han recuperado y han sido socialmente rehabilitadas.
En 1948 se organiza el Primer Congreso Internacional de Psicocirugía en Lisboa, con Moniz como estrella y Walter Freeman a su lado.
Freeman ha sido el gran continuador de Moniz en América. Luego de leer los resultados de los trabajos del científico portugués, se unió a James Watts en el perfeccionamiento de la técnica quirúrgica y en septiembre de 1936 operaron su primer paciente.
Moniz recibió la Gran-Cruz da Instrução e Benemerência (Portugal) y la Gran-Cruz de Izabella Catolica (España): fue nombrado Gran Oficial de la Couronne d'Italie y Commandeur de la Légion d'Honneur (Francia). Fue Doctor, honoris causa, por las Universidades de Burdeos y Lyon; Membre de Mérite, y presidente en varias ocasiones de la Academia de Ciencias de Lisboa; Miembro de la Academia de Medicina de París; de la Academia de Medicina de Madrid; de la Sociedad de Cirujanos Neurológicos Británicos; Miembro honorario de la Royal Society of Medicine, Londres; de la Académie Nationale de Médecine de Rio de Janeiro; de la Sociedad Americana de Neurología; y de varias instituciones sudamericanas entre muchas otras. 
Un sello portugués de 1937 conmemora el primer arteriograma cerebral, realizado por Egas Moniz en 1927.
Egas Moniz falleció en Lisboa, Portugal, el 13 de diciembre de 1955.



*  Josep Lluís Barona. Catedrático de Historia de la Ciencia. Universitat de València. - © Mètode 68, Invierno 2010/11.
*  Darío Raúl Rojas y Mariano Outes - Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, vol. 8, Nº 2, octubre de 1999, págs. 135 a 140.
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