A día de hoy, una de las lagunas más curiosas en la historiografía de la psiquiatría francesa es la época comprendida entre el fin de siglo y la década de 1920, años que se solapan con la vida y la carrera de Valentin Magnan, una figura fundamental en la clasificación histórica de las enfermedades mentales.
El psiquiatra francés nació en el seno de una familia modesta, el 16 de Marzo de 1835 en Perpiñán, región del Roussillon, cuna esta, a su vez, de otros ilustres psiquiatras tales como Pinel, Esquirol, J.P. Falret y Henri Ey, lo cual muestra que dicha parte de Francia no solo debería ser famosa - al menos para los psiquiatras - por sus extraordinarios vinos.
Magnan comenzó los estudios de medicina en Montpellier, licenciándose en 1857.
Tras completar su formación médica en 1861, se incorporó al departamento de Arthaud, médico del pabellón de dementes del hospicio de Antiquaille, que se encargaba del curso de medicina mental en la Escuela de Lyon.
Continúa a partir de 1863 en París, primero en el Hospital de Bicêtre y luego en el de la Salpêtriére donde tuvo como maestros, entre otros, a JP Falret, J. Baillarger y JJ. Moreau de Tours y como compañeros a J. Cotard y CJ. Bouchard.
Se doctora en 1866 con la tesis "De la lésion anatomique de la paralysie générale" y finalmente, en 1867, entra en el Asilo de Sainte-Anne, entonces recién inaugurado y donde, en 1879, obtiene la Jefatura médica, cargo que mantiene hasta su jubilación en 1908.
El Servicio de Admisión de este hospital, dirigido por Magnan, tenía por misión la recepción, el examen y la repartición de los individuos presuntamente alienados. Para hacernos una idea del trabajo realizado, baste señalar que en el año 1868, el número de enfermos visitados fue de 2.585 y en el año 1910, la cifra ascendía a 3.882.
En el plano académico, un tema espinoso para este autor fue la dotación de la primera Cátedra Psiquiatría de Francia (entonces de Enfermedades mentales y del Encéfalo y que previamente se le había ofrecido a J. Baillarger) adscrita al propio Asilo de Sainte-Anne, donde trabajaba Magnan y a la que éste concurso pero que se acabó adjudicando a Benjamín Ball, en 1877.
Al parecer, Ball - con mucho menor fama y bagaje psiquiátrico - contaba con el apoyo de los todopoderosos JMª. Charcot y E. Laségue lo cual, a la postre, resultó definitivo.
Para Pichot, este episodio fue el origen de la escisión - mucho más acentuada con el paso del tiempo - entre la Psiquiatría universitaria y la Psiquiatría clínica (entonces “manicomial”), que se repitió sistemáticamente en toda Europa, a lo largo de los años.
Magnan se dedicó a estudiar metódicamente muchas enfermedades mentales, como pueden ser la parálisis general sifilítica, en aquel tiempo de evolución mortal. Sus estudios de anatomía patológica le permitieron dar una base concreta a la esbozada disociación de la parálisis general del entonces mal definido grupo de las enfermedades mentales. Al demostrar que las lesiones afectaban tanto a los centros y sus envolturas como a los nervios periféricos, y al revelar la relación entre la parálisis general y la tabes, Magnan preparó el camino para la investigación etiológica que más tarde demostró que se trataba de dos manifestaciones homólogas de la acción del mismo virus.
Tambien estudió las entonces denominadas “perversiones sexuales”, pero incidió especialmente en el estudio del alcoholismo, destacando no solo por presentar rigurosos trabajos - para su época - sobre estos pacientes, sino también por señalar la desastrosa influencia del licor de “absenta” (llegando a denotar la llamada “epilepsia abséntica”), en comparación con otras bebidas alcohólicas.
Como curiosidad, cabe destacar que esta bebida, de altísima graduación, fue empezada a consumir en Francia - llegando a ser una especie de bebida “nacional” - tras la epidemia de filoxera que acabo con las vides en ese país, disparando el precio del escaso vino existente.
También fue relevante su aportación a los aspectos médico-legales de la enfermedad mental. Respecto a sus planteamientos psicopatológicos y fenomenológicos, Magnan se adhirió y defendió - aunque modificándola - la “Teoría de la degeneración” establecida previamente por B. A. Morel. Basada en un concepto somaticista extremo, consideraba que la enfermedad mental era debida a un substrato físico, el cual estaba condicionado, a su vez, por una anormal conformación corporal.
El “degenerado” sería, pues, un sujeto enfermo y su deformación se hacía evidente por determinados caracteres de la morfología del sujeto - los denominados “estigmas” – lo cual dio origen a postulados pseudocientifistas que pretendían justificar la marginación social del enfermo mental y su distanciamiento cualitativo de las personas “normales”, enfatizando la carga de la herencia a sus descendientes por parte de estos sujetos. El degenerado sería, pues, un sujeto enfermo.
Sin embargo, probablemente la mayor contribución a la Psiquiatría por parte de este autor es su interpretación del denominado “Delirio crónico de evolución sistemática”, cuyo texto nuclear publica en 1892, junto a P. Sêrieux.
Magnan se opuso a la concepción de E. Laségue (al que no estimaba demasiado tras el episodio de la Cátedra) sobre el “delirio de persecución”, respecto a considerarlo como una entidad nosológica independiente, entendiendo que se incluían en dicho concepto pacientes demasiado heterogéneos.
Para Magnan, la coincidencia del tema delirante no bastaba para considerar al delirio de persecución una enfermedad autónoma, porque las ideas de persecución podían presentarse en distintas patologías. De esta manera y con su concepto de “Delirio crónico de evolución sistemática”, desarrolló un modelo teórico sobre lo que debía ser la evolución regular de ciertos delirios sistematizados, que tienen como características principales el constituir generalmente un tema único, con ideas persistentes e inamovibles a la argumentación lógica, cierta coherencia y ser aparentemente verosímiles.
Estos delirios siguen progresivamente cuatro fases sucesivas, presentándose correlativamente el paciente bajo cuatro cuadros clínicos progresivos diferenciados: Fase de interpretación e inquietud, fase de alucinaciones con vivencia de persecución, fase de megalomanía y fase de deterioro crónico. Es entonces, una vez desarrollados, cuando si se podrían diferenciar, como entidad autónoma, de cualquier otra enfermedad mental.
Este concepto tuvo gran éxito en la escuela psiquiátrica de su país, pero algunos autores señalan que - dada la gran impronta profesional de Magnan -, su defensa de la “Teoría de la degeneración” y del concepto del delirio crónico mencionado, contribuyeron notablemente al ostracismo de la Psiquiatría francesa de finales del siglo XIX, facilitando aún más la mayor difusión científica de la Psiquiatría alemana a partir de esa época.
De hecho, las posteriores clasificaciones kraepelinianas sepultaron las concepciones sobre el delirio de Magnan para el resto de la Psiquiatría mundial.
Como se ha señalado, durante la mayor parte de su vida profesional ejerció como Jefe Médico del Asilo de Sainte-Anne, de París.
Entre los honores que recibió destaca el nombramiento como Oficial de la Legión de Honor en 1902 y especialmente la Presidencia de la Academia de Medicina de Francia, en 1915.
Falleció en Suresnes el 27 de septiembre de 1916 y fue enterrado en el cementerio de Montparnasse de París.
Su discípulo predilecto fue P. Serieux, con quien escribió varias obras conjuntamente y quien, en 1921, años después de la muerte de su maestro, publicó la síntesis más completa de su vida y sus obras.
Magnan promovió la abolición de los medios de coerción, en particular la camisa de fuerza.
En 1900, en el Congreso Internacional de Medicina, hizo triunfar sus ideas y expresó el deseo de que el método se generalizara en los manicomios y que, en consecuencia, se abolieran progresivamente las salas exclusivamente celulares. Este método se complementó con el método de reposo en cama, que le dio resultados satisfactorios en el tratamiento del delirio agudo, los estados maníacos y melancólicos agudos y subagudos.
Magnan fue en muchos sentidos una figura trágica, alguien que vivió y trabajó en una época en la que las circunstancias conspiraron contra él y sus esfuerzos por reformar la clasificación psiquiátrica. Esencialmente, Magnan tuvo la desgracia de ejercer la psiquiatría cuando la influencia de Emil Kraepelin empezó a extenderse más allá de las fronteras alemanas, lo que desencadenó una reacción nacionalista que penalizó tanto a los kraepelinianos franceses como a Magnan, cuyas teorías compartían similitudes con las de Kraepelin.
Pero la estatura de Magnan también se vio afectada por las intensas disputas internas que surgieron en la psiquiatría francesa de finales del siglo XIX.
Sin embargo, Magnan no era una víctima indefensa, y hay razones para creer que algunas de las críticas dirigidas a él se basaban en fallos personales documentados.
En última instancia, la teoría de la psiquiatría de Magnan, que culminó en el periodo de entreguerras con la aparición de un nuevo paradigma nosológico nacional, ha dominado la psiquiatría francesa durante la mayor parte del siglo XX.
Magnan ha desaparecido prácticamente de la literatura actual sobre el alcoholismo.
Así, Magnan era en muchos aspectos un paria dentro de la psiquiatría francesa a principios del siglo XX.
* Luis Pacheco - Julio 2015
* Ian Dowbiggin - Social History of Medicine, Volume 9, Issue 3, December 1996
* Journal of the History of the Neurosciences Basic and Clinical Perspectives - Volume 27, 2018 - Issue 2
* Comité des travaux historiques et scientifiques - Institut rattaché à l’École nationale des chartes
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