miércoles, 25 de enero de 2023

DR. GIOVANNI MINGAZZINI

Neurólogo italiano nacido en Ancona el 15 de febrero de 1859.
Hijo de Ferdinando, ingeniero, y de Cesira Franceschelli.
A temprana edad se trasladó con su familia a Roma. Inscripto en la facultad de medicina de la Universidad de Roma en 1877-78, ya como estudiante mostró interés por los estudios de anatomía asistiendo al instituto de F. Todaro, con el que se graduó en 1883.
En ese ambiente hizo sus primeras experiencias, nutriéndose en una escuela abierta al avance de las doctrinas evolutivas, en la que se efectuó un movimiento positivista de interpretación biológica de los datos anatómico-fisiológicos y en la que cobraron impulso los estudios de embriología comparada.
Por sus esfuerzos como joven graduado, Mingazzini recibió los premios Corsi y luego Maggi. 
En esos años también cultivó la experiencia clínica, formándose en el ejercicio práctico de la medicina en ambientes hospitalarios: después de graduarse, de hecho, Mingazzini se había embarcado en una carrera hospitalaria en el hospital romano de S. Giovanni, obteniendo pronto, sin embargo, poder priorizar los estudios y la carrera académica. 
En 1885 ingresó como asistente en el instituto anatómico dirigido por su maestro y en 1889 obtuvo la cátedra libre de anatomía humana normal.
Mingazzini se había perfeccionado con una experiencia de dos años en Munich, en el laboratorio del asilo de esa ciudad. 
Con Todaro se había ocupado de los aspectos anatómicos y fisiológicos del sistema nervioso, alcanzando pronto una reconocida competencia también en el campo clínico-neurológico. 
Las primeras publicaciones, que se remontan al período de estancia en el instituto de anatomía, se ocupan casi exclusivamente del estudio del sistema nervioso central. 
Poco después de graduarse, en 1884, Mingazzini ya había impreso un pequeño manual de anatomía que fue reimpreso en 1889 (Manual de anatomía de los órganos nerviosos centrales del hombre: para uso de médicos y estudiantes de medicina, Roma 1889).
Mientras se adentra en la corriente biológica de interpretación anatomo-fisiológica, Mingazzini no pierde contacto con la enseñanza de J. Moleschott,  L. Luciani y de G. Sergi en lo que se refiere al sector antropológico, cultivando especialmente los estudios de morfología cerebral e histopatología. Estos intereses lo llevaron al hospital romano de S. Maria della Pietà en su sede de Lungara, donde había sido llamado como anatomopatólogo en 1891 y donde fundó un laboratorio anatomopatológico particularmente avanzado en investigaciones instrumentales, que pronto hizo uso de una rica colección de preparaciones histológicas. 
Si inicialmente había sufrido una fuerte impronta evolutiva, en un segundo momento Mingazzini no permaneció indiferente a las propuestas del neoconstitucionalismo, adhiriéndose a un modelo que entonces se estaba estableciendo en la ciencia médica italiana. 
En 1905 relevó a C. Bonfigli en el cargo de director del asilo, cargo que mantuvo hasta 1924, año de su clausura. Por ello no dejó de dar clases en la universidad. Tras la enseñanza libre de anatomía normal, en 1894 obtuvo también la de neuropatología y psiquiatría. 
La asignación oficial le llegó en 1896, cuando sucedió a E. Sciamanna en la enseñanza de la clínica de enfermedades nerviosas y mentales. 
Nombrado extraordinario en la misma materia en 1900, Mingazzini obtuvo el ordinariato en 1910; finalmente, en 1921, sucediendo a A. Tamburini, asumió la dirección de la clínica de enfermedades nerviosas y mentales, administrándola hasta 1929. 
Bajo su dirección, iniciada en 1905, la clínica neurológica cambió de ubicación.
Mingazzini es considerado el fundador de la escuela neurológica romana así como uno de los mayores intérpretes italianos de los estudios especializados recogidos bajo el título de "neuropatología", término que destaca el particular carácter anatomoclínico de esta línea de investigación.
En cuatro décadas de actividad profesional, desarrolló una minuciosa exploración de las funciones del sistema nervioso central, analizando su morfología y fisiología también en sus implicaciones patológicas y clínicas. Es evidente el papel que jugaron las técnicas anatómicas en su obra como herramienta privilegiada de conocimiento en el campo neurológico. Sus estudios han permitido un notable avance en el campo de la neurología y también de la psiquiatría, sector disciplinar que se estaba asentando en Roma con una orientación neurológica, a pesar de las dificultades encontradas para ser reconocido en el ámbito universitario como separado de la neurología.
En el nacimiento de la Sociedad Italiana de Neurología (Roma, 8 de abril de 1907) - evolución de la Sociedad Frenopática (1861) y luego Freniátrica (1873) - Mingazzini era uno de los dos vicepresidentes con E. Morselli, mientras que el presidente era L. Bianchi. 
En ese mismo año se realizó la primera reunión de la sociedad alemana correspondiente, la Deutsche Gesellschaft für Neurologie, que se había establecido hace unos meses con WH Erb y H. Oppenheim. 
La tradición de asociar las disciplinas neurológicas con la psiquiatría parecía debilitarse y la neuropatología parecía formar una nueva asociación con la cirugía, en particular con las ramas de la otorrinolaringología y la oftalmología. 
En 1921, ya reconocido como líder, Mingazzini inauguró la recién creada cátedra clínica de enfermedades nerviosas y mentales. Defendió el concepto de PJ Moebius con miras a fundar instituciones para los nerviosos pobres (Sobre la necesidad de hospitales para los nerviosos pobres, en Il Policlinico, sección práctica, XXI [1914], 4, pp. 144f.). 
Su adhesión personal a la nosología alemana resulta también de la consideración de las cefaleas como psicosis neurálgicas, en cuyo sentido declara compartir la teoría de las psicosis «después de una irritación espinal» esbozada por W. Griesinger. En la misma línea se vincula con Griesinger y H. Schüle a propósito de la «disfrenia neurálgica», reivindicando en varios trabajos la entidad de las «psicosis neurálgicas».
En el estudio clínico sobre psicosis neurálgicas (in sensu lato) - en Riv. Freniatría experimental y medicina forense de la locura, 1899, vol. 25, págs. 401-444, 563-606, en colaboración. con G. Pacetti - Mingazzini amplió la ya abundante casuística que parecía probar la existencia de formas psicopáticas en relación causal con la neuralgia.
Gracias a sus frecuentes estancias en el extranjero, estrechó sus lazos con Alemania y contribuyó a aumentar el prestigio de la ciencia médica italiana también en otros países europeos y en América.
En septiembre de 1887 había participado en el XII Congreso de la Asociación Médica Italiana celebrado en Pavía, presentando en la sección de anatomía y fisiología una serie de observaciones anatómicas sobre los cráneos y cerebros de criminales y deteniéndose en el valor morfológico de los caracteres atávicos detectados en el caso (Más de 30 cráneos y cerebros de criminales italianos, ibíd.,1888, vol. 14, pág. 1-48). 
Ya en este trabajo se esboza una tesis que se presenta sustancialmente diferente a la de C. Lombroso, en cuanto que hacía proceder las deducciones en sentido contrario al descrito por Lombroso, desde las evidencias anatomopatológicas a las de orden clínico, de modo que los defectos degenerativos habrían consistido en resultados de anomalías y detenciones del desarrollo contingentes, más que hereditarios o constitucionales. 
Ya en esta fase de su trabajo, Mingazzini se muestra atento a los datos rigurosos de observación y experimentación morfológica, datos que S. Maria della Pietà proporcionó en abundancia, especialmente después de que, en los años de su primer oficio como anatomopatólogo, dio un fuerte impulso a la práctica de la autopsia. 
El primer gabinete de fisiopatología, que con él se convirtió en el laboratorio de anatomía patológica, fue elegido como círculo favorito de un grupo de neurólogos que tenían estrechas relaciones científicas con la escuela neuropatológica de Munich, dirigida por Franz Nissl. Su interés por la neuropatología alemana también se extendió al patrimonio de libros del laboratorio, que Mingazzini enriqueció con una serie de traducciones de obras extranjeras (cf.1800-1950. Un catálogo para la locura. La Biblioteca «Cencelli» de Santa Maria della Pietà en Roma, Manziana 1992).
El campo de interés favorito de Mingazzini siguió siendo anatómico, sobresaliendo en la integridad y certeza del conocimiento. Estudió la fina estructura del núcleo y de las conexiones con las fibras arqueadas del bulbo. 

Este busto de bronce de Giovanni Mingazzini se encuentra en el vestíbulo de la Clinica delle Malattie Nervose e Mentali de Roma


Se dedicó al estudio del núcleo lenticular y de la región prelenticular (Sobre la sintomatología de las lesiones del núcleo lenticular, Revista experimental de freniatría y medicina forense de los trastornos mentales,1901, vol. 27, págs. 68-93, 484-503; 1902, vol. 28, págs. 317-389), llegando a establecer la existencia de un nuevo síndrome putaminal agudo también denominado “hemiparesia lenticular de Mingazzini”, debido a la lesión de esa parte anatómica. 
Sobre la base de numerosas preparaciones anatómicas a partir de cortes seriados realizados entre la protuberancia y el núcleo lenticular, demostró que la hemiparesia por lesión del núcleo no siempre es causada por daño en las fibras motoras de la cápsula interna, ya que podría provenir de la destrucción de fibras adicionales asociadas con la vía piramidal o el fascículo rubroespinal. 
Investigó el trayecto de las fibras cerebelo-ponto-cerebelosas, ampliando el conocimiento anatómico de las estaciones de unión de ese complejo sistema (Sobre el curso de las fibras pertenecientes al pedunculus medius cerebelli y al corpus restiforme, en Arch. for medical sciences , XIV [1890], 11, pp. 245-262). 
Las afasias fueron un tema muy discutido por Mingazzini quien, de acuerdo con SE Henschen, apoyó la doctrina según la cual en los primeros años de vida la función del lenguaje es común a los dos hemisferios, padeciendo posteriormente la pérdida funcional del área derecha de ​Broca, con la detención de las conexiones al área acústica izquierda (Afasias, Roma 1923). 
Un campo o punto que lleva su nombre está ligado a Mingazzini en el que las vías fásico-motoras provenientes del hemisferio derecho se cruzan con las del izquierdo, originando un haz de fibras verbal-articulares que tienen la función de transportar a los núcleos bulbar la señal motora correspondiente a la imagen verbal recibida de las fibras motor-fásicas (Notas clínicas y anatomo-patológicas sobre el sitio de las vías verbofásicas y verboártricas, Florencia 1916). 
A través de los hallazgos anatomopatológicos y en base a la observación clínica contemporánea, encontró además de una afasia sensorial también una contracción del lenguaje hablado en pacientes con pérdida bilateral del área de Broca, con una emisión casi exclusivamente monosilábica. Esta observación le permitió sustentar la idea de que el área de Broca debería preservar la memoria de las imágenes motoras producidas no por palabras sino por sílabas individuales, luego ordenadas sobre la base de órdenes provenientes del área verbal-acústica.
Mingazzini se ocupó de diversas formas degenerativas del cerebro y también se ocupó de la patología de los tumores cerebrales, centrando la atención en los síntomas y sentando las primeras bases para una clasificación clínica de los tumores del lóbulo temporal (Clinical and anatomical contribuciones al estudio de los tumores del lóbulo parietal, en Revista experimental de frenología y medicina forense de los trastornos mentales , 1898, vol. 24, pp. 655-673; Contribución al estudio de los tumores incipientes de la superficie cerebral y de la médula espinal, ibíd ., 1901, vol. 27, pp. 912 -945). 
También consideró una gama muy amplia de neoplasias que afectan con mayor frecuencia al sistema nervioso central (Abscesos y tumores cerebrales. Observaciones clínicas y anatomopatológicas, en Riv. de patología nerviosa y mental, 1919, vol. 24, marzo-abril, págs. 65-90; mayo-agosto, pp. 129-164). 
Para llevar a cabo en su totalidad el estudio de los tumores, en la década de 1920 acudió al manicomio de Hamburgo donde pudo estudiar, examinar y fotografiar un par de cerebros de monos antropomórficos, útiles para sus investigaciones comparativas especialmente en relación con la morfología variada de los surcos y el aislante.
El trabajo sobre los tumores ocupó los últimos años de actividad de Mingazzini y su muerte impidió la deseada publicación de un tratado específico. Se había ocupado del examen del cerebelo en cuanto a su doble función de acumulador de fuerza y ​​regulador de la sinergia de movimientos, redactando la clasificación de las lesiones crónicas del cerebelo que luego fue aceptada por unanimidad.
Publicó algunos trabajos sobre la infección por sífilis y sus consecuencias para el eje cerebro-espinal, en el período en que se abrían los caminos de una terapia eficaz (El tratamiento de Salvarsan en la sífilis nerviosa, y la reacción de Wassermann, en Il Policlinico , práctica sección, XVIII [1911], 49, pp. 1545-53) y fue uno de los primeros en Italia en aplicar la terapia de la malaria en la demencia paralítica. 
Había estudiado el trayecto del nervio hipogloso, explorándolo en monos y llegando a la definición precisa de los grupos de células que inervan las cuerdas y el velopéndulo. Uno de sus últimos trabajos fue el del callosum, donde recogió las nociones anatómicas, fisiológicas y clínicas sobre la importante vía conmensural del cerebro (Der Balken. Eine anatomische, fisiopathologische und klinische Studie, Berlín 1922). 
En su vasta producción científica, también encontró espacio para cierta atención a los problemas criminológicos, que en su momento también fueron investigados con las herramientas de la neuromorfología (Sobre el significado de la depresión parieto-occipital, en Experimental review of brakes and legal medicine, 1892, tomo 18, págs. 122-127).
Mingazzini había participado en las actividades de la Sociedad Freniátrica y más en general en el movimiento de freno italiano, pero también en psiquiatría siempre defendió la autonomía del organicismo al que se adhirió, fundado sobre todo en hallazgos anatómicos y clínicos. 
Si bien simpatizó con Lombroso, con quien colaboró ​​en el volumen La pericia psiquiátrico-legal (Turín 1905), Mingazzini no se mostró particularmente sensible a las teorías de Lombroso, manteniéndose adherido a criterios puramente anatomopatológicos y neurológicos que no permitían abstracciones y generalizaciones criminológicas. 
La distancia que puso entre su pensamiento y otras corrientes que florecieron dentro de la antropología, con evidentes repercusiones en las predisposiciones médico-legales y psiquiátricas, emerge bien en el ensayo El cerebro en relación con los fenómenos psíquicos (estudio sobre la morfología de los hemisferios cerebrales del hombre), Turín 1895, significativamente dedicado a Todaro.
En el ensayo, además de recoger lo producido hasta entonces sobre la correlación entre órganos y funciones cerebrales, presentaba los puntos salientes de una literatura que en los últimos años se había ocupado de fenómenos cerebrales de carácter psíquico. 
Mingazzini se movía con cierta soltura en el campo de la morfología de la corteza cerebral, buscando entre los surcos los estigmas somáticos de la supuesta degeneración entre las razas entonces llamadas "inferiores" o entre las diferencias sexuales. De las comparaciones reportadas en numerosas figuras y cuadros sinópticos, no había indicios claros a favor de las hipótesis biológicas sustentadas por una parte del consorcio científico, ni siquiera en los casos del delincuente, el idiota, el sordomudo o los microcefálicos, en el que las anomalías cerebrales deberían haber sido dominantes. 
Entre los dos lados opuestos, uno apoyando el papel del atavismo, el otro el de la condición patológica en la degeneración, Mingazzini encontró un compromiso razonable al afirmar la necesidad de ambas causas. De esta manera redujo el campo de la antropología criminal, debilitando la base para la clasificación de los "tipos" de la escuela criminal positiva.
Maestro autorizado y siempre activo en el campo académico, Mingazzini dio vida a una escuela compacta y reconocida internacionalmente. 
Entre sus alumnos se encuentran G. Amantea, A. Clementi y G. Perusini, así como su primer ayudante, G. Fumarola, quien le dedicó el estudio Diagnóstico de las enfermedades del sistema nervioso (Roma 1922), en el que quedó claramente ejemplificada la dirección de la escuela romana, que puso "la anatomía primero" y luego la fisiología a seguir.
Mingazzini colaboró ​​en el trabajo cuidando el prefacio y dos capítulos: el primero sobre la Anamnesis y el último Sobre el diagnóstico en las enfermedades nerviosas, para lo cual cumplió con un examen neurológico muy preciso, dividido esencialmente en las tres partes de la motilidad, reflejos de sensibilidad, en el examen del lenguaje sustancial, de las prácticas y del psiquismo. 
En los casos más difíciles, sin embargo, era posible formular, a partir del complejo sintomático, los tres pilares de cada síndrome mórbido: el estado, la base y la forma, a la espera de alguna señal que condujera al cuadro clínico definitivo y la fórmula de diagnóstico anatomopatológico. 
Una de sus obras más importantes en este sentido, además de las múltiples aportaciones esparcidas sobre diversos temas, es la colección de Lecciones de anatomía clínica de los centros nerviosos (ilustradas con numerosas figuras en el texto y un cuadro aparte) para uso de médicos y estudiantes (Turín 1908), que luego se convirtió en el tratado homónimo con dos ediciones cerradas (Anatomía clínica de los centros nerviosos, ibíd. 1908 y 1913), el segundo de los cuales aumentó en casi un tercio con respecto al primero.
El Dr. Mingazzini murió en Roma, el 3 de diciembre de 1929 de una falla cardíaca.
Fue miembro de numerosos institutos y academias científicas nacionales e internacionales. En la silla romana le sucedió S. De Sanctis.
Mingazinni vio y analizó el cerebro del líder comunista ruso Lenin tras la muerte del líder soviético en 1924.
Cuando Benito Mussolini llegó al poder en Italia, Mingazzini se negó a firmar lealtad al fascismo, arriesgándose así a ser deportado a Cerdeña.

Epónimos
Signo Mingazzini (1913)
Una prueba para la hemiparesia sutil, en la que el participante extiende los brazos frente a él con los dedos separados. Luego, el examinador observa el descenso de la extremidad superior.
Maniobra de Mingazzini (1913)
Esta maniobra se busca con el sujeto en posición dorsal; el muslo se dobla en ángulo recto con el tronco, por lo que es sustancialmente vertical, mientras que la pierna debe mantenerse horizontal. Del lado de la parálisis o paresia piramidal, la pierna desciende y el muslo se desvía. Descrito por Jean-Alexandre Barré en 1937.
Campo Mingazzini
Término descrito por primera vez por el internista y patólogo sueco Salomon Eberhard Henschen (1847-1930) en 1925 para referirse al área anterior al núcleo lenticular izquierdo, donde se unen las fibras del área de Broca y el área correspondiente en el hemisferio contralateral.
Hemiplejía lenticular de Mingazzini
Síndrome agudo del putamen, que describe una lesión del núcleo lenticular que Mingazzini había descrito en 1901.

* Gaetana Silvia Rigo - Giuseppe Armocida - Diccionario biográfico de italianos - Volumen 74 (2010)
* Jeremy Rogers y Mike Cadogan - 10 de septiembre de 2021 - LITFL

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