Oftalmólogo holandés nacido el 13 de abril de 1878 en Santpoor.
Van der Hoeve fue una de las figuras más destacadas de la oftalmología durante el último medio siglo.
Se licenció en la Universidad de Leyden en 1900, cuando pasó a ser ayudante del profesor Koster.
Se doctoró en la Universidad de Berna.
En 1913 fue nombrado catedrático de oftalmología en la Universidad de Groningen, y en 1918 asumió la cátedra de su antigua escuela de Leyden, donde desarrolló la mayor parte de la labor de su vida.
Sus aportaciones originales a la oftalmología durante su larga vida profesional fueron inmensas y continuas, y fueron reconocidas no sólo en su país sino en toda Europa.
En Gran Bretaña fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Edimburgo y recibió la medalla Sir William Mackenzie a la investigación oftalmológica.
Su conferencia Bowman de 1932 sobre los movimientos oculares, tema sobre el que escribió su tesis doctoral en 1902, siempre será un clásico.
La amplitud de sus intereses clínicos y su capacidad única para coordinar observaciones dispersas quedaron demostradas por el hecho de que ese mismo año, al pronunciar la Doyne Memorial Lecture, introdujo el concepto de "facomatosis", integrando así una serie de síndromes caracterizados por su origen congénito, su incidencia hereditaria y su sintomatología generalizada en diversas partes del mundo.
Su erudición fuera de los confines de su especialidad fue reconocida por la Real Academia Holandesa de Artes y Ciencias en 1932.
Fue elegido presidente de la Sección Física del Instituto en 1932.
Sin embargo, para la generación actual de oftalmólogos, van der Hoeve fue probablemente más conocido por su influencia en los aspectos internacionales de la especialidad.
Viajero a muchos países y visitante bienvenido en cada uno de ellos, fue el principal responsable del restablecimiento de las relaciones internacionales en oftalmología tras la interrupción de la primera Guerra Mundial, por lo que era natural que en 1929 el primer Congreso Internacional de la posguerra se celebrara en Holanda bajo su presidencia.
En aquel momento se encontraba en la flor de la vida y con su facilidad para los idiomas, su cortesía genial, su inusual erudición y su capacidad organizativa, destacó entre sus contemporáneos como el líder universalmente aclamado de su profesión.
Desde entonces, su actividad en asuntos internacionales y su inmensa capacidad para entablar y mantener amistades, así como su excelencia profesional, le granjearon progresivamente el cariño de multitud de amigos en todo el mundo, y estas cualidades se reflejaron en su ingreso como miembro honorario de una veintena de sociedades nacionales.
En sus últimos años, cuando la fragilidad física frenó sus actividades, no perdió ninguna de sus entrañables cualidades y, ahora que se ha ido, ha dejado tras de sí un recuerdo universal único por su intimidad y calidez.
Con la muerte del profesor Jan van der Hoeve, el mundo de la oftalmología ha perdido a un gran líder profesional y a un amigo muy querido. Durante los últimos años su salud era precaria y se estaba volviendo muy frágil, por lo que fue víctima de un accidente de tráfico el 26 de abril de 1952.
* Obituary - British Journal of Ophthalmology
* Ciencia
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