A principios del siglo XX, Ernest Henry Starling hizo muchas contribuciones fundamentales a la comprensión de la fisiología humana. Con un profundo interés en cómo se regula el equilibrio de líquidos, naturalmente se dedicó a explorar las complejidades de la función renal.
Al principio de su carrera se centró en el proceso de filtración glomerular y pudo fundamentar la opinión de Carl Ludwig de que este proceso puede explicarse enteramente sobre la base de gradientes de presión hidrostática y oncótica a través de la pared capilar glomerular y que el proceso puede regularse por alteraciones en el tono de las arteriolas aferentes y eferentes.
Para explorar la función tubular renal, empleó un modelo de corazón, pulmón y riñón en el perro y pudo deducir que ciertas sustancias se reabsorben por los túbulos (p. ej., cloruro de sodio) y otras mediante la secreción tubular (p. ej., ácido úrico, colorante índigo carmín).
Al bloquear temporalmente la función tubular usando ácido cianhídrico, pudo concluir que las sustancias secretadas deben absorberse en el lado peritubular de la célula y concentrarse dentro de la célula para impulsar el proceso secretor. Finalmente, pudo apreciar que el riñón es un órgano que se regula según las necesidades del organismo y que los procesos de filtración glomerular, secreción tubular y reabsorción están todos sujetos a influencias reguladoras, las cuales han evolucionado para conservar la composición química normal.
Starling nació el 17 de abril de 1866 en una familia de escasos recursos económicos y de profunda creencia religiosa.
Recibió su primera educación en Islington (1872-1879) y en el Colegio de la Escuela del Rey (1880-1882).
En 1882 ingresó en el Hospital Escuela de Medicina de Guy de Londres, donde estableció un récord recibiendo las máximas calificaciones.
Uno de los períodos más influyentes en los años formativos de Starling fue entre 1885 y 1900 en el laboratorio de Willy Kühne en Heidelberg. Probablemente, este período marcó el inicio de su fuerte rechazo del empirismo como base para la práctica clínica, y jugó un papel en dirigir la fisiología como medio de acercar la ciencia básica a la cabecera del paciente.
Fue un gran investigador, entre sus resultados más notables se cuenta la creación de la hipótesis de Starling, en la que describe las fuerzas que impulsan el líquido a través de los vasos sanguíneos. Fue también descubridor de cómo las hormonas y nervios controlan la digestión; fue la persona que creó, en el año 1905, el término «hormona» para los mensajeros químicos del organismo que se producen en las glándulas endocrinas. Determinó además la importancia de las proteínas séricas, demostró que la secreción pancreática era estimulada por la secretina.
En la fisiología circulatoria el legado Starling es conceptualmente uno de los más influyentes en el siglo XX.
Sus contribuciones a la comprensión moderna de las funciones del cuerpo, especialmente la “secuencia de Starling”, que abarca tanto la función circulatoria central y el intercambio de fluído a nivel capilar, sigue siendo el tema unificador de la teoría contemporánea del aparato circulatorio.
En enero de 1902 Starling y su cuñado, Sir William Maddock Bayliss, presentaron una comunicación preliminar que abrió la puerta para el vasto campo de la función hormonal. Publicado en total en septiembre de 1902, el documento establece la existencia y el papel de la secretina, una sustancia que se libera en la sangre de las células epiteliales del duodeno (entre el estómago y el intestino delgado), que a su vez estimula la secreción digestiva del jugo pancreático en el intestino.
También durante este período, aceptó la cátedra para la Sociedad Real en Foulerton y concluyó sus prolíficos estudios dedicado a investigar la función renal.
Trabajó también en el University College de Londres, aunque también realizó fructíferas estadías en Alemania y Francia.
En 1924, junto con Ernest Basilio Vernay (1894-1967), demostró la reabsorción de agua en los túbulos del riñón. En estos estudios describió que el agua, cloruros, bicarbonatos, y glucosa, perdidos en el filtrado excretor, se reabsorbe en el extremo inferior de los túbulos renales (glomérulos).
A pesar de deterioro de la salud, continuó su trabajo de investigación con becarios y estudiantes de todo el mundo.
Falleció a bordo de un barco, el 2 de mayo de 1927, mientras realizaba un crucero por el Caribe, y fue sepultado en Kingston, Jamaica.
* León G. Fine - Nephron Physiology - 2014
* Dr. Francisco Perez B. - Revista chilena de Endocrinología y Diabetes - 2015
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