miércoles, 12 de junio de 2024

DR. FRANZ RITTER von SOXHLET

Químico y fisiólogo de la nutrición alemán, nacido el 13 de enero de 1848 en Brünn (Brno), Mähren (Moravia), hijo de un inmigrante belga. 
Tras completar sus estudios de química con un doctorado en Leipzig en 1872, se convirtió en asistente en el instituto de agricultura y química animal Landwirtschaftliches und tierphysiologisches Institut de Leipzig. 
En 1873 fue nombrado asistente en el Landwirtschaftlich-chemische Versuchsanstalt de Viena. 
De 1879 a 1913 fue profesor de fisiología animal y lechería en la escuela técnica superior de Múnich, además de encargársele la dirección de la Landwirtschaftliche Versuchsstation für Bayern de dicha escuela. 
En 1894 se licenció en Medicina por la Universidad de Halle.
Soxhlet se ganó un lugar en la historia de la medicina por sus trabajos sobre la esterilización de la alimentación infantil (Säuglingsnahrung) en porciones individuales, siendo calificado como el «reformador de la nutrición infantil». 
Además del método de la leche y el azúcar nutritivo que llevan su nombre. 
En 1886 describió la «pasteurización» de la leche para evitar su deterioro y la transmisión de enfermedades.
En 1893 describió las diferencias químicas entre la leche humana y la de vaca, y en 1900 investigó las relaciones entre el contenido de la leche en sales de calcio y la frecuencia de raquitismo. 
Soxhlet también es conocido como el primer científico que fraccionó las proteínas de la leche en caseína, albúmina, globulina y lactoproteína. 
Además, describió por primera vez el azúcar presente en la leche, la lactosa.
Franz von Soxhlet era considerado un hombre muy inteligente y un científico hábil en varios campos. 
Era un profesor estimado, un científico prolífico y un inventor ingenioso.
Falleció el 5 de mayo de 1926 en Múnich.

El origen del Extractor de Soxhlet

El conocido extractor de laboratorio Soxhlet fue propuesto por primera vez en 1879 en el curso de un artículo sobre la determinación de la grasa de la leche por von Soxhlet.
Al igual que existe cierta ambigüedad sobre las contribuciones relativas de Bunsen frente a su maquinista, Peter Desaga, con respecto a la invención del mechero Bunsen, también existe ambigüedad sobre la invención del extractor, ya que en su artículo Soxhlet atribuyó su rasgo más característico -el uso de un sifón de nivel constante para devolver el extracto al matraz de disolvente tras la finalización de un ciclo de extracción determinado- a uno de los miembros de su personal, un tal Herr Szombathy (presumiblemente el soplador de vidrio del laboratorio), aunque se apresuró a matizar esta atribución señalando que tanto la optimización de las dimensiones del extractor como las condiciones adecuadas para su uso eran el resultado de sus propios estudios de laboratorio.
La práctica de la extracción sólido-líquido es tan antigua como la historia, y sus usos cotidianos más comunes son la preparación de tés y perfumes. 
Así, hace muchos años, Levey describió lo que se cree que son los restos de un extractor mesopotámico de agua caliente para materia orgánica que data aproximadamente del año 3500 a.C. 
A mediados del siglo XIX se utilizaban diversos términos para describir varias versiones de este proceso, como maceración, infusión, decocción, lixiviación y desplazamiento. 
Como resumió Morfit en 1849, los dos últimos procesos consistían en introducir la materia orgánica a extraer en un cilindro alto o en un cono conocido como percolador. 
A continuación, se llenaba con el disolvente caliente (normalmente alcohol o éter), que se dejaba filtrar lentamente a través de la materia orgánica y escurrir por una abertura en el fondo, donde se recogía en un matraz o vaso de precipitados. Este proceso se repetía varias veces utilizando nuevas cantidades de disolvente y los extractos combinados se evaporaban para recuperar la materia extraída.
La idea de automatizar este proceso no fue original de Soxhlet. 
Ya en la década de 1830, el químico francés Anselme Payen (1795-1871) había introducido un extractor continuo en el que el vapor del disolvente en ebullición se conducía por medio de un tubo lateral a un bulbo condensador (los condensadores de reflujo no se introdujeron hasta más tarde) montado en la parte superior de la columna de percolación. Tras atravesar la materia orgánica de la columna, el disolvente condensado drenaba directamente al matraz de disolvente, desde donde se evaporaba una vez más para pasar de nuevo por el percolador.
De hecho, estrictamente hablando, el extractor mesopotámico descrito por Levey, aunque muy rudimentario e ineficiente, también era continuo, ya que hacía recircular el agua caliente para que pasara repetidamente por la materia orgánica. 
Aunque el extractor Soxhlet también se describe a menudo como continuo, esto es inexacto y se caracteriza mejor como un extractor por lotes automatizado, ya que el extracto no drena continuamente en el matraz de disolvente, como en el aparato de Payen, sino que drena sólo después de haber alcanzado el volumen crítico determinado por la altura del sifón.
La motivación de Soxhlet para introducir esta innovación fue aparentemente cuantificar el proceso de extracción con la intención de utilizarlo para determinar cuantitativamente el contenido de grasa de la materia orgánica, y su documento contiene tablas que enumeran el número de ciclos de extracción para cada muestra. 
Aunque esta característica no sea de interés, el extractor Soxhlet sigue teniendo la ventaja de ser más eficiente que un extractor continuo, ya que en este último el disolvente condensado tiende a crear un canal de menor resistencia al pasar a través de la materia orgánica, exponiendo así sólo una fracción de la misma al proceso de extracción y sólo durante un período muy limitado de contacto, mientras que en el primero no sólo cada ciclo rodea completamente la materia orgánica con disolvente condensado, sino que también prolonga el período de contacto.
Aunque los químicos seguirían proponiendo nuevos tipos de extractores mucho después de Soxhlet, sus aparatos pronto dominaron la práctica de laboratorio. 
Así, el catálogo de 1912 de Eimer and Amend, el principal proveedor estadounidense de aparatos de laboratorio a finales del siglo XIX y principios del XX, enumeraba 27 tipos diferentes de extractores, de los cuales siete, o casi una cuarta parte, eran variaciones del diseño original de Soxhlet y llevaban su nombre.
A finales del siglo XIX, el aparato de Soxhlet también había inspirado varios intentos de desarrollar extractores automatizados similares para la extracción líquido-líquido.

* William B. Jensen - Department of Chemistry, University of Cincinnati // J. Chem. Educ., 2007, 84, 1913-1914
* Ciencia

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