La anatomía descriptiva fue la primera disciplina médica básica que se independizó de los planteamientos clásicos y tradicionales. Uno de los elementos que hay que tener en cuenta en este proceso fue la disección de cadáveres humanos. Aunque su práctica regular comenzó en la Baja Edad Media, no se convirtió en método fundamental hasta el Renacimiento. Comenzó ésta a ser habitual en la Universidad de Bolonia a finales del siglo XIII; lo fue poco después en Padua, Montpellier y Lérida.
Durante el siglo XV se extendió a otras universidades italianas y también a las que imitaron su modelo. Se suele considerar a Andrés Vesalio como una de las figuras que más contribuyó al cambio. A pesar de que recientes investigaciones matizan esta afirmación, lo que sí se puede señalar es que las aportaciones del movimiento que surgió en torno a Vesalio fueron decisivas.Gabrielle Falloppio fue precisamente uno de los médicos influidos por la obra de Vesalio.
Hijo de Geronimo y Caterina, nació en Módena alrededor de 1523, donde estudió medicina y también cirugía. Allí empezó a ejercer esta profesión, que tuvo que abandonar por los malos resultados que obtuvo en su práctica. También estuvo en la Universidad de Ferrara donde, según algunos, obtuvo el doctorado en 1547 bajo la dirección de Antonio Musa Brasavola.
Enseñó anatomía en Pisa entre 1548 y 1551; en esta ciudad fue acusado de practicar la "vivisección" humana. También estuvo en Florencia haciendo disecciones de leones en el zoológico de los Medicis.
Hacia 1551 fue llamado para ocupar la cátedra de cirugía y anatomía por la Universidad de Padua a la que William Shakespeare llamó “nodriza de las artes”, y cuya fundación se remonta a 1222, por emigración de estudiantes y profesores de la Universidad de Bolonia, fundada a su vez en 1158.
Allí sucedió a Vesalio y a Colombo.
Falloppio recibió una educación clásica. A la muerte de su padre, la familia quedó amenazada por la pobreza, situación que hizo cavilar a Gabriele sobre abrazar la carrera eclesiástica; un cambio en la situación económica le decidió a estudiar medicina, convirtiéndose en discípulo de Niccolò Machella, en su ciudad natal.
En Módena, en 1544, solicitó permiso para efectuar la disección del cuerpo de una criminal que había sido ahorcada. Por entonces intentó practicar la cirugía, pero el escaso éxito obtenido le hizo desistir.
A continuación, se trasladó a Padua para estudiar con Matteo Realdo Colombo (ca. 1515-1558), oriundo de Cremona, discípulo primero, y luego ayudante de Andrés Vesalio.
Lo que sí se sabe con certeza es que en 1548 fue discípulo de Antonio Musa Brasavola y Giovanni Battista Canano, en Ferrara.
Por un breve período enseñó farmacia en Ferrara, pero poco más tarde aceptó la cátedra de anatomía en la Universidad de Pisa; a esta Universidad el Papa Clemente VI (Pierre Roger de Rosiere) en 1343 la consideró como un estudio general. Durante ese lapso disecó leones en el zoológico de los Medicis, en Florencia, donde probó la falsedad del concepto de Aristóteles de que los huesos de estos felinos eran sólidos, carentes de médula ósea.
No obstante ser acusado falsamente de haber practicado vivisecciones en Pisa, donde había ingresado recomendado por su ilustre paciente Cosimo I de Medici, Gran Duque de Toscana, fue nombrado profesor de anatomía y cirugía y director del jardín botánico de Padua, en 1551.
Murió en esta ciudad el 9 de octubre de 1562, víctima, según dicen, de una tuberculosis.
Sus restos mortales, enterrados por primera vez en la iglesia de Sint Antonius en Padua, fueron posteriormente trasladados a un monasterio vecino debido a las obras de reconstrucción de la iglesia.
Como cirujano, Fallopio realizó de manera experta operaciones de estereotomía y enseñó a sus estudiantes a usar el trócar de manera segura para la punción de la ascitis: es decir, en las cercanías de la "fosa iliaca", en lugar de en la región peri-umbilical como se practicaba comúnmente en ese tiempo.
Falopio sólo publicó un libro: las "Observationes anatomicae" (1561), sin ilustraciones, que perseguía la corrección de los errores cometidos por su predecesor así como la adición de datos nuevos.
Cuando se publicó le envió un ejemplar a Andrés Vesalio, quien entonces se encontraba en Madrid.
Las referencias al "divino Vesalio" y la cortesía de sus críticas movieron a éste a escribir una réplica amistosa con el título "Anatomicarum Gabrielis Falloppii observationum examen" (1564).
Cuando se publicó le envió un ejemplar a Andrés Vesalio, quien entonces se encontraba en Madrid.
Las referencias al "divino Vesalio" y la cortesía de sus críticas movieron a éste a escribir una réplica amistosa con el título "Anatomicarum Gabrielis Falloppii observationum examen" (1564).
Aunque tiene poco valor científico porque su autor estaba ya alejado de la investigación y de los recursos necesarios, es interesante ya que en ella explica cómo llegó a ciertas conclusiones, admite algunos errores y se queja de la esterilidad científica de la corte real española de aquella época.
La obra de Falopio está repleta de hallazgos originales y de excelentes descripciones. Por ejemplo, las estructuras del órgano auditivo (canales semicirculares, acueducto), y las del ojo (coroides, músculos oculomotores, ligamento ciliar). Se le conoce más, sin embargo, por la estructura que lleva su nombre: trompas de Falopio, o trompas uterinas, (tubo largo y delgado que se extiende desde el ángulo lateral superior del útero hasta el ovario del mismo lado).
Adherido al ligamento ancho por el mesosalpinx consta de una ampolla, un infundíbulo o pabellón, un istmo y dos orificios, uno abdominal y otro uterino. Además, Falopio también se percató de la existencia de tres túnicas en la pared de la vejiga y de su esfínter interno.
La obra de Falopio está repleta de hallazgos originales y de excelentes descripciones. Por ejemplo, las estructuras del órgano auditivo (canales semicirculares, acueducto), y las del ojo (coroides, músculos oculomotores, ligamento ciliar). Se le conoce más, sin embargo, por la estructura que lleva su nombre: trompas de Falopio, o trompas uterinas, (tubo largo y delgado que se extiende desde el ángulo lateral superior del útero hasta el ovario del mismo lado).
Adherido al ligamento ancho por el mesosalpinx consta de una ampolla, un infundíbulo o pabellón, un istmo y dos orificios, uno abdominal y otro uterino. Además, Falopio también se percató de la existencia de tres túnicas en la pared de la vejiga y de su esfínter interno.
Gabriele Falloppio acuñó el término “vagina”, describió el clítoris y aclaró una antigua disputa acerca del himen, afirmando su existencia en las vírgenes.
Más importancia tiene el hecho de que Falopio fuera de los primeros en estudiar el desarrollo embriológico de algunos huesos y de los dientes. Con la realización de autopsias a fetos, recién nacidos y niños, aportó importantes observaciones sobre los centros primarios y secundarios de osificación. También hizo una brillante descripción de la dentición primaria y de su sustitución por la secundaria, llamando la atención sobre el hecho de que el tipo de tejido difería del óseo.Como señala Laín, esto significa que la forma anatómica comienza a estudiarse desde el punto de vista de la génesis. En unas breves lecciones que Koyter publicó en 1575, Falopio discute y niega la condición de "simples" a muchas de las "partes similares" del cuerpo animal, que Aristóteles les había atribuido.
Para Falopio, estas partes se hallarían compuestas de "fibrae" ejecutoras de funciones distintas como el movimiento ("voluntario" en la fibra "carnea", "involuntario" en la fibra "cartilaginea" y en la arteria, "mixto" en las fibras del tubo digestivo) y la comunicación, porque de la dirección espacial de los filamentos constitutivos de sus paredes depende el curso de poros y canales del cuerpo y la edificación de las partes sólidas, ya que las fibras elementales se urden entre sí y constituyen "texturae" o tejidos.
Falopio, pues, piensa que los tejidos del cuerpo animal se hallan constituidos de una trama lineal, superficial o tridimensional de fibras elementales. Aquí nos encontramos, pues, con otra novedad en lo que se refiere a la estequiología.
Puede decirse que Falopio, y también Fernel, vieron en la fibra el componente elemental y fundamental de todas las partes sólidas del organismo. Más tarde, los autores del siglo XVII ampliarían esta doctrina en dos sentidos: la especulación y el examen microscópico.
* Osvaldo Félix Sanchez - Revista Médica de Rosario - Sta. Fé - Argentina
* Thiery, M. Gabriele Fallopio (1523-1562) y las trompas de Falopio. Gynecol Surg 6, 93–95 (2009). https://doi.org/10.1007/s10397-008-0453-3
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