Nacido el 18 de febrero de 1906 en Hausbrunn, Austria y fallecido el 21 de octubre de 1980 en Viena, Austria de forma repentina mientras desarrollaba un trabajo clínico activo.
Tras estudiar medicina, comenzó a trabajar en la Clínica Pediátrica Universitaria de Viena, sintiéndose particularmente atraído por la práctica de la Pedagogía Curativa, disciplina que se venía desarrollando en esta institución desde 1918.
Precisamente en esta área elaboró su tesis doctoral que fue publicada en 1944. En su trabajo el médico describió a cuatro niños, entre 6 y 11 años, que presentaban como característica común una marcada discapacidad dada por dificultades en la interacción social, pese a su aparente adecuación cognitiva y verbal, e introdujo el concepto de Psicopatía Autista de la Infancia, lo que más tarde se conocería como "Síndrome de Asperger."
Describió otros elementos de este patrón de comportamiento tales como carencia de empatía, poca capacidad para establecer amistades, generación de conversaciones unilaterales y movimientos corporales torpes. Situó la aparición de los síntomas entre los dos y tres años de edad y observó mayor proporción de varones que de mujeres.
Asperger también se refería a ellos como los pequeños profesores, por su capacidad de hablar sobre su tema favorito con gran detalle y profundidad.
Las críticas de la comunidad médica de la época no tardaron en llegar. Entre otras cosas se le acusó de basar sus estudios sólo en esos cuatro casos, restándole así credibilidad científica, lo que fue refutado por el profesor Günter Krämer, de Zurich, quien certificó que el trabajo de Asperger se basó en investigaciones sobre más de más de 400 individuos.
El doctor Asperger estaba convencido de que muchos de estos menores utilizarían sus talentos especiales en la edad adulta, por lo que siguió por años a uno de sus pacientes (Fritz V.), quién se convirtió en profesor de la astronomía, logrando resolver un error en el trabajo de Newton, que había descubierto cuando era niño.
Precisamente esta perspectiva positiva de la patología es lo que distingue su descripción de autismo, de la que había desarrollado Leo Kanner en 1943.
Asperger partía de la premisa de que, pese a las importantes dificultades que generaban, estos niños tenían capacidad de adaptación si se les proporcionaba una orientación psicopedagógica adecuada.
Por ello siguió desarrollando su trabajo en el ámbito de la Pedagogía Curativa, estrategia terapéutica que integra técnicas de educación especial en la práctica médica, sustentando todo ello en el trabajo de un equipo multidisciplinario formado por médicos, personal de enfermería, educadores y terapeutas.
Cuando se acercaba el fin de la Segunda Guerra Mundial, Hans Asperger abrió una escuela para los niños con psicopatía autista.
Sin embargo, el establecimiento fue destruido durante un bombardeo en los últimos días del conflicto bélico, lo que significó la pérdida de buena parte del trabajo del médico, influyendo también en el retraso con que los científicos del mundo se enteraron de sus postulados.
Tras el conflicto y durante veinte años, Asperger asumió la dirección del departamento de pediatría de la Universidad de Viena, fue director del hospital de niños de esa ciudad y publicó más de 350 estudios en importantes revistas científicas.
El médico falleció en 1980 antes de que su definición de este patrón de comportamiento fuera reconocida por la comunidad científica internacional, debido parcialmente a que su trabajo se encontraba escrito mayoritariamente en alemán y con escasas traducciones.
El propio Asperger durante su niñez manifestó rasgos de la psicopatía autista de la infancia, trastorno que el mismo describiría más tarde. De hecho se lo describe como un niño solitario, que tenía dificultad para hacer amigos, muy talentoso con el lenguaje y profundamente interesado en el poeta austriaco Franz Grillparzer, cuyos versos leía con insistencia sus compañeros de curso aunque éstos no estuvieran interesados en oírlo.
Justo un año después de la muerte del médico austriaco, desafiando el modelo de autismo previamente aceptado —descrito por Leo Kanner en 1943— la psiquiatra inglesa Lorna Wing fue la primera persona que utilizó el término síndrome de Asperger, al publicar el trabajo "El síndrome de Asperger: un relato clínico" en la revista Psychological Medicine. A partir de entonces se ha ido develando la importancia de este trastorno tanto por su elevada prevalencia como por la repercusión social que afecta a las personas que lo padecen.
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