Se ha reconocido en Francois Magendie al experimentador y al fisiólogo, al farmacólogo y al terapeuta e incluso al anatomista. Su figura humana y científica jamas pasó desapercibida, sus trabajos y publicaciones influyeron e inundaron la Francia y el Mundo de sus días y, en muchos aspectos, su doctrina sigue vigente.
Sin embargo, una faceta de su obra no parece haber recibido la atención que merece el haber sido el creador de la toxicologfa experimental.
Debe partirse, para considerar tóxico en el sentido que Magendie lo consideraba, de la sentencia de Paracelso que sirve de frontispicio a la Tesis Doctoral de Müsquin: "Todas las cosas son veneno, solo la dosis hace que una cosa no sea veneno" (PARACELSO - 1528 -).
Podrá parodiarse la frase de Von Hohenheim expresando: "Todas las puertas de entrada pueden hacer que una sustancia, ordinariamente inocua, produzca la muerte; solo la via de penetración oportuna impide que sobrevenga".
Con el concepto que se desprende de este doble punto de vista Magendie, "para ver lo que pasaba", introdujo en el organismo animal materias tan diversas como el Acido cianhídrico y el barniz y a través de vías tan dispares como la transpleural y la venosa.
Aunque bien es cierto que la finalidad de sus experimentos era la obtención de una verdad fisiológica y que los venenos (que lo eran por su dosificacién o por lo heterodoxo de su penetración en el cuerpo animal), solo se emplearon como reactivos para la consecución de un resultado no necesariamente toxicológico, esta fuera de toda duda que Magendie estudió concienzudamente los factores del producto, y el estudio de estos factores puede con justicia denominarse "toxicología experimental" o quizá mejor, "agresología" de idéntico apellido, pues no siempre los reactivos en cuestión fueron venenos en el sentido estricto de la palabra.
Por otra parte, los trabajos experimentales que pusieron en claro los fenómenos de absorción y de eliminación de fàrmacos (fundamentalmente de los primeros), cimentaron la toxicología desde el momento en que Magendie los llevó a cabo y esta perfectamente comprobado que fué el primero en demostrar la realidad y la importancia de la absorción venosa, demostración que se efectuó utilizando precisamente productos tóxicos.
Magendie manejó venenos (y sustancias que por las caracteristicas de su aplicación se portaron como venenosas) con el fin de conocer, en la mayoría de los casos, un hecho fisiológico; el motivo no cuenta, lo importante es que se estudió el hecho y el producto empleado para esclarecerlo.
Aquello fué fisiología experimental; esto, toxicología de la misma estirpe. Ello debe ser conocido.
Siguiendo el razonado estudio sobre la vida de Magendie de P.M. Dawson, se pueden distinguir en el curso de la existencia de este fisiólogo tres fases bien definidas:
- La primera transcurre desde su nacimiento en 1783 basta su doctorado en 1808.
- La segunda abarca el periodo comprendido entre l809, fecha en que aparece su primera publicación, hasta 1821, momento en que es nombrado Académico de Medicina.
- La tercera, y última, desde 1821 hasta su muerte en 1855.
PRIMER PERIODO (1783-18O8)
El primer capitulo de la vida de Magendie, que Olmsted titula "Son of the Revolution", comienza con el nacimiento del fisiólogo en Burdeos, Francia, el 15 de Octubre de 1783 (según Plourens, pues Olmsted, basado en datos que no vienen al caso, da como fecha de nacimiento el 6 del citado mes).
Sus padres fueron Antoine Magendie, de profesidn cirujano y Marie Victoire de Peray-Delaunay.
Siendo aún niño pierde a su madre y en 1792 el padre se traslada a Paris llevando consigo al pequeño François, que contaba con 10 años.
A esta edad el muchacho no sabe todavia leer ni escribir, por lo que es educado de tal forma que su única fuente de informacidn y de educación fue la observación del medio en el que se desarrollase.
"Son unique recours vers le monde intelligent était l'observation, qui seule, disait son guide, pouvait lui conserver toute son independence" .
Si los frutos obtenidos ulteriormente se debieron al citado método o hubiesen sido mejores con una educación ortodoxa es asunto de difícil aclaración; de lo que no cabe duda es que Magendie, a lo largo de toda su vida, fué observador e independiente.
El procedimiento pedagógico exigía al educando la confección de su propio calzado, a lo que Magendie se niega prefiriendo menos independencia y majores zapatos.
Apunta ya el genio, obteniendo en la escuela un premio con un trabajo sobre los Derechos del Hombre.
Inicia los estudios de Medicina a la edad de quince o dieciséis años (no están de acuerdo los estudiosos de su vida), ingresando en los Hospitales de Paris como discipulo de Alexis Boyer (1757-1833), segundo cirujano de la Charité y profesor de Cirugia Clinica en la Ecole de Santé.
El que después habria de ser Barón A. Boyer, lo nombró su "prosector" y en examen celebrado el 7 de Floréal del año XI (1803); obtiene Magendie, a los diecinueve años, el nombramiento de interno en los Hospitales de Paris; en el otoño del mismo año lo es en el Hospital Saint-Louis y en febrero de I804 es transferido a los "Venériéns".
Conciente de su desconocimiento de las "lenguas muertas" y quizà pensando, con muy buen criterio, que siempre tendrán de "vivas" el que su estudio enseña a discurrir, Magendie sigue los cursos de Lemare, ya que la contemplacion de la naturaleza no le habia enseñado griego ni latin.
En esta época, con sólo cinco "sous" diarios vivian él y un perro. Queda uno perplejo ante el hecho de que, el que posteriormente fué el mâs despiadado vivisector, compartiese tan escaso estipendio con un animal.
Consigue a continuación la plaza de ayudante y, tras brillante oposición, la de Prosector de la Facultad; prometiendo igualmente ser un gran cirujano, para lo que estaba dotado sin duda alguna, pues en su haber cuenta la creación de una técnica para la resección del maxilar inferior e incluso dió concurridos cursos de Cirugia.
Su estadía se ve aliviada con la inesperada recepcidn de una herencia de 20.00 francos, que, si sirvieron para levantarle el ânimo, no estabilizaron su vida, pues se los gasta alegremente y en breve plazo.
Acabado el dinero, con gran disgusto de su parte tiene que dedicarse a la práctica de la medicina general. Ha pasado el examen clinico final el 22 de Febrero de 1808, siendo médico a los venticuatro años.
El 24 de marzo del mismo año recibe el certificado de su tesis doctoral, que habia tenido por titulo "Essai sur les usages de voile du palais avec quelques propositions sur la fracture du cartilage des cotes".
SEGUNDO PERIODO (1808-1821)
Un vitalismo trasnochado dominaba la Biologla francesa cuando en 1809 aparece la primera publicación de Magendie: "Quelques idées gégné raie s sur les phénomènes particuliers aux corps vivants".
En 1796 se habia fundado la Société Médicale d'Emulation, siendo Bichat uno de los miembros iniciadores. Doce años mas tarde, Magendie entra a formar parte de la citada instituci6n, cuyo órgano periodístico seguía defendiendo las teorías de Bichat y sufriendo su influencia.
Y fué precisamente en el mismísimo Journal de la Société Médicale d'Emulâtion donde Magendie hizo su début cientifico atacando la teoria de las "propiedades vitales" y haciendo patente el insatisfactorio estado de la fisiología tal como pretendia ser sostenida por los seguidores de Bichat, al llevar a la prâctica sus teorías en las investigaciones fisiológicas.
En cinco años publica ocho memorias que tienen por objeto: los órganos de la absorción en los mamiferos, la acción de algunos vegetales sobre la médula espinal, la transpiración pulmonar, el vómito, las imágenes formadas en el fondo del ojo, la acción del emético, el papel de la epiglotis en la deglución y el esófago.
Los años 1809-1813 marcan definitivamente el comienzo de la toxicología experimental.
Fueron, dice Müsquin, los primeros ensayos publidados de administración de sustancias quimicas a organismos vivientes según un método sistemático. Fué igualmente un primer intento de titulación de fármacos.
La observación de los efectos de las sustancias en el animal permite pasar pronto a la administración en el hombre y a la utilización terapéutica en ciertas enfermedades. Son las bases de la farmacologia experimental, que Magendie establece en l809, mereciendo así el nombre de "padre de la farmacología". A este titulo se agrega ordinariamente el nombre de C Bernard, pero éste nació en I8l3, cuatro años después de que las tres memorias de Magendie fuesen leídas en la Academia de Ciencias. El valor del trabajo sobre los venenos de Java y de Borneo fué reconocido por todos y en particular por Cuvieh y Orfila que reprodujo en su Tratado de Toxicología la descripción de los sintomas tóxicos observados por Magendie.
En abril de 1813 ingresa como miembro de la Société Philomathique, y en octubre del mismo año Napoleón es derrotado en Leipzig, lo que provoca una nueva movilizacién; pero Magendie, a petición de la Academia, en razón de sus prometedoras investigaciones, es exento de incorporarse a las filas por Decreto Imperial especial del 20 de Enero de 1814.
Su labor en retaguardia no carece de utilidad ni de peligro: en el último año citado se presenta una epidemia de tifus (salmonellosis) que Magendie estudia a la vez que trata a sus pacientes.
Hasta 1821, año en que llega a ser Académico, publica libros y monograflas de notable interés.
Los trabajos llevados a cabo por Magendie y Pelletier sobre la ipecacuana tuvieron como consecuencia el descubrimiento de la emetina, principio activo de la planta.
De su dedicación a temas farmacológicos son buenos exponentes las publicaciones acerca de las sales de morfina, del âcido prúsico empleado en el tratamiento de la tisis y sobre los efectos de la estricnina en experimentación animal.
Durante este periodo da igualmente a la publicidad très libros:
1) "Précis élémentaire de physiologie", en dos volumenes, que aparecieron en Paris en 1816 (I volumen) y 1817 (II volumen). Aquí llama la atencidn de los estudiantes de medicina hacia el experimento como una nueva fuente de conocimiento cientifico.
"En esta époea", dice Genty, "el libro de Richerand era todavia la obra fisiológica por excelencia, pero Magendie, que no veía en él mas que "un cadre théologique bizarrement rempli par des expression scientifiques" quiso crear una fisiologla que primero llamó "romântica" y después "especulativa" (sic), es decir, una fisiología basada en la experiencia y así nació el Précis".
Bajo este titulo modesto habia sin embargo una reforma fisiológica total. El método experimental no era aplicado solamente a un punto particular de la fisiología, sino a la fisiología compléta y para Magendie la medicina era la fisiologla del hombre enfermo.
2) La monografla dedicada al estudio clinico de la "gravelle" (piedra,càlculoa) y a su tratamiento (Paris, I8l8) .
3) El libro dado a la luz tres años más tarde, de titulo nada breve, pero conocido en varios países por Formulario, en el cual trata de la acción y preparación de un gran número de drogas que en aquel tiempo eran nuevas, o casi nuevas, para la profesión. Muchas de estas drogas son venenos declarados: estricnina, morfina, âcido prúsico, aceite de crotón, etc.
Del Formulario de Magendie, que tuvo numerosas ediciones, data la introducción en terapéutica de una serie de medicamentos nuevos que han conservado en ella, desde entonces, su puesto. Todos estos medicamentos (en gran proporcién venenos probados) fueron concienzudamente estudiados de forma experimental antes de ser catalogados como útiles.
El plan general de la obra era, para cada medicamento:
a) Dar una breve noticia del descubrimiento de la sustancia.
b) Describir detalladamente el método de preparacién al estado mâs puro posible.
c) Probar su accién sobre varios animales y sobre el hombre sano y normal en dosis diferentes (estos detalles eran casi siempre resultado de las propias observaciones de Magendie).
d) Recoger los resultados de su uso en el tratamiento de la enfermedad, senalando posología y modo de administración, incluyendo opiniones de médicos que lo hubiesen empleado.
"El Formulario nos parece marcar una etapa importante. Magendie no ha "inventado" por cierto la farmacología, pero, utilizando datos conocidos y añadiendo muchas observaciones personales, ha logrado una síntesis, adoptando para cada sustancia el mismo plan de trabajo y dando la mayor importancia a la experimentación sobre el animal, a continuación sobre el hombre sano y finalmente sobre el enfermo".
Indirectamente, esta marcha en la comprobacién supone estudio toxicológico.
Una publicacién compara el Formulario con Useful Drugs y recuerda que un preparado de sulfato de morfina recibió el nombre de "solucién de Magendie".
Laplace, que afirmaba que la fisiología aun esperaba su Newton, animó personalmente a Magendie para que siguiese el método experimental, y para fomentar concretamente la fisiologla experimental, estableció un premio, siendo el fisiólogo bordelés el primero en ser distinguido con él.
"Tenía, como siempre he tenido y como tendré toda mi vida, - escribirla posteriormente Magendie - el vivo deseo de levantar la Medicina del estado subalterno en que se encuentra y de colocarla en su verdadero puesto, quiero decir, a la cabeza de los conocimientos humanos".
En 1816 la muerte de Tenon (1724-1816), cirujano de la Salpetrière, supone una vacante en la Academia de Ciencias, pero Magendie ha de esperar. Es elegido Dumeril (1774-1860) profesor de Anatomla y Fisiologla de la Facultad de Medicina de Paris.
Dos años mâs tarde, en noviembre, la Câtedra de la asignatura citada, en la también citada facultad, debe ser cubierta, considerándose candidatos probables Beclard, Roux, Cloquet y Magendie.
Beclard será el elegido.
Sin embargo en el haber de Magendie cuentan la inclusión en la lista de conferenciantes del Real Ateneo, donde da una serie de conferencias sobre Anatomía y Fisiología durante varios anos (1818) y llegar, en 1820, a ser Presidente de la Société Médicale d'Emulation.
Para disponer de enfermos propios y poder comprobar personalmente el valor de los nuevos remedios, se presenta el 15 de Julio de 1818 en la Oficina Central de los Hospitales de Paris donde solicita y consigue una plaza de médico asignado a un servicio. La orden confirmatoria fué firmada a nivel ministerial el 7 de agosto del mismo año, pero hasta el 12 de Julio de 1826 no fué Magendie confirmado como médico substituto en la Salpétrière.
TERCER PERIODO (1821-1855)
Hasta el momento que coincide con la iniciación de este périodo de su vida, Magendie habia contribuído al desarrollo de la fisiología y medicina experimentales colaborando en las siguientes revistas: Journal Universel des Sciences Médicales, Nouveau Bulletin de la Société Philomatique, Annales de Chimie et de Physique, Nouveau Journal de Médecine, etc.
Pero en junio de 1821 aparece el primer número de su Journal de Physiologie Expérimentale o, como después se llamó, Journal de Physiologie Expérimentale et Pathologique.
Por esta fecha Magendie era médieo de la Oficina Central de la Administración de Hospitales y Casas de Salud de Paris y miembro de varias sociedades francesas y extranjeras.
Quizâ le indujo a promover esta publicacién el hecho de que, desde el momento en que William Harvey descubrió la circulación mayor de la sangre - hito que Magendie consideraba como la iniciación de la fisiología experimental - hasta la aparición del Journal, no existia ninguna revista dedicada a la citada materia.
El Journal de Physiologie supondria 4 números por año, que aparecerian regularmente cada tres meses, formando un volumen anual. En el primero se publicaron trece articulos de Magendie. Esta publicación resultó un éxito económico y los beneficios obtenidos se dedicaron a perfeccionar su elaboración.
Magendie fué autor de ventiseis de los trabajos publicados, pero su celo y afân de comprobación le llevaron ademâs a verificar personalmente todos los experimentos relativos a las trabajos que le enviaban para publicar; por tal motivo, solicitaba que le fuesen remitidos un mes antes de su aparición en la revista.
Al fundar el Journal, Magendie "quizo hacer una compilación destinada a reunir todas las nuevas adquisiciones de la medicina".
Public6 durante diez años todo lo que se hacia entonces de positivo en fisiologia, en terapéutica y en anatomia normal o patológica. Presentar al público médico un trabajo en el Journal de Magendie era un honor y una prueba de calidad. Sirva de ejemplo el hecho de que el articulo de Segalas D´etchepare "Experiencias sobre la urea y la nuez vómica" va precedido de una especie de introducción en la cual el autor hace patente su contento porque el experimentador-editor le habia manifestado su deseo de publicar en la citada revista, la memoria sobre la urea que (Segalas) habia leido en la Academia de Medicina.
En 1822 y 1827, respectivamente, réédita Magendie las obras de Bichat, "Recherches physiologiques sur la vie et la mort" y "Traité des membranes en général et des diverses membranes en particulier" con comentarios propios.
Entre ambas reediciones, en noviembre de 1823, Magendie fué llamado a peritar en el juicio de un, en otro tiempo, estudiante de medicina, de nombre Castaing, conocido del Profesor de la Facultad de Medicina de Paris, amigo a su vez de Magendie. La acusacién era de asesinato mediante morfina, administrada en vino caliente con adición de limón para disimular su gusto.
Un critico de una traducción inglesa del Formulario habia dicho que el libro podria ser útil al asesino y al suicida; el tal critico estaba extrañado de la pequeñez de la dosis con la que las sustancias tóxicas podian actuar y de la rapidez con que podian originar la muerte.
Profetizó que la estricnina sería el agente favorito de los asesinos y cl ácido prúsico de los suicidas.
Magendie no fué el périto principal, porque otros dos eran mas conocidos que él en el mundo médico, pero actuó como miembro de la comisión para revisar los resultados de la autopsia. Esta comisión sostuvo que no podian encontrar nada que garantizase la conclusión de que la muerte se debia a intoxicación médica, aunque si notaron que habia constricción pupilar.
Chaüssier testificó bajo interrogatorio que los narcóticos deben ocasionar que la victima muera con las pupilas ampliamente dilatadas, basândose en que la morfina era un narcótico. El interrogador estaba lo suficientemente bien informado para hacerle notar que tal aseveración no parecia estar de acuerdo con las manifestaciones de Orfila (quien habia citado los experimentos de Magendie en su texto). Chaüssier lo admiti6, pero alegó que hablaba según su propia experiencia.
Magendie no fué llamado a declarar, "pero - dice Olmsted - si estaba presente cuando Chaüssier estaba prestando testimonio, uno se pregunta extrañado por qué motivo este impulsivo campeón de la verdad cientlfica se mantuvo callado".
En 1825 Magendie, en asociación con Desmoulins, publica "Anatomie des stèmes nerveux des animaux à vertebres a li uée à la siologic et à la zoologie". Tres años después lanza una nueva edición, con considerables adiciones, de su trabajo sobre la "gravelle".
No puede pasarse por alto la polemica Bell - Magendie (1822 - 1847) a pesar de su escaso interés toxicológico y ni siquiera farmacológico. En el Volumen II del Journal se encuentra el artículo sobre la función de las raíces espinales: Magendie, destruyendo en distintos perros raíces anteriores o posteriores, descubre que las primeras son motoras y sensitivas las segundas.
El número siguiente tiene cierto interés toxico-farmacológico indirecto, ya que, a la neurotomias de los miembros inferiores, se asocia la administración de estricnina; si se habia seccionado la porción nerviosa motora no se presentaba tetanización.
Surge entonces la controversia: experiencia de este género ya habían sido realizadas, pues, según un opúsculo de 1811 publicado por Sir Charles Bell en Inglaterra con el titulo "Idea of a New Anatomy of the Brain, submitted for the observation of his friends" (London, 1811), existia un precedente de enfoque anatómico. Sin embargo, este folleto, como su titulo indica, sólo habia circulado entre las amistades del autor británico.
Según Bell:
- Las raíces ventrales serían responsables del movimiento y de la sensación.
- Las raíces posteriores se ocuparían del control del crecimiento y de "simpatías" de los miembros.
En el intervalo comprendido entre la publicacién de sus dos trabajos Bell admitió que el inglés había estado a punto de descubrir el cometido de las raíces nerviosas. John Shaw, discipulo de Bell, apoyó a su maestro, asegurando que Magendie sólo habla corroborado los experimentos de Sir Charles, pero otros autores, entre ellos Herbert Mayo, dieron la raz6n a Magendie.
La participación de Flourens, que se manifestó a favor de Bell (aunque posteriormente se retracte), el silencio temporal de Magendie y la memoria de Longet, que aseguraba que los experimentos decisivos le correspondían, aumentaron la discordia y enturbiaron el asunto pero finalmente Magendie "hace valer sus derechos", siendo reconocido como descubridor y definidor del hecho, aunque actualmente éste se conozca como ley de Bell-Magendie.
Magendie había sido elegido Miembro de la Academia de Medicina en 1819, y, el 19 de noviembre de 1821, fué designado (se dijo que por "influencia" de Laplace) para ocupar la silla que en la Academia de Ciencias habla dejado vacía la muerte de Corvisart. Ello le supone formar parte de varias comisiones designadas para verificar la autenticidad de memorias presentadas ante el citado organismo, jugando Magendie un papel que siempre va más allá de la simple comprobación.
Forma parte igualmente de tribunales designados a juzgar la labor de candidatos a determinados premios.
En 1831 concluye la publicación del Journal de Physiologie Expérimentale, pero cuatro años mas tarde aparece "Comptes Rendus Hebdomadaires des Séances de l'Académie des Sciences".
De las contribuciones de Magendie a las Comptes (una docena en los veintidos siguientes),las más interssentes corresponden a la serie sobre la sensibilidad recurrente, pero aquéllas contienen igualmente noticias y extractos de otras obras de Magendie más extensas.
Por no prestar juramento de fidelidad a Luis Felipe, renuncia Camier en 1830 a su Câtedra del Collège de France, tomando Magendie posesión del cargo vacante. La consecución de tal silla ya tenia su historia, pues habiendo anteriormente quedado vacante (I826) por fallecimiento de Laennec, fueron propuestos Magendie, Recamier y Pariset como candidatos a la misma.
Magendie obtuvo doce votos y Recamier seis; pero, teniendo en cuenta valores de tipo moral, la càtedra fué otorgada a Recamier antes que al liberal, independiente y materialista Magendie.
A principios del año 1832 los temores de una invasión de c6lera procedente de Gran Bretaña agitaron Paris. Magendie anuncia en la Academia de Ciencias: "Señores, soy médico; este cometido me llama. Parto para Sunderland; ojalâ pueda, estudiando el cólera en el lugar de su aparición, aportaros algunas luces ! Dadme, por vuestra delegación, mayor autoridad”. Y allà va, acompañado de Guillot.
De vuelta en Paris, considerando "que al rico no le faltaràn medios", se dirige al Hôtel-Dieu donde actúa mientras dura la epidemia.
Después de pasar el azote y de haber vuelto a su laboratorio y a sus experimentos, recibe la Legión de Honor y, no se anda con modestias falsas ni verdaderas, dice sencillamente que se merece tal distinción.
Magendie no admite la contagiosidad del cólera. Refiriéndose a esta plaga dice: "...,et comme d'ailleurs l'experiénce apprit que la maladie nouvelle n'était nullement contagieuse". Pero no fue el único en negar tal hecho. Entre las eminencias médicas francesas, Recamier, Dupuytren, Breschet y Magendie no creian en el contagio del cólera; mientras que Valpeau, Gendron, Delpech, Pariset y Moreau de Jonnes eran resueltamente "contagionistas".
En el tratamiento tampoco habia unanimidad; dentro del mismo Hôtel-Dieu existia diversidad de opiniones:
- La pauta de Dupuytren era: sangria (!), frotación con franela seca, administración de una decocción de cabezas de adormidera, acetato de plomo e infusión de menta.
- Recamier prescribia: infusión fria - 16 grados - y a continuación, infusión de menta, opio y éter con mucilago.
- Breschet administraba: acetato amónico en infusión de manzanilla, éter, canela y quinina, y enemas de làudano, amén de fricciones con amoniaco.
- Magendie utilizaba su famoso "ponche": 1/2 litro de infusión de manzanilla, 2 onzas de alcohol, 1 onza de azucar y zumo de limón para darle gusto. Al exterior: fricciones de alcohol alcanforado, amoniaco o trementina.
De lo que hay certeza absoluta, a la luz de los conocimientos actuales, es que el tratamiento de Magendie era el mas inocuo; al menos no intoxicaba, no sangraba y su "ponche" suponia, en principio, hidratacién y aporte calórico.
Magendie, en el sentido de obtener éxitos definitivos con su terapéutica anticolérica, le hicieron perder la estimación de Stendhal, quien primeramente había exaltado su categoría de fisiólogo y defendido contra los justificados ataques de los anti-vivisectores britânicos.
Pero la valla cientlfica de Magendie sigue rindiendo frutos: es miembro de las dos siguientes Comisiones Hipiàtrica y de Gelatina.
a) Comisión Hipiàtrica: En setiembre de 1836 el Ministerio de Instrucción Pública invita a la Academia a designar a uno de sus miembros como componente de la Junta organizada por una decisión del Ministerio de la Guerra para supervisar los experimentos relacionados con el tratamiento del muermo en los caballos propuesto por Galy. Magendie fuà elegido inmediatamente.
Cuatro años después, el nuevo Ministerio de la Guerra apela directamente a la Academia y se forma una comisión compuesta por Magendie, Chevreül, Poncelet, Breschet y Boüssingaült.
Posteriormente (1844) la Comisién Hipiàtrica fué organizada dependiendo del Ministerio de la Guerra y Magendie nombrado presidente. Ademàs de cuatro Académicos (Magendie, Rayer, Payen y Boussin-Gaüit), la Comisién inclula a Cretü ("maître de requêtes"), el Director de la Escuela de Veterinaria de Alfort, un miembro de la Academia de Medicina, el Veterinario Jefe de la Guardia Municipal, cuatro veterinarios del Ejército y un quîmico.
En los catorce ados inmediatamente siguientes la Comisión publicó cuatro volúmenes de Memorias, en los que Magendie y Rayer hicieron valiosas contribuciones a la fisiologia experimental. El referente al estudio comparativo de las salivas equinas parotidea y mixta fué leído por Magendie ante la Academia en 1845.
b) Comisién de la gelatina: A principios del siglo XIX algunos quîmicos, entre los que contaba D'Arcet, se dedicaron a la extracción de materia orgànica de los huesos. Se creîa que podîa obtenerse tanto caldo de una libra de huesos como de seis libras de came. En 1817 D'Arcet Jr. idea un nuevo procedimiento de extracción que se considéra de mayor rendimiento; 60 gramos de esta gelatina llegaron a considerarse de un valor alimenticio equivalente a kilo y medio de carne. Pero no todos estaban de acuerdo.
El 30 do junio de 1821 Donné había leîdo una Memoria ante la Academia de Ciencias.
El informe de la Comisión estuvo finalmente listo el 2 de Agosto de 1841 y Magendie lo presentó en nombre de los comisionados Thenard, DÁrcet, Dumas, Plourens, Breschet y Serres.
Este trabajo, concienzudo y preciso, de corte experimental sin duda inspirado por Magendie, exponia las siguientes conclusiones:
- Ningún producto extraido de los huesos puede sustituir a la carne en la alimentacién.
- Gelatina, fibrina, etc. se lo mantiene alimentado a un individuo durante espacio de tiempo muy limitado.
- El mal gusto de la sustancia hacia preferible la inanición.
Durante la epidemia de cólera de I832 continuó con sus lecciones en el Collège de France y dió las clásicas series sobre la mencionada plaga, que aparecieron el mismo año.
Desde 1835 sus disertaciones fueron tomadas al pie de la letra por alguno de sus discipulos y, a partir de l838, editadas por C. James, que a la sazón hacia el intemediario en el Hôtel-Dieu con Magendie.
Durante el bienio 1851-1852 da todavia lecciones en el Colegio de Francia, siendo sus conferencias recogidas, analizadas y publicadas en 1852 por Faüconneau-Düfresne, elevado al cargo de Comendador de la Legión de Honor (un mes màs tarde España lo nombraria Caballero de la Real Orden de Carlos III).
Las ideas preponderantes en toda la obra de Magendie son:
- Inseparabilidad de Medicina y Fisiologia
- Importancia absoluta del método experimental.
Las "lecciones" de Magendie carecian de estructura firme preconcebida, no valian en sentido docente, pero eran muy útiles para aprender a experimentar y a "descubrir".
Hasta los viajes de placer, de merecido descanso, fueron aprovechados por este experimentador a ultranza para seguir investigando.
En 1843, Magendie y Constantin James, editor de algunas de sus lecciones, emprenden viaje a Italia y visita Nàpoles, interesàndose por su cercana "Gruta del perro", donde realizaron experimentos con el gas que se extendia por las capas inferiores de la cueva, describiendo las reacciones del perro que el cicerone usaba (diariamente desde hacia tres años) para demostrar los efectos del fluido.
El can jadeaba y durante unos instantes parecia a punto de expirar, pero se recuperaba por completo al ser transportado al exterior. El propio James se arrodilló e introdujo la cabeza en el seno del gas (anhidrido carbónico), experimentando vértigo y dolor intenso en el térax; pero la recuperacién fué râpida.
En 1833 Magendie había adquirido una finca en Sannois (actualmente un suburbio de Paris), donde montó un pequeño laboratorio farmacológico y en conexión con el mismo una modesta farmacia para despachar benéficamente medicamentos a los pobres de la vecindad.
Llevó a cabo experimentos en la crianza de varias especies de animales domésticos y en horticultura.
A esta época corresponde el hecho narrado en una lección de 1838, referente a la incoagulabilidad de la sangre de uno de sus cerdos de ceba ingleses.
Hasta su retiro llevó su afân de experimentador y en Sannois habra de apagarse la vida de este fisiólogo, años mâs tarde, estudiando sus propios slntomas.
La adquisición de una casa de campo no supuso fijar en ella residencia hasta 1845, año en que deja el Hôtel-Dieu y recibe el título de Médico Honorario de los Hospitales de Paris.
Sin embargo la retirada no es definitiva; hasta 1849 participa en las discusiones de la Academia y en I846 es Presidents de una Comisión Consultiva de Higiene Pública dependientc del Ministerio del Interior, teniendo ocasión de combatir el charlatanerismo no científico, pues el "cientlfico” siempre fué objeto de sus ataques.
Todavia forma parte de tribunales para otorgar premios de fisiologia.
El caràcter de Magendie lo lleva al extremo de no admitir hipótesis practicamente ya convertidas en verdades, negó la contagiosidad del cólera, como ya se expuso anteriormente, aunque en su descargo obra que no fué el único en hacerlo.
Al final de su vida, es la edad la que le hace perder clarividencia intelectual, la que lo hace mâs conservador y, si primero no acepta un hecho casi évidente, ahora (1847) no admite una realidad confirmada: la eficacia de la recién descubierta anestesia farmacológica.
Quizâ le hizo adoptar esta postura el efecto producido por el "éter sulfúrico" (Marzo de 1837) en el ayudante de laboratorio que aspiró los vapores de esta sustancia cuando se realizaban experimentos con la misma, creyendo Magendie que "el producto había afectado sus facultades mentales". Si este hecho hubiese sido planteado por otro investigador, posiblemente Magendie hubise estudiado la situación a fondo, pero no intentó aclarar sus propias dudas y perdió la oportunidad de "ser el primero en hacer la anestesia útil en cirugía" .
Las primeras comunicaciones sobre el éter sulfúrico, empleado como anestésico en Estados Unidos y en Inglaterra, aparecieron en la prensa francesa en 1847.
Magendie no asistió a la sesión de la Academia de Ciencias cuando se anunció el descubrimiento de Jackson y Morton, ni oye los informes de Valpeau, ni las declaraciones de Roux con casuistica propia de intervenciones practicadas bajo anestesia etérea.
En sesión ulterior Valpeau refirió de nuevo excelentes resultados correspondientes a intervenciones sin dolor, "Magendie was immediately up in arms" (OLMSTED).
Tal notificación, en su opinion, "alimenta a la prensa diaria que alcahueta el insaciable y ávido gusto del público por lo milagroso e imposible". Le parecia que "durante algunas semanas cierto número de cirujanos se habían puesto a experimentar "ellos mismos" en el hombre y con un propósito indudablemente digne de encomio - el de llevar a cabo operaciones sin dolor - intoxicaban a sus pacientes hasta el punto de reducirlos, por decirlo así, al estado de un cadàver que uno puede cortar en rodajas a voluntad sin causar sufrimiento".
Magendie sostuvo que el dolor era necesario para evitar que el cirujano fuese demasiado lejos. No habia ademâs necesidad "de emborrachar a un hombre para una pequeña operación como excision o cauterizacién de hemorroides. Dolor? El dolor es uno de los principales motores de la vida. Por lo que a mi respecta nunca permitiria que mi cuerpo fuese manejado en estado de indefensión por un cirujano" (Comp. rend. Acad. d. 8c.,24:134, 1847 - citado por Olmsted -).
Dada la absurda postura de Magendie y lo jocoso del caso, merece la pena seguir la exposición de Olmsted casi al pie de la letra:
"Su principal objeción era ortodoxa: el empleo del éter estaba todavia en fase experimental y las noticias, ampliamente difundidas por la prensa, podian hacer más daño que beneficio. Sin embargo (y aquí viene lo jocoso) para apoyar al máximo sus argumentos invocó la moral pública. No podia algún criminal aprovecharse de una mujer indefensa en estado de intoxicación ?".
Inmediatamente se originó un tumulto en la Academia y Magendie fué abucheado y obligado a callarse.
Sin embargo actuaba con toda seriedad y dirigió una "fuerte" carta al Journal des Debates quejândose de la forma en que sus objeciones habian sido tratadas en la prensa y reivindicando que su atención habia sido atraida por casos que justificaban sus temores.
Desgraciadamente la paz duró poco. En sesión posterior Plourens, al leer su informe acerca de la acción del éter sobre la médula espinal, atribuye a C. Bell el descubrimiento de las funciones de las raices medulares ventrales y dorsales, lo que sacé de quicio a Magendie.
No cabe duda de que Magendie entraba en la curva descendente de su capacidad intelectual.
Él, tan voluntarioso para introducir nuevos productos en terapéutica, incluso los de probada capacidad tóxica - véase estricnina - ¿Por que no investigó? ¿Por qué no experimentó con el éter de forma exhaustiva como hizo con los stiychnos?
No deje esto mal sabor de boca; el balance se positivo a favor de Magendie. Pocos sabios aportaron tanto como él a la Ciencia y particularmente a la Medicina.
Presa de una afección cardiaca fallece a los setenta y dos años, el 7 de Octubre de 1855 en Sannois.
El siguiente párrafo de Fuiton, en su prólogo al libro de Olmsted puede servir de oración fúnebre y en su idioma original tiene mâs fuerza:
"Magendie's life also illustrates some of the qualities peculiar to men of science in any country universal curiosity, tenacity o purpose, unceasing industry, willingness to admit error and addition he exhibited personal qualities of restlessness and a certain impetouousness which sometimes brought him into conflict with his contemporaries".
Si C. Bernard fué el apóstol oficial del método experimental, Magendie fué sin duda alguna su precursor más eficaz. El rigor científico que guió toda su obra fué absoluto; quizâ llevado a extremos hasta el punto de negar cuanto el mismo no había descubierto o comprobado, pero jamás falto de honradez.
Tuvo conciencia de la situacién del saber cientifico en su tiempo y de la necesidad de implantar un método - que luego fué el experimental - para el logro del conocimiento objetivo y objetivable de los fundamentos de la ciencia.
Entonces apareció Galileo, dice Magendie, no bastaba con "imaginar" o "creer" lo que habían dicho los autores antiguos, era necesario "observar" y, por encima de todo, "interrogar por medio de experiencias". Este va a ser el leimotiv de la obra del fisiólogo.
Una muestra de la meticulosidad con que actuaba (y también de su insaciable curiosidad) es el macabro trabajo en el que estudia varios gases en el tubo digestivo de algunos condenados a muerte instantes después de ser ejecutados, haciendo determinaciones en el estómago e intestinos delgado y grueso.
Prueba de su concienzudo proceder en materia de experimentación y exponente del rigor cientifico que encarriló toda su producción científica y literaria, es la siguiente nota que inserta al final de uno de sus trabajos publicados en el Journal de Physiologie Expérimentale:
"Ruego a las personas que deseen remitirme sus trabajos, me los envien al menos un mes antes del momento de la publicación, con el fin de que tenga tiempo para repetir los principales experimentos y confiar las memorias a la impresión".
Desconfia de su propia actuación y, refiriéndose a experimentos llevados a cabo con sangre, prevendra contra el peligro de considerar la acción del mencionado líquido orgânico sobre las sustancias que habían sido objeto del experimento como irrevocablemente fijada; casi todos estos experimentos - aconseja - exigen ser repetidos varias veces y de diferentes maneras.
Puede concluirse este capitulo con un fragmento de la oración fúnebre pronunciada por Dubois:
"Magendie era de la gran escuela de los experimentadores, de la escuela de los Vesalio, de los Harvey, de los Pecquet, de los Malpigui, de los Haller y de los Bichat, tomando de las ciencias físicas sus rigurosos y seguros métodos, acogía todos los hechos, pero no dejaba pasar ninguno sin haberlo sometido a un control severo y útil".
"No creo ir demasiado lejos afirmando que ningún descubrimiento ha sido hecho en nuestros días que no haya sido controlado y comprobado por F. Magendie..."
"Había hecho una religión de volver a iniciarlo todo desde los cimientos, de revisarlo y comprobarlo todo personalmente...".
La bien ganada fama había trascendido. Lo confirma el que, con motivo de su "nota" "Sur l'emploi en Medecine de la solutién de cyanure de potassium pur comme succédanée de l'acide prussique", digan textualmente Robiquet y Villerme: "No describiremos aquí los resultados (del empleo del cianuro potásico) , porque Magendie y Blondel, pero sobre todo Magendie, que posee un alto grado del hâbito y el talento de hacer expeririencias, han sido testigos de varias".
Magendie ,llevado siempre de su primer movimiento hacia el escepticismo, quiso poner en su lugar la experiencia sola sin mezcla alguna de razonamiento.
"La experiencia es la verdadera manera de razonar bien", dirâ en sus Lecciones sobre la sangre.
Para Magendie química, física y astronomía eran modelos de lo que la ciencia debía ser. No creía Magendie (como hacía Bichat) que los hechos fisiológicos no pudiesen ser sometidos a un orden. Encontraba la fisiología con numerosas hipótesis y con observaciones insuficientemente generalizadas.
Es en el Précis donde especialmente hace resaltar la necesidad de la química y de la física para estudiar la fisiología, habiendo en esta actitud un indudable paralelismo con la manera de pensar y de actuar de Orfila.
En toda su produccién científica, oral y escrita, defiende Magendie encamizadamente el papel de los mécanismos físico-químicos en el fisiologismo animal.
Refiriéndose al âcido sulfürico afirma: "No es tan hostil a la endesmosis como se dice. Un hecho general - insiste - resulta de todos los experimentos repetidos ante vuestros ojos: Todo liquido y todo solido susceptibles de disolverse en nuestros humores se embebe a traves de nuestros diferentes tejidos. Es una ley fundamental largo tiempo desconocida por los médicos".
Magendie estudió en su obra fisiológica, y lo hizo a fondo, los fundamentos de absorción de sustancias y de eliminación de las mismas, el mecanismo del vómito, la comunicación transplacentaria, el paso de medicamentos a la secreción lâctea, etc., teniendo en común los citados procesos de constituir etapas bàsicas en cualquier tipo de envenenamiento y el ser su conocimiento de capital importancia en el tratamiento del mismo.
Igualmente combate Magendie la creencia de los fisiólogos (para bien de la ciencia médica, paso su vida combatiendo creencias) que admiten que los fluídos absorbidos "sufren una elaboración particular" en el radio tisular, que los transforma en linfa. Se opone explicitamente a la afirmación de que en el momento que los vasos absorben, elaboran los fluídos absorbidos y los transforman en linfa. Fustiga violentamente tal concepción.
Estâ harto probado el valor cientifico de la obra de Francois Magendie. La utilidad actual de muchos de sus descubrimientos. Gran parte de su doctrina, sigue vigente.
A su nombre han quedado ligados indisolublemente conceptos que se refieren a diferentes campos de la Biologia y de la Medicina (agujero, ley, soluci6n de Magendie).
Se le reconoce como fundador (aunque no perfeccionador ni legislador - tal honor corresponde a uno de sus discipulos -) del modemo método experimental.
Sin embargo un aspecto de su labor intelectual parece no haber sido debidamente estudiado: la creación de la toxicología experimental.
De forma intencionada - o con otros fines - aportó a la ciencia que estudia la acción de los venenos sobre el organismo animal, o quizá mejor, a la que estudia las agresiones en general, una serie de conocimientos, experimentalmente comprobados, que cimentan el edificio actual de la Medicina.
* Feliciano Gutiérrez Fernandez - Universidad Complutense de Madrid - Madrid, España 1974
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