viernes, 20 de enero de 2023

DR. JAN MIKULICZ - RADECKI

Se considera que entre 1848 y 1914 la cirugía se convirtió en técnica científica. 
Los cirujanos hicieron suyos los avances de la investigación médica y la que se llamaba “medicina operatoria” se constituyó en aplicación terapéutica de la “patología quirúrgica”. 
El cirujano se arriesgó, además, a penetrar en territorios del cuerpo que hasta entonces habían estado vetados. Durante esta etapa también se superaron las tres barreras responsables de que la mortalidad postoperatoria siguiera siendo muy alta: el dolor, la hemorragia y la infección. 
Los conocimientos y las prácticas corrieron de un país a otro, de un lugar a otro, convirtiéndose la cirugía en universal. En este escenario se puede situar la vida y obra de Jan Mikulicz Radecki (1850-1905).
El profesor Jan Mikulicz-Radecki fue célebre por sus logros en cirugía del tubo digestivo y del tórax, principalmente por la introducción de numerosas técnicas operatorias nuevas en ortopedia, urología, ginecología, endocrinología, neurocirugía y laringología. 
Perteneció a un grupo pionero de cirujanos que desarrollaron los principios de asepsia y antisepsia en los quirófanos, y sus innovadores métodos de diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la nariz, los senos paranasales, la cavidad oral, la garganta y el esófago, alcanzaron reconocimiento mundial.
La carrera de Mikulicz puede dividirse en cuatro periodos en los que trabajó: Viena, Cracovia, Konigsberg y Breslavia. Durante cada periodo introdujo numerosas innovaciones y mejoras únicas que merece la pena recordar.
Jan Mikulicz-Radecki nació el 16 de mayo de 1850 en Czerniowce, Bukowina, entonces perteneciente al imperio austrohúngaro y hoy en la zona suroeste de Ucrania.
Su padre, Andreas Mikulicz procedía de una familia de la nobleza polaca. Su madre, Emilia von Damnitz, era biznieta del general prusiano von Tauentzien. 
Realizó los estudios elementales en Praga. Asistió a un gymnasium de Praga y después en Viena y Klagenfurt donde se trasladó con su familia para que su hermana Karoline pudiera desarrollar su talento como cantante de ópera, pero murió de fiebre tifoidea y todos regresaron a Czerniowce en 1866. Jan se graduó en 1869 y pasó su examen de forma brillante.
Su padre quería que estudiara derecho; otros han dicho que prefería que se dedicara a la diplomacia, pero Jan se decantó por la medicina, lo que provocó que le retirara la financiación. Para ganarse la vida se vio obligado a dar clases de alemán y de piano. Había aprendido a tocar este instrumento con Joseph Proksch. Sin embargo, después recibió una beca de la Fundación Silberstein, lo que le permitió dedicarse por entero a sus estudios.
Entre 1869 y 1875 estudió medicina en la Universidad de Viena y luego comenzó su vida profesional en la mundialmente famosa Clínica Quirúrgica (''Allgemeine Krankenhaus'') dirigida por el profesor Theodor Billroth. 
Comenzó sus investigaciones científicas describiendo el escleroma como un proceso inflamatorio, no neoplásico, con un tipo único de células, que más tarde recibió su nombre. 
Al dejar la clínica de Billroth, Mikulicz asumió el cargo de jefe del departamento quirúrgico de la ''Allgemeine Poliklinik'' (clínica general ambulatoria) de Viena. 
Durante este periodo desarrolló una técnica de endoscopia esofágica.
El endoscopio que diseñó era un tubo metálico de 65 cm de largo y 14 mm de diámetro, doblado 150 grados entre sus partes central e inferior. Incluía un cable eléctrico para la iluminación distal (la bombilla de Edison en el extremo del endoscopio) y tubos para llenar el estómago de aire y agua.
Con este esofagoscopio, Mikulicz fue el primero (1881) en identificar el cáncer de la parte inferior del esófago y la estenosis causada por un aneurisma aórtico.
Apoyado por el profesor Billroth, Mikulicz asumió el cargo de jefe de la Clínica Quirúrgica de la Universidad Jagellónica de Cracovia (1882-1887), donde inventó una nueva técnica de tratamiento de las deformaciones nasales postraumáticas. 

Mikulicz-Radecki y su equipo durante la cirugía. En el primer quirófano totalmente aséptico 
Foto: Waldemar Kozuschek - Wrocław 2003


Formuló las reglas y dividió el proceso en cuatro fases. En la primera fase, el cirujano debe separar la piel de los cartílagos y los huesos. En la segunda fase se levantaba la nariz hundida mediante el andamiaje de alambre y luego se fijaba con tirantes de Frisch. En la tercera fase debía construirse el tabique nasal cutáneo a partir de fragmentos pediculados de la piel del dorso nasal, mientras que la cuarta fase era la plastia nasal mediante el método Susruta.
En 1883, Mikulicz comunicó un nuevo enfoque para la disección del fibroma juvenil. Modificó el método de Gussenbauer y consiguió acceder a la parte nasal de la faringe a través de la cavidad oral mediante una incisión longitudinal en la línea media del paladar blando. El tumor fue entonces extirpado con tijeras dobladas. Tras el procedimiento, la herida se taponó con gasa y se humedeció en yodoformo.
La palatoplastia se realizó a las 3 semanas de la extirpación del tumor. Este método causó relativamente poca deformación en la cavidad oral y ninguna deformación en la cara del paciente, con poca pérdida de sangre durante la operación. 
Uno de los muchos logros de Mikulicz fue inventar un nuevo enfoque quirúrgico para el tratamiento del cáncer de amígdalas mediante faringotomía lateral. Se consiguió un amplio acceso a los tumores amigdalares y a la base de la lengua a través de una mandibulotomía, con un haz marginal del nervio facial, así como la preservación de los músculos masetero y pterigoideo medial. La ventaja de este procedimiento era la apertura de la pared faríngea lateral dejando la cavidad oral no comunicada con la herida. 
En 1886 Mikulicz presentó ocho casos de cáncer de amígdala con una sintomatología bien descrita e informó de otra nueva técnica de acceso al seno maxilar a través del meato nasal inferior en caso de empiema.
Durante su estancia en la Universidad de Konigsberg (1887-1890), Mikulicz introdujo una caldera de vapor para la esterilización de los instrumentos quirúrgicos. 
En 1888, en la reunión de la Sociedad Médica Científica de Königsberg, presentó por primera vez un caso de edema nodular bilateral de las glándulas lacrimales y salivales, posteriormente denominado síndrome de Mikulicz.
Sin embargo, los logros científicos y profesionales más significativos corresponden al periodo en que Mikulicz dirigió la Clínica Quirúrgica de la Universidad de Breslau (1890-1905). 
La Clínica, de nuevo diseño y perfectamente equipada, contaba con 90 camas y un quirófano, uno de los más modernos de Europa. 
Durante este periodo, Mikulicz dedicó la mayor parte de su tiempo a operar; además, publicó varios trabajos sobre el tratamiento de los divertículos esofágicos, el espasmo esofágico, la resección esofágica con transposición gástrica, la asepsia y la antisepsia, la esterilización de los instrumentos quirúrgicos y el tratamiento de las heridas con yodoformo. 
Introdujo una pomada con solución de lapis al 1% con adición de bálsamo peruano para las úlceras crónicas. Luego empezó a propagar una regla conocida como dictum Mikuliczi, que establecía: ''la administración de narcosis en un paciente, cuya hemoglobina cayó por debajo del 30%, es extremadamente peligrosa''. 
Mikulicz inventó varios instrumentos quirúrgicos, que se utilizan hasta ahora (por ejemplo, el trocar arpón, las pinzas para agarrar el epiplón). 
Junto con von Bruns demostró que la influencia del aire contaminado en la infección de las heridas es relativamente insignificante, por lo que prohibió la pulverización de carbole en los quirófanos, que, según afirmaban, era igual de venenosa para los pacientes que para las bacterias. 
Creía que la eficacia quirúrgica se basa en el diagnóstico correcto y siempre actuaba según las reglas: ''salus aegroti suprema lex'' (El bienestar del paciente es la ley más importante) y ''primum non nocere'' (Primero, no hagas daño). 
Testigos presenciales confirmaron el extraordinario talento de Mikulicz para la cirugía. Era muy preciso, invertía el tiempo que fuera necesario y en sus intervenciones se perdía poca sangre. Fue maestro de muchos estudiantes a los que recomendaba que hicieran un buen diagnóstico preoperatorio.
La fama de la Escuela Quirúrgica de Mikulicz en Breslau superó las fronteras de Europa. Allí llegaron cirujanos de todo el mundo incluyendo algunos estadounidenses como William y Charles Mayo de Rochester, Minnesota, John Murphy de Chicago, y Harvey Cushing de Boston.
Mikulicz viajó a los Estados Unidos en 1903 por invitación de los cirujanos de aquel país. Fue recibido con entusiasmo e impartió conferencias y realizó intervenciones en 20 clínicas. Recibió el doctorado honoris causa del Jefferson Medical College en Filadelfia. 
Un año más tarde, se le concedió otro en la Universidad de Glasgow, durante su último viaje científico a Inglaterra.
En reconocimiento a sus méritos, la Sociedad Alemana de Cirugía (Deutsche Gesellschaft fur Chirurgie) concede cada año el premio de cirugía ''Von Mikulicz-Kelling-Preis'', al mejor artículo en el campo de la endoscopia y la laparoscopia.
En 1880 contrajo matrimonio con Henriette Mikulicz Pacher (1853-1937). Tuvieron siete hijos. Su mujer colaboraba con él revisando los manuscritos para publicar.
A finales de 1904, Mikulicz notó que tenía un tumor en el abdomen. Poco después, a finales de diciembre, consultó con Bernhard Naunyn y fue sometido a una laparotomía exploratoria. Su amigo Eiselsberg de Viena, realizó la cirugía en la clínica quirúrgica privada de Mikulicz en Breslau el 7 de enero de 1905. 
La intervención reveló la existencia de un gran tumor de estómago con metástasis en el hígado y cavidad abdominal que no era operable. Consciente del inminente fin de su vida, se mantuvo activo hasta sus últimos días en la clínica, la enseñanza y la investigación. 
En la primera clase que impartió después de su operación dijo a sus alumnos que la tarea más noble que puede hacer un médico es ayudar cuando es demasiado tarde para la cirugía.
Mikulicz realizó su última operación, una amputación del muslo, el 23 de marzo de 1905.
En una carta escrita al profesor Eiselberg, le decía que estaba muriéndose sin remordimientos, satisfecho con su vida. Había trabajado según sus capacidades y encontró la felicidad y el reconocimiento en el mundo. 
Murió 14 de junio 1905, a la edad de 55 años, en su casa de Breslau.

* Dres. Jerzy Kuczkowski, Czesław Stankiewicz, Łukasz Plichta y Joanna Cieszynska - Eur Arch Otorhinolaryngol (2012) 269:1999–2001
* José L. Fresquet Febrer - Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero (Universitat de València-CSIC). Mayo de 2014.

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