martes, 7 de febrero de 2023

DR. ALEXANDER MONRO SECUNDUS

El Clan Monro (originalmente “Munro”) es originario de Irlanda y se instaló en Escocia en el siglo XI bajo el jefe Donald Munro. En Escocia, fueron los Munro los que transformaron el antiguo sistema de jefes celtas en el entonces nuevo sistema feudal.
El clan siempre tuvo un rol protagónico en la política escocesa, así como en las campañas militares.
La rama del Clan Munro que nos interesa son los Munro de Auchinbowie, de donde deriva esta familia de tres profesores de Anatomía en la Universidad de Edimburgo, así como otros varios otros médicos y militares.
El fundador de los Munro de Auchinbowie es Alexander Munro de Bearcrofts, un militar que peleó en la batalla de Worcester (1651), la batalla final de la Guerra Civil Inglesa, donde Oliver Cromwell y los parlamentarios derrotaron a los realistas (las fuerzas del rey Carlos II), la mayoría de los cuales eran escoceses. 
Alexander Munro de Bearcrofts tuvo 7 hijos. El tercero de ellos, John Munro (1670–1740), fue un cirujano militar que se estableció en Edimburgo alrededor del año 1700 y fue de gran influencia en la fundación de la Escuela de Medicina de esa ciudad.
John fue educado en física y cirugía. Parte de su formación la obtuvo en la Universidad de Leiden, la más antigua de Holanda, fundada en 1575. Junto con la Universidad de Göttingen (fundada en 1737) y la Universidad de Berlín (fundada en 1811), son reconocidas como la cuna de la Libertad Académica ó Libertad de Cátedra. Se definieron así los conceptos de Lehrfreiheit (libertad de enseñar) y Lernfreiheit (libertad de aprender), es decir, la libertad de los profesores, estudiantes e instituciones académicas de tener como meta la búsqueda desinteresada de la verdad y del conocimiento, sin importar a dónde conduzca y sin una interferencia indebida o irrazonable.
En la Universidad de Leiden, John Monro fue compañero de estudios del gran médico holandés Herman Boerhaave.
Alexander Munro de Bearcrofts tuvo 7 hijos. El tercero de ellos, John Munro (1670–1740), fue un cirujano militar que se estableció en Edimburgo alrededor del año 1700 y fue de gran influencia en la fundación de la Escuela de Medicina de esa ciudad.
En los 126 años en los que su hijo Alejandro, su nieto Alexander Monro (Secundus) y su bisnieto Alexander Monro (Tertius) ocuparon la Cátedra de Anatomía, Edimburgo alcanzó el primer puesto entre las facultades de medicina. La Facultad de Medicina de Edimburgo está asociada con nueve premios Nobel, ocho de ellos de Medicina y uno de Química.
John Munro murió en Carrolside en 1740. Su retrato cuelga en Pasillo de los Cirujanos de Edimburgo. 
Alexander Monro Secundus nació en Edimburgo el 22 de mayo de 1733.
Formado en anatomía por su padre, Alexander Monro Primus, fue el más grande de los tres Monro y, como su padre, fue un maestro talentoso y popular, así como un distinguido médico. Su nombre aparece en el libro de asistencias de su padre para sus clases de anatomía en 1744, cuando tenía sólo once años de edad. 
Al año siguiente se matriculó en la Facultad de Artes y estudió filosofía, latín, griego, matemáticas, física e historia. En 1750 comenzó el estudio de la medicina bajo Andre Plummer (química), Charles Alston (botánica), John Rutherford (física), Robert Whytt (institutos de medicina) y Robert Smith (obstetricia).
Alexander Secundus mostró una gran inclinación por la anatomía y se convirtió en un útil asistente de su padre en la sala de disección. Poseía una sed insaciable de conocimiento médico, mucha perseverancia, y buena memoria.
Su padre alentó su inclinación natural para la medicina realizando para él en 1750 un comentario manuscrito en su obra A treatise on the Anatomy of the Human Bones, y confiándole en 1753 la enseñanza de la clase nocturna de anatomía, necesaria por el creciente número de estudiantes. 
Alexander Primus fue tan astuto en la planificación de la carrera de Secundus como su padre lo había sido con la suya.
Como ya señalamos, su padre solicitó al Ayuntamiento nombrar a su hijo Profesor Conjunto de Anatomía cuando éste estaba en su segundo año de estudios médicos. Su petición fue respaldada por un certificado expedido por los estudiantes de la clase de la tarde de su hijo, que demostraba su satisfacción con su enseñanza. 
Uno de ellos fue Joseph Black (1728-1799), quien más tarde sería el descubridor del dióxido de carbono y del concepto de calor específico y profesor de Medicina y Química, desde 1766 hasta 1795.
En 1755 Alexander Secundus se convirtió en doctor en medicina. En su tesis De Testibus et Semine en variis animalibus, manifiesta su conocimiento preciso de la anatomía, y sentó las bases de los descubrimientos importantes que después se hicieron con respecto al sistema linfático. 
Monro Secundus extendió el conocimiento de los túbulos seminíferos, inyectando en ellos mercurio y mostrando su conexión con el epidídimo. Observó que el semen tiene una estrecha relación con la sangre y la linfa, a pesar de que sus conferencias posteriores muestran que sus nociones acerca de la verdadera naturaleza de esa sustancia eran bastante fantasiosas. Mientras que su padre consideraba que los espermatozoides solos formaban el embrión, Monro Secundus enseñaba que “estos animalillos no son más esenciales para la generación que los que se encuentran en el vinagre lo son para la acidez”.
Poco después de graduarse viajó a Londres, donde asistió a las conferencias del gran anatomista y médico escocés William Hunter, un antiguo estudiante de su padre. A continuación viajó a París, pero tuvo que regresar apresuradamente a Edimburgo en 1757 para sustituir a su padre durante una enfermedad. Regresó al continente más adelante en el mismo año, pasando varios meses en Berlín en el hogar del famoso anatomista alemán Johann Friedrich Meckel “el Viejo”, con quien realizó la operación de paracentesis del tórax. 
La investigación del sistema linfático ha tenido dos grandes disputas por la prioridad del descubrimiento. La primera se inició a finales de los años 1650 y se refería al reconocimiento de la red periférica de los vasos que recoge la linfa por todo el cuerpo, y enfrentó al danés Thomas Bartholin (1616-1680) y al sueco Olof Rudbeck (1630-1702).
La segunda controversia se produjo un siglo más tarde, a finales del 1750. 
Se centró en la función del sistema linfático y precipitó una acalorada discusión entre el joven médico escocés Alexander Monro y el destacado anatomista inglés William Hunter.
En efecto, mientras se encontraba en Berlín, Monro Secundus publicó su tratado De venis lymphaticis valvulosis (1757), en la que demostró que los vasos linfáticos eran absorbentes y distintos de los del sistema circulatorio. Hubo algunos reclamos de William Hunter por este descubrimiento, lo que desencadenó un agrio intercambio de argumentos entre el joven médico escocés y el gran anatomista londinense (que había sido discípulo de su padre). 
En 1758 Monro Secundus respondió a William Hunter en sus Observations, Anatomical and Physiological, Wherein Dr. Hunter’s Claim to Some Discoveries is Examined, donde examinó su reclamo ante algunos descubrimientos. Hunter respondió en los Medical Commentaries, Part I: Containing a Plain and Direct Answer to Professor Monro, Jun., Interspersed with Remarks on the Structure, Functions and Diseases of Several parts of the Human Body (Londres, 1762-1764). 
Monro parece haber estado por delante de Hunter en el estudio de los vasos linfáticos, pero los celos mutuos cegaron a ambos de los descubrimientos que habían hecho muchos años antes el médico inglés Francis Glisson (1597-1677) y el médico alemán Friedrich Hoffman (1660-1742) en este campo.
Monro extendió sus ataques para incluir a William Hewson (1739-1774), considerado el padre de la hematología. Hewson, que había sido alumno suyo y había trabajado con Hunter, recomendó en 1767 la operación de paracentesis del tórax en el  neumotórax traumático y, al mismo tiempo, publicó su propio descubrimiento sobre la existencia de linfáticos en los animales ovíparos. 
Monro afirmó su prioridad en ambos campos y respondió a Hewson en 1770 en sus obras Estado de los hechos relativos a la primera propuesta de realizar la paracentesis del tórax y El descubrimiento del sistema linfático absorbente valvular de los animales ovíparos. No hay duda de que Monro había precedido a Hewson en la realización de la parecentesis del tórax. No obstante, a pesar de que había mostrado anteriormente inyecciones de los vasos linfáticos y los había descripto a sus alumnos, Hewson fue el primero en publicar una relación completa y precisa de ellos en los animales no mamíferos.
Desde Berlín, Monro Secundus fue a Leiden, donde conoció al famoso anatomista neerlandés Bernhard Siegfried Albinus, un compañero de estudios de su padre Monro Primus, conocido por los excelsos grabados de su libro “Tablas del esqueleto y músculos del cuerpo humano” de 1747. 
Albinus fue el primero en demostrar la relación entre el sistema vascular de la madre y el del feto.
En 1758, su padre enfermó nuevamente y Monro Secundus, ahora con 25 años, tuvo que interrumpir su gira europea con el fin de suplantarlo y dictar las clases de anatomía en Edimburgo. Su padre se recuperó y dio la conferencia de apertura del período de sesiones 1758-1759, pero a partir de entonces Monro secundus emprendió la labor principal del cargo, de la que fue titular único por los próximos cincuenta años. 
El 1 de mayo de 1759 se convirtió en miembro de la Royal College of Physicians de Edimburgo.
Su curso comenzaba con la historia detallada de la anatomía y continuaba con la anatomía propiamente dicha, empezando por los huesos, luego la fisiología y finalmente la cirugía. Su estilo claro e informal en las conferencias era más eficaz que el de su padre. Los documentos oficiales de la Facultad de Medicina de 1808 informan que reunía 228 estudiantes.
El talento del Monro Secundus extendió su fama por toda Europa y tuvo el honor de ser admitido como miembro de las instituciones médicas más célebres, sobre todo de las Reales Academias de París, Madrid, Berlín, y Moscú.
Al igual que su padre, era un hombre sociable, cultivaba la convivencia y la oratoria. Fue Secretario Adjunto de la Sociedad Filosófica de Edimburgo, junto con el famoso filósofo, economista, y sociólogo escocés David Hume (1760-1763) y Secretario Unico (1763-1783) cuando esta entidad se convirtió en la Royal Society de Edimburgo. 
También fue comisionado de distrito para la limpieza, la iluminación y cuidado de las calles, y el gerente de la Royal Infirmary.
En la familia y en la vida social Monro Secundus era un hombre amable, pero tal vez celoso de su reputación profesional cuando se lo compara con su padre. Utilizó su poderosa influencia, por ejemplo, para evitar hasta casi el final de su carrera docente la creación de una cátedra independiente de cirugía, una necesidad clara en virtud de que Monro, aunque oficialmente profesor de Anatomía y Cirugía, no era cirujano.
Su habilidad médica había sido probada al suceder a su padre y trabajar con colegas como William Cullen (1710-1789), Joseph Black (1728-1799), Daniel Rutherford (1749-1819), James Gregory (1758-1822), y Andrew Duncan (1773–1832).
Las publicaciones iniciales de Monro Secundus fueron en gran medida polémicas, y no fue hasta después de haber enseñando durante 25 años, que aparecieron sus tres principales aportes a la literatura médica.
En 1783 publicó uno de sus más grandes trabajos, Observations on the Structure and Functions of the Nervous System, un texto y atlas de neurología humana y comparada.
Dedujo que el cráneo era una “caja rígida” llena de un “cerebro casi incompresible” y que su volumen total tiende a permanecer constante. En su libro afirma: “la sustancia del cerebro, como la de los otros sólidos de nuestro cuerpo, es casi incompresible, entonces la cantidad de sangre dentro de la cabeza debe ser la misma, o muy cerca de la misma, en todo momento, ya sea en la salud o la enfermedad, en la vida o después de la muerte”. 
La doctrina establece, por lo tanto, que cualquier aumento en el volumen de los contenidos craneales (por ejemplo, cerebro,  sangre o líquido cefalorraquídeo), elevará la presión intracraneal. Además, si uno de estos tres elementos aumenta su volumen, tiene que ocurrir a expensas del volumen de los otros dos elementos. 
El médico escocés George Kellie (1758-1829), discípulo de Monro Secundus, confirmó en 1824 muchas de las primeras observaciones de Monro, por lo que este principio se conoce como “doctrina de Monro-Kellie”.
En este libro también menciona la comunicación entre los ventrículos laterales del cerebro, que hoy es conocida por su nombre (Agujero de Monro). Explicaba que “la apertura es muy pequeña en el cerebro sano, pero cuando hay agua en el cerebro puede ser tan grande como una moneda de seis peniques".
En realidad Secundus no descubrió este  foramen (lo había hecho Galeno 1500 años antes), pero él afirmó que su descripción era la más detallada. Hizo muchos contactos con médicos eminentes haciendo que escriban cartas que no dejen duda de que él tenía bien merecido el reconocimiento, a pesar de los descubrimientos previos.
Siempre se interesó por la anatomía comparada y en 1785 publicó The Structure and Physiology of Fishes explained and compared with those of Man and other Animals.
En 1788 publicó A Description of all the Bursae Mucosae of the Human Body, un manual práctico para el uso directo en la cirugía. Aunque casi nada se sabía de los gérmenes en ese momento, la observación aguda de Monro y su juicio empírico independiente le llevaron a la conclusión de que el principal peligro de la infección en la cirugía de las articulaciones estaba en el contacto con el aire.
En 1793 publicó Experiments on the Nervous System with Opium and Metalline Substances, to determine the Nature and Effects of Animal Electricity. Estos experimentos le llevaron a la conclusión de que la fuerza nerviosa no era idéntica a la electricidad.
En 1797, Monro Secundus se vio obligado a verificar su afirmación acerca de la verdadera naturaleza y ubicación del foramen interventricular. Los colegas en Londres fueron los más difíciles de convencer. Su deseo de probar que él fue el primero en describirlo en detalle fue la fuerza motriz de su último libro, Three Treatises on the Brain, the Eye, and the Ear, que se publicó en Edimburgo ese año.
Esta publicación de Monro sólo empeoró las cosas. El famoso cirujano, anatomista y neurólogo escocés Sir Charles Bell, cuyo nombre es recordado en varias estructuras anatómicas y distintas lesiones, publicó en 1802 su libro The Anatomy of the Brain, Explained in a Series of Engravings.
Bell era un experto dibujante, y en una ilustración muestra y describe el foramen, pero no lo nombra.
Unas páginas más adelante, Bell concluye esta publicación con un ataque mordaz hacia Monro Secundus en varios frentes. Lo acusa de asumir el mérito de descubrir el foramen, en base a la sugerencia de que Monro mencionaba deliberadamente anatomistas anteriores que habían hecho descripciones imperfectas, con el fin de hacer su propio relato más creíble.
En 1840, su hijo Alexander Tertius, publicó algunas de sus conferencias en Essays and Heads of Lectures on Anatomy, Physiology, Pathology, Surgery.
En 1762, Monro Secundus se casó con Katherine Inglis, hija de David Inglis, tesorero del Banco de Escocia, y tuvieron tres hijos y dos hijas. Inicialmente vivieron en Edimburgo. En 1766 se trasladaron a una casa cerca de la universidad, donde permanecieron hasta 1801. 
Alcanzó una práctica extensa como médico, pero nunca permitió que su práctica interrumpiera la regularidad de sus conferencias. Era aficionado a la jardinería y en 1773 compró la finca de Craiglockhart, donde cultivó muchos tipos de frutas. Su casa de campo no tenía dormitorio, ya que pensaba que un médico siempre debía pasar la noche en su casa de la ciudad atento a la llamada de sus pacientes.
En 1798 repitió la historia de su padre. Convenció al Ayuntamiento de nombrar a su hijo mayor Alexander (a partir de entonces conocido como Monro Tertius), profesor de Anatomía en forma conjunta con él. Siguió compartiendo los deberes del cargo hasta 1808, cuando se retiró a la edad de 75 años. 
Monro Secundus murió de un ataque cerebrovascular el 2 de octubre de 1817, a los ochenta y cuatro años de edad, habiendo dejado su excelente colección de piezas anatómicas y patológicas para la utilización de su hijo y sus sucesores en la cátedra de anatomía.
Su hermano mayor, Donald Monro (1727-1802), después de haberse graduado como médico en Edimburgo, se trasladó a Londres, tal vez para no interferir con la trayectoria profesional de Alexander. Fue Médico General del Ejército, médico del St. George’s Hospital y miembro de la Royal Society. Su libro sobre sanidad militar, Observations on the Means of Preserving the Health of Soldiers, abogó por mejoras en la higiene y el saneamiento militar y se convirtió en un clásico de este tipo.
Hay muchos epónimos relacionados con Alexander Monro Secundus: el foramen de Monro (es el foramen interventricular, punto de comunicación entre los ventrículos laterales y el tercer ventrículo del cerebro); el quiste de Monro (es un quiste ependimario en el foramen interventricular, que puede causar hidrocefalia de los ventrículos laterales); el surco de Monro (es el surco hipotalámico, en la pared lateral del tercer ventrículo desde el foramen interventricular al aditus aquaeductum cerebral); la línea de Monro-Richter (es una línea que une el ombligo y la espina ilíaca antero superior izquierda), y el punto de Monro (el sitio de incisión en la ascitis, ubicado en esta línea).
Ya mencionamos la doctrina de Monro-Kellie, que establece que cualquier aumento en el volumen del contenidos endocraneal elevará la presión intracraneal.

* Prof. Dr. Alfredo E. Buzzi, Profesor Titular de Diagnóstico por Imágenes. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. - Dr. Martín Dotta, Jefe de Diagnóstico por Imágenes. Sanatorio Dupuytren, Buenos Aires. - ALMA Cultura y Medicina - Vol 2. N 2 - Junio 2016 - EAB

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