J. J. Pringle, hijo del Dr. Andrew Pringle, de Borgue, Kirkcudbrightshire, nació el 17 de junio de 1855.
Estudió en la Merchiston School antes de estudiar medicina en Edimburgo.
Tras una temporada como médico residente en la Royal Infirmary, se fue de viaje, primero a Dublín, luego a París, Viena y finalmente Berlín, para estudiar dermatología y lenguas extranjeras.
A su regreso trabajó en Londres como asistente clínico en el Moorfields Eye Hospital y como médico en el Royal Hospital for Diseases of the Chest.
Esto le llevó a su siguiente nombramiento, el de Médico Registrador en el Hospital Middlesex en 1883.
Allí causó una buena impresión, ya que después de sólo dos años fue ascendido a médico asistente, un trampolín hacia un nombramiento de plantilla.
A partir de 1888 compaginó la cátedra de medicina con el nuevo puesto de médico adjunto de Robert Liveing, entonces a cargo de las clínicas dermatológicas.
Tras la jubilación de Liveing, Pringle asumió el control y decidió concentrarse exclusivamente en la dermatología.
Se unió a la Sociedad Dermatológica de Londres dos años después de su creación; colaborador activo, fue durante 16 años su secretario.
En 1896, Jonathan Hutchinson, le seleccionó para ser el secretario del Tercer Congreso Internacional de Dermatología.
Pringle era un soltero encantador y divertido, sociable y amante de la diversión, dedicado a la música y la pintura, siempre impecablemente vestido.
De figura baja, redonda y querúbica, cultivaba un arte un tanto florido en el vestir, en el hablar y en el escribir.
Sin embargo, bajo esa apariencia de despreocupación e ingenio escondía una enorme capacidad para el trabajo duro.
Cuando se hizo cargo de las tareas editoriales en 1891 contó con el apoyo de un sólido comité formado por Brooke, Colcott Fox, Radcliffe Crocker, J. F. Payne y Morris. Este modelo se mantuvo durante 30 años.
Durante este tiempo, hasta que James Galloway se unió a él, la influencia extranjera se convirtió, comprensiblemente, en una característica de la revista, ya que Pringle había hecho algunos amigos duraderos, como Louis Wickham en París y Edward Schiff en Viena; ellos iban a ser corresponsales habituales.
Pringle es recordado por su reconocimiento del adenoma sebáceo congénito, durante mucho tiempo conocido como "enfermedad de Pringle", que se registró en el Journal en 1890; también por su informe sobre el angioqueratoma al año siguiente.
Aunque no publicó ningún libro de texto, editó las ediciones inglesas del Atlas de San Luis y la Cartera de Dermocromos de Jacobi; contribuyó con artículos al diccionario de Quain y al sistema de Medicina de Allbutt.
También fue miembro correspondiente de varias sociedades dermatológicas extranjeras.
Su formación en medicina general era una característica de su enfoque profesional y atrajo a varios dermatólogos en ciernes para que trabajaran con él, no menos de cinco de los cuales llegaron a hacerse cargo de sus propios departamentos.
Cuando la Royal Society of Medicine atravesaba momentos difíciles durante la guerra de 1914-18, Pringle, como presidente de la Sección, demostró ser una torre de fuerza, siempre capaz de iniciar debates entre las mermadas audiencias.
En este período se hizo cargo del departamento de enfermedades de la piel del Tercer Hospital General de Londres y trabajó como asesor en hospitales militares.
Su vida se vió arruinada por la tuberculosis; de hecho, pasó seis meses en un sanatorio en 1903 antes de poder volver a su ajetreado trabajo.
Pringle luchó valientemente durante otros 20 años, muriendo finalmente el 18 de diciembre de 1923 en Christchurch, Nueva Zelanda, mientras realizaba un viaje destinado a recuperar la salud perdida.
Adamson afirmaba de él que era "preciso y puntilloso en todo, una precisión aliviada por el sentido del humor y embellecida por la afición a lo ornamentado", mientras que Whitfield señalaba "que si tenía una lengua cáustica, poseía el más bondadoso de los corazones".
Lyell concluyó: "Añádase a ese canto de llanura, un tanto solemne, la melodía de su chispeante personalidad, y obtendremos una armonía cautivadora que aún resuena entre los pilares de la historia de la dermatología".
* British Association of Dermatologists - A Biographical History of British Dermatology
* G H Brown - Times, 5 Jan. 1923; Personal memoirs, in R.C.P. Library
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