martes, 12 de septiembre de 2023

DR. SAMUEL JEAN de POZZI

Los biógrafos suelen contar la historia de vida de una persona cuyo nombre es muy reconocido.
Es mucho más difícil contar la historia de aquellos que están en gran parte olvidados.
Pozzi fue un médico verdaderamente distinguido, especializado en ideas quirúrgicas avanzadas, además de un ginecólogo pionero admirado por su amabilidad y tacto; su gestión hospitalaria y sus técnicas de quirófano salvaron innumerables vidas. (Un cirujano americano opuesto a la antisepsia promovida por Pozzi declaró que “los médicos son caballeros y las manos de los caballeros están limpias”). 
Samuel-Jean Pozzi (cambió la ortografía de su apellido más tarde a "de Pozzi", para darle un toque más italiano) nació en Bergerac, Dordoña, Francia, el 3 de octubre de 1846, en una familia de ascendencia suizo-italiana. 
Su padre Benjamin Samuel Dominique Pozzi (20 de marzo de 1820 – 1905), ministro de la Iglesia Reformada de Francia, se casó con Marthe-Marie Inés Escot-Meslon (11 de marzo de 1821 – 1857) el 29 de abril de 1844 en Bergerac. Murió cuando Samuel tenía diez años, y su padre entonces se casó con una inglesa, Mary Anne Kempe, el 19 de octubre de 1859 en Bakewell, Derbyshire, Inglaterra.
Pozzi fue a estudiar primero a Pau y después a Burdeos. Muy apuesto y de cuidados modales, los otros alumnos le apodaron La Siren.
En 1864, Pozzi empezó sus estudios de medicina en París. Cuando estalló la Guerra franco-prusiana en 1870, se ofreció como voluntario y se convirtió en médico militar. Más tarde, fue uno de los alumnos del neurólogo Paul Broca y como su ayudante trabajó en antropología, neurología y anatomía comparada. 
Pozzi se graduó como doctor en 1873. Su tesis fue sobre el tratamiento de la fístula obstétrica.
En 1875 se convirtió en profesor universitario después de su segunda tesis sobre el uso de la histerotomía para el fibroma uterino. 
En 1876 viajó a Escocia al Congreso de la Asociación Médica británica para conocer a Joseph Lister, cuyo interés en los antisépticos apoyaba. 
En 1877, Pozzi se convirtió en chirurgien des hôpitaux, e introdujo la antisepsia en los hospitales franceses.
Viajó a Austria, Alemania y Gran Bretaña para estudiar los últimos métodos ginecológicos y se convirtió en un pionero de la ginecología en Francia. Obtuvo gran reputación como profesor, prefiriendo hacer sus rondas vestido con un mono blanco y una gorra negra.
En 1881 empezó a trabajar como cirujano de hospital, especializado en ginecología y cirugía abdominal. En 1883, fue nombrado cirujano en el Hôpital de Lourcine-Pascal. Desde 1884 daba conferencias teóricas en el hospital. 
En 1888, fue nombrado presidente de la Sociedad de Antropología habiendo sido miembro desde 1870. Viajó extensamente para ampliar sus conocimientos.
Pozzi estableció la primera cátedra de ginecología en París en 1884. 
En 1889, realizó la primera gastroenterostomía en Francia. 
En 1896, fue elegido para la Academia francesa de Medicina. 
En 1897, fue cofundador de la revista Revue de gynécologie et de chirurgie abdominale.
En 1913, Pozzi y Georges Clemenceau organizaron el primer simposio sobre trasplantes en París. En 1914, al comenzar la Primera Guerra Mundial se unió de nuevo al ejército y trabajó como cirujano militar.
En 1901, cuando Pozzi tenía 54 años, se convirtió en el primer profesor de ginecología en Francia, y hay verdadera nobleza en su discurso inaugural en el Hospital de Broca, que había hecho mucho por modernizar:
"Los cirujanos deben tener presente "la cuestión de la conciencia" de cada uno de nosotros que tiene el poder de la vida y la muerte sobre un prójimo", dijo, añadiendo que nunca deben olvidar "la divina figura de la Piedad".
Aunque por regla general las mujeres lo adoraban, la excepción eran las de su hogar.
Ni su esposa, la heredera de un magnate del Ferrocarril Therese Loth-Cazalis, ni su suegra, que vivía con ellos, ni su hija, la poeta, narradora y diarista Catherine, le tenían alta estima.
Pozzi también era, como dijo la princesa de Mónaco, “asquerosamente guapo” y muy consciente de ello.
A diferencia de muchos de los de su época, él era entusiastamente heterosexual; una de sus aventuras fue con Sarah Bernhardt y hubo muchas otras. Su relación con su esposa e hijos fue profundamente conflictiva.
Cuando su hija Catherine tenía 22 años, escribía en su diario: “Y, sin embargo, lo amaba, este desastre moral de padre”.
Sin duda, Catherine miraba con frialdad a todo el mundo.
Describió al menor de sus dos hermanos como “feo, absurdo, culo gordo, impotente, pederasta, enojado, amigable cuando le da la gana, banal y repugnante”.
Pozzi, hombre de variados intereses, se convirtió en miembro honorario del Cercle de l'Union artistique (conocido como Mirlitons) en 1881, y allí conoció al pintor John Singer Sargent.
Sargent retrató a Pozzi en un espectacular retrato en bata de casa actualmente en exhibición en el Hammer Museum de Los Ángeles.
Pozzi también se hizo amigo de Marcel Proust, Robert Proust, Reynaldo Hahn y Robert de Montesquiou. 
En 1877 conoció a la poetisa Louise Ackermann, cuando le pidió que le enseñara alemán. Habitual de los círculos de la alta sociedad parisina, la salonniere Lydie Aubernon le apodó "el doctor amor". Mantuvo correspondencia con una escritora feminista, Augustine Bulteau. También coleccionaba monedas antiguas y estatuillas grecorromanas.
En 1898 Pozzi fue elegido senador de Bergerac y representó su distrito durante tres años. Mejoró el suministro de agua y el drenaje del alcantarillado de su ciudad y más tarde participó en la reestructuración de los exámenes del bachillerato francés. No buscó la reelección en 1902.
El 13 de junio de 1918, Maurice Machu, paciente dos años antes, regresó a la consulta de Pozzi. Le había operado un varicocele del escroto, y como resultado, Machu estaba convencido de que se había vuelto impotente. Machu le pidió que le operara otra vez. Cuando Pozzi se negó porque no tenía remedio, Machu, furioso, le disparó cuatro tiros en el vientre. Pozzi ordenó que le llevaran de inmediato a quirófano y no quiso esperar por anestesia, pero la laparotomía de emergencia no tuvo éxito. Sabiéndose moribundo, pidió ser enterrado con su uniforme militar y murió ese mismo día.
Al saber de su fallecimiento, Machu se suicidó.
Pozzi fue enterrado en el cementerio protestante de Bergerac. Le sobrevivieron su hijo el diplomático Jean de Pozzi y su hija la poetisa Catherine Pozzi.
Para Pozzi "el chauvinismo es una de las formas de ignorancia".
No solo se alineó con el escritor Émile Zola en defensa de las víctimas de antisemitismo, sino que no dudó en correr a asistir al Capitan Alfred Dreyfus cuando el periodista de extrema derecha Louis-Anthelme Grégori le disparó en un acto público.
Pozzi fue además un conocedor y mecenas de las artes, que se movía tan facilmente en el mundo de los pintores, actores y escritores como lo hacía entre las paredes del hospital.
Y como estaba convencido que el arte podía ayudar a curar, invitó a artistas a pintar esas paredes, entre ellos Georges Clairin, cuya obra "La salud vuelve a los enfermos", muestra, encarnando la salud, a Sarah Bernhardt, una de las mujeres más importantes de la vida de Pozzi.
La llamaba "la divina Sarah" y la conoció en 1869, cuando él era estudiante y ella, ya una actriz conocida.
En 1879, el encantador amigo de las mujeres se casó, al parecer enamorado. Pero casi desde el principio su relación de pareja se amargó, en gran parte porque Therese insistió en que su dominante madre viviera con ellos.
Aunque tuvieron tres hijos, su matrimonio nunca fue feliz.
Pozzi no se resignó a vivir sin amor, tuvo varios affaires con más mujeres espléndidas, hasta que conoció a Emma Sedelmeyer Fischhof.
Quizo casarse con ella pero su esposa se negó a darle el divorcio. No obstante, su amada Emma siguió siendo su pareja por el resto de su vida.
Fue a ella a quien dos años antes de esa fatídica noche de verano de 1918 le dejó escrita en verso su última voluntad:
"Querida, en mi lecho de muerte no convoques a ningún sacerdote
que no deje ningún cáliz ni hostia sagrada
Él me diría sin duda, y yo le podría creer
que me equivoqué al amarte mas de lo que amé a Dios".

* Ciencia
* By Leo Damrosch Feb. 21, 2020 - The New York Times
* BBC News Mundo - 2020

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