Radiólogo suizo nacido el 13 de diciembre de 1891 en Zurich.
Hijo del conocido ex catedrático de Botánica de la Universidad de Zurich, Hans Schinz y de Dora Luise Strelin.
Estudió en Zúrich y Roma, se doctoró en Zúrich y luego fue ayudante en el Departamento de Cirugía de la Universidad.
Cuando se le ofreció la oportunidad de crear un instituto de diagnóstico por rayos X como parte de la clínica quirúrgica, solicitó inmediatamente este puesto, dándose cuenta rápidamente de la oportunidad de ascenso que esto le ofrecía.
En 1926 obtuvo la cátedra titular. En 1928 fue nombrado profesor asociado de radiología y, finalmente, por sus esfuerzos en su asignatura optativa, se le concedió una cátedra personal.
El nombre de Schinz está y sigue estando asociado al libro de texto sobre diagnóstico por rayos X, que pasó la sexta edición. Por sugerencia de Bruno Hauff, Schinz, junto con su amigo W. Baensch, creó en poco tiempo un libro de texto que rápidamente conquistó al mundo entero.
También rediseñó constantemente las siguientes ediciones en discusiones a veces alegres, a veces más animadas, con sus colegas. Siempre se inclinó por incorporar el espíritu de la época y los últimos hallazgos de la investigación en las ediciones posteriores, pero nunca abandonó la idea básica de establecer relaciones estrechas entre los cuadros clínicos de las enfermedades y los hallazgos radiográficos.
En años posteriores, Schinz se dedicó principalmente a la investigación y la radioterapia del cáncer. El primer fruto de su preocupación por el problema del cáncer fue la monografía «Krebs und Vererbung» (Cáncer y herencia), publicada en 1935 con Franz Busckke.
En este libro, Schinz y Buschke habían recopilado todas las investigaciones clínicas y experimentales sobre la naturaleza hereditaria del cáncer conocidas hasta la fecha. El resultado fue que el cáncer probablemente no es una enfermedad hereditaria, pero que los factores hereditarios pueden tener una importancia variable en el desarrollo del cáncer.
El libro publicado con A. Zuppinger le siguió sólo dos años después: «17 Jahre Strahlentherapie der Krebse». Este libro fue el primero en resumir sistemáticamente los resultados del tratamiento.
Los malos resultados llevaron a Schinz a centrarse cada vez más intensamente en la radioterapia del cáncer en los años siguientes y a buscar nuevas formas de aumentar el éxito del tratamiento.
En los informes anuales, hizo repetidamente un balance crítico de sus propias observaciones.
Para intensificar la lucha contra el cáncer, Schinz asumió en 1955/1957 la presidencia de la Liga Nacional de Lucha contra el Cáncer e Investigación Oncológica. Sus años como presidente coincidieron con dos acontecimientos importantes: 1. la introducción de la Acción con tarjeta, que permitió a la Liga contra el Cáncer recibir mucha más financiación que antes y posibilitó organizar la lucha contra el cáncer de forma planificada; 2. el «Plan Schinz», una monografía titulada «Plan para la legislación, organización y financiación de la lucha contra el cáncer en Suiza».
En esta obra, Schinz ofrece en primer lugar una visión de la importancia del problema del cáncer como enfermedad y destino. A continuación describe las distintas localizaciones del cáncer en relación con el diagnóstico precoz y tardío y el éxito del tratamiento. Para fomentar el diagnóstico precoz, Schinz propuso la creación de ligas cantonales para promover la concienciación sobre la naturaleza del cáncer.
La organización actual de la Liga Nacional para el Control y la Investigación del Cáncer es la realización del plan de Schinz.
En Suiza se han fundado 18 ligas cantonales. A través de la (Hessen), la Liga contra el Cáncer recibe casi medio millón de francos al año, lo que le permite contribuir de forma decisiva a la educación, la investigación y el tratamiento del cáncer.
Por sus servicios en la lucha contra el cáncer, Schinz fue nombrado miembro honorario.
En 1948, Schinz fundó «Oncologia». En el prólogo de esta revista, Schinz escribe: «La investigación suiza del cáncer cree que ha llegado el momento de salir de su reducto nacional, largamente guardado, y poner las fuerzas suizas a disposición del público nacional y extranjero fundando su propia organización. Somos tanto más optimistas respecto a nuestra fundación cuanto que hemos logrado eliminar la anterior fragmentación dentro del pequeño país y crear así unidad y, creemos, un frente de batalla eficaz en la lucha contra el cáncer. Veríamos nuestro mayor éxito si, con el paso del tiempo, nos enriqueciéramos regularmente con el trabajo de científicos del extranjero».
Gracias a su reputación internacional, Schinz consiguió convertir una revista nacional en una revista que goza de reconocimiento internacional.
El trato personal con Schinz no siempre fue fácil. Era un erudito con un alto nivel de empatía crítica, más diseccionador y estimulante que creativo. Siguió la lucha contra el cáncer con una mente aguda y una crítica alerta hasta los últimos minutos de su vida.
Falleció el 12 de junio de 1966.
Su descanso final es bien merecido.
* E. Uehlinger - Oncology 1966
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