Andries Wytinck van Wesel, nacido el 31 de diciembre de 1514 en Bruselas, actualmente en Bélgica, fue un médico del Renacimiento que revolucionó el estudio de la biología y la práctica de la medicina por su cuidadosa descripción de la anatomía del cuerpo humano. Basándose en las disecciones que él mismo realizó, escribió e ilustró el primer libro de texto completo de anatomía.
Natural del ducado de Brabante (cuya parte sur se encuentra actualmente en Bélgica), provenía de una familia de médicos y farmacéuticos.
Su abuelo, Everard van Wesel, fue médico real del Emperador Maximiliano, mientras que su padre, Anders van Wesel, fue boticario de Maximiliano y más tarde valet de chambre de su sucesor, Carlos V.
Anders animó a su hijo a continuar con la tradición familiar y lo matriculó en los Hermanos de la Vida Común de Bruselas para que aprendiera griego y latín antes de aprender medicina, según las normas de la época.
Asistió a la Universidad Católica de Lovaina (1529-1533) y, entre 1533 y 1536, estudió en la facultad de medicina de la Universidad de París, donde aprendió a diseccionar animales. También tuvo la oportunidad de diseccionar cadáveres humanos y dedicó gran parte de su tiempo al estudio de los huesos humanos, que en aquella época eran fáciles de encontrar en los cementerios parisinos.
En 1536, Vesalio regresó a Brabante para pasar otro año en la Universidad Católica de Lovaina, donde la influencia de la medicina árabe aún era dominante. Siguiendo la costumbre imperante, en 1537 preparó una paráfrasis de la obra del médico árabe del siglo X, Rhazes, probablemente para obtener la licenciatura en medicina.
Posteriormente, ingresó en la Universidad de Padua, una universidad progresista con una sólida tradición en disección anatómica. Al doctorarse en medicina ese mismo año, fue nombrado profesor de cirugía, encargado de impartir demostraciones anatómicas.
También fue profesor invitado en la Universidad de Bolonia y en la Universidad de Pisa.
Antes de ocupar su puesto en Padua, Vesalio viajó por Italia y ayudó al futuro Papa Pablo IV y a Ignacio de Loyola a curar a los enfermos de lepra.
Consciente de que un conocimiento profundo de la anatomía humana era esencial para la cirugía, dedicó gran parte de su tiempo a su estudio con disecciones de cadáveres e insistía en hacerlas él mismo, en lugar de depender de ayudantes sin formación.
Al principio, Vesalio no tenía motivos para cuestionar las teorías de Galeno, el médico griego que había servido al emperador Marco Aurelio en Roma y cuyos libros de anatomía aún se consideraban una autoridad en la educación médica en tiempos de Vesalio.
En enero de 1540, rompiendo con esta tradición de basarse en Galeno, Vesalio demostró abiertamente su propio método: realizaba disecciones, estudiaba anatomía a partir de cadáveres y evaluaba críticamente textos antiguos. Lo hizo durante una visita a la Universidad de Bolonia.
Estos métodos pronto lo convencieron de que la anatomía galénica no se basaba en la disección del cuerpo humano, la cual estaba estrictamente prohibida por la religión romana. La anatomía galénica, sostenía, era una aplicación a la forma humana de las conclusiones extraídas de las disecciones de animales, principalmente perros, monos o cerdos. Fue esta conclusión la que tuvo la audacia de declarar en su enseñanza mientras preparaba apresuradamente su completo tratado de anatomía humana para su publicación.
A principios de 1542 viajó a Venecia para supervisar la preparación de las ilustraciones de su texto, probablemente en el taller del gran artista renacentista Tiziano.
Los dibujos de sus disecciones fueron grabados en bloques de madera, que llevó, junto con su manuscrito, a Basilea, Suiza, donde se realizó su obra principal, De humani corporis fabrica libri septem (“Los siete libros sobre la estructura del cuerpo humano”) comúnmente conocido como La Fabrica, se imprimió en 1543.
En esta obra trascendental, Vesalio desplegó todas sus dotes científicas, humanísticas y estéticas. La Fabrica constituyó una descripción del cuerpo humano más extensa y precisa que cualquier otra presentada por sus predecesores; dotó a la anatomía de un nuevo lenguaje y, en la elegancia de su impresión y organización, de una perfección hasta entonces desconocida.
La obra destaca la importancia de la disección y de lo que en adelante se llamó la visión "anatómica" del cuerpo humano.
Su descripción parte de los huesos, ligamentos y músculos, que fundamentan la estructura corporal, para pasar a estudiar luego los sistemas conectivos o unitivos (vasos sanguíneos y nervios) y los sistemas que impulsan la vida. De los siete libros de que consta la obra, el primero trata de los huesos y cartílagos; el segundo de los músculos y ligamentos; en el tercero se describen las venas y arterias; en el cuarto los nervios; en el quinto, los aparatos digestivo y reproductor; en el sexto el corazón y los órganos que le auxilian, como los pulmones; el séptimo y último está dedicado al sistema nervioso central y a los órganos de los sentidos.
Su modelo anatómico contrasta poderosamente con los vigentes en el pasado.
Además de realizar la primera descripción válida del esfenoides, demostró que el esternón consta de tres partes y el sacro de cinco; y describió cuidadosamente el vestíbulo en el interior del hueso temporal.
Verificó las observaciones de Charles Estienne acerca de las válvulas en las venas hepáticas, describió la vena ácigos y descubrió en el feto el canal que comunica la vena umbilical y la vena cava inferior, llamado desde entonces ductus venosus.
Describió también el omento (epiplon) y sus conexiones con el estómago, el bazo y el colon; ofreció las primeras nociones correctas sobre la estructura del píloro; observó el pequeño tamaño del apéndice vermiforme en los hombres; dio las primeras descripciones válidas del mediastino y la pleura y la explicación más correcta de la anatomía del cerebro conocida hasta la fecha.
Este libro lo pudo realizar gracias a la ayuda que le prestó un juez proporcionándole cadáveres de asesinos.
A principios de 1543, Vesalio partió hacia Maguncia para presentar su libro al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Carlos V lo contrató como médico personal de la casa. Así, con menos de 28 años, Vesalio había alcanzado su meta.
Ese mismo año realizó una disección pública del cuerpo de Jakob Karrer von Gebweiler, un famoso delincuente de la ciudad de Basilea, Suiza. Ensambló y articuló los huesos, donando finalmente el esqueleto a la Universidad de Basilea. Esta preparación ("El esqueleto de Basilea") es la única preparación esquelética bien conservada de Vesalio, y también la preparación anatómica más antigua que se conserva en el mundo.
Todavía se exhibe en el Museo Anatómico de la Universidad de Basilea.
Tras renunciar a su puesto en Padua y regresar en la primavera de 1544 a su tierra natal para casarse con Ana van Hamme, asumió nuevas funciones al servicio del emperador en sus viajes por Europa. De 1553 a 1556, Vesalio pasó la mayor parte del tiempo en Bruselas, donde construyó una imponente casa acorde con su creciente prosperidad y atendió su floreciente consulta médica.
Su prestigio se vio aún más reforzado cuando Carlos V, al abdicar del trono español en 1556, le otorgó una pensión vitalicia y lo nombró conde.
Vesalio viajó a España en 1559 con su esposa e hija para ocupar el cargo de médico de la corte de Madrid, otorgado por Felipe II, hijo de Carlos V.
En 1564, obtuvo permiso para salir de España y peregrinar al Santo Sepulcro. Viajó a Jerusalén, con paradas en Venecia y Chipre, mientras su esposa e hija regresaban a Bruselas.
La obra de Vesalio representó la culminación del renacimiento humanístico del saber antiguo, la introducción de la disección humana en los planes de estudio de medicina y el desarrollo de la literatura anatómica europea.
Vesalio realizó sus disecciones con una minuciosidad hasta entonces desconocida. Tras Vesalio, la anatomía se convirtió en una disciplina científica, con profundas implicaciones no solo para la fisiología, sino para toda la biología.
Sin embargo, durante su vida, a Vesalio le resultó más fácil corregir aspectos de la anatomía galénica que cuestionar su propio marco fisiológico.
Los relatos contradictorios oscurecen los últimos días de su vida.
En 1564, decidió hacer una peregrinación a Jerusalén. Se embarcó con la flota veneciana del condottiero Giacomo Malatesta (1530-1600), vía Chipre. Cuando llegó a Jerusalén, recibió un mensaje del senado de Venecia instándole a aceptar su antiguo puesto en la Universidad de Padua, que había quedado vacante a la muerte de su amigo y alumno Falopio.
Tras luchar durante varios días con vientos adversos en el mar Jónico, su barco debió atracar en Zacinto (Islas Jónicas bajo dominio veneciano, República de Venecia). Allí murió poco después, el 16 de octubre de 1564, cuando contaba escasamente cincuenta años.
Durante muchos años se difundió que esa peregrinación a Tierra Santa le fue impuesta por Felipe II para cambiar, así, una condena a la hoguera por la Inquisición, debida a presuntas prácticas dudosas por entonces (al hacer una autopsia de una aristócrata española, Vesalio habría percibido que su corazón latía aún).
Hoy se considera mayoritariamente que esta versión carece de fundamentos, por lo que los biógrafos modernos la rechazan, sobre todo desde el cuarto centenario de su gran libro, en 1954. Al parecer esa calumnia la difundió Hubert Languet, que también había servido a Carlos V, pero luego estuvo al servicio de Guillermo de Orange. Con todo, esa anécdota fantasiosa ha circulado hasta tiempos recientes.
* Marcel Florkin - Universidad Estatal de Lieja, Bélgica
* Enciclopedia Británica
* Ciencia


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