domingo, 16 de noviembre de 2025

DR. OSWALD THEODORE AVERY

Oswald Avery, nacido el 21 de octubre de 1877 en Halifax, Nueva Escocia, Canadá, fue un bacteriólogo cuya investigación ayudó a determinar que el ADN es la sustancia responsable de la herencia, sentando así las bases de la nueva ciencia de la genética molecular. Su trabajo también contribuyó a la comprensión de la química de procesos inmunológicos.
Hijo de Elizabeth Crowdy y Joseph Francis Avery. Segundo de tres hermanos, fue precedido por Ernest y seguido por Roy. 
En 1887, a los 10 años, la familia Avery se mudó a la ciudad de Nueva York (NYC), Estados Unidos. Su padre era pastor bautista en la Iglesia Bautista de la Misión del Templo de los Marineros en NYC, pero la tragedia golpeó a la familia en 1892 cuando Ernest falleció a los 18 años, presuntamente de tuberculosis. Meses después, Joseph también falleció, dejando a Oswald Avery a cargo de su hermano menor, Roy, junto a su madre.
Comenzó su educación en la Escuela Primaria Masculina de Nueva York, seguida de una licenciatura en música y humanidades en Colgate en 1900, donde también dirigió la banda universitaria.
Se graduó en medicina en la Facultad de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia en Nueva York en 1904. 
Tras unos años de práctica clínica, se unió al Laboratorio Hoagland en Brooklyn y centró su atención en la investigación bacteriológica. 
En 1913 se incorporó al personal del Hospital del Instituto Rockefeller en Nueva York, donde comenzó a estudiar la bacteria responsable de la neumonía lobar, causada por Streptococcus pneumoniae, también conocido como neumococo.
Fue detectada por Avery y sus colegas, quienes aislaron una sustancia en la sangre y la orina de personas infectadas. Esta sustancia fue identificada como un carbohidrato complejo llamado β-hidroxilasa. 
El polisacárido, que conforma la envoltura capsular del neumococo, fue clave en la clasificación de los neumococos en diferentes tipos, gracias al reconocimiento de que su composición puede variar. 
Avery también descubrió que este polisacárido podía estimular una respuesta inmunitaria, específicamente la producción de anticuerpos, y fue el primero en demostrar que una sustancia distinta a una proteína podía hacerlo. 
La evidencia de que la composición de polisacáridos de una bacteria influye en su virulencia (capacidad de causar enfermedad) y su especificidad inmunológica demostró que estas características pueden analizarse bioquímicamente, contribuyendo así al desarrollo de la inmunoquímica.
Cuando Estados Unidos entró en la Primera Guerra Mundial en 1917, las investigaciones de Avery sobre las infecciones neumocócicas se interrumpieron al unirse al Cuerpo Médico del Ejército estadounidense. Dado que había nacido en Canadá y era súbdito británico, fue asignado como soldado raso. Gracias a su servicio en el Cuerpo Médico, Avery obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1918 y fue ascendido a capitán. 
Durante la guerra, investigó la incipiente pandemia de gripe. Al finalizar la guerra, Avery regresó de inmediato a su laboratorio en la Universidad Rockefeller para continuar sus estudios sobre los neumococos.
En 1932, Avery centró su atención en un experimento realizado por un microbiólogo británico llamado Frederick Griffith.
Griffith trabajó con dos cepas de S. pneumoniae: una rodeada por una cápsula de polisacáridos que era virulenta, y otra que carecía de cápsula y no era virulenta. Los resultados de Griffith mostraron que la cepa virulenta podía, de alguna manera, convertir o transformar la cepa no virulenta en un agente patógeno. 
Además, la transformación era hereditaria, es decir, podía transmitirse a las generaciones sucesivas de bacterias. 
Avery, junto con muchos otros científicos, se propuso determinar la naturaleza química de la sustancia que permitía que ocurriera la transformación. 
En 1944, él y sus colegas Maclyn McCarty y Colin MacLeod informaron que la sustancia transformadora —el material genético de la célula— era el ADN. Este resultado fue recibido inicialmente con escepticismo, ya que muchos científicos creían que las proteínas serían el depósito de la información hereditaria. Sin embargo, con el tiempo se demostró el papel del ADN y se reconoció la contribución de Avery a la genética 
Avery se vio obligado a jubilarse oficialmente a los 65 años en 1943, pero continuó su investigación en el Instituto hasta 1948. Luego se mudó a Nashville, Tennessee, para estar más cerca de su hermano Roy y su familia. Roy había seguido los pasos de Oswald como bacteriólogo en la Facultad de Medicina de Vanderbilt. 
Oswald Avery falleció en Nashville, Tennessee, EE. UU., a los 77 años, a causa de un cáncer de hígado, rodeado de su familia, el 20 de febrero de 1955.
A lo largo de su trayectoria profesional, Oswald Avery cosechó numerosos galardones y ocupó diversos cargos. 
Fue presidente de la Asociación Estadounidense de Inmunólogos (1929-1930), de la Asociación Estadounidense de Patólogos y Bacteriólogos (1934) y de la Sociedad Estadounidense de Bacteriólogos (1941-1942). 
Fue elegido miembro de la Academia Nacional de Ciencias en 1933 y de la Royal Society de Londres en 1944. 
Recibió doctorados honoris causa de instituciones como la Universidad McGill, la Universidad de Nueva York, la Universidad de Chicago y la Universidad Rutgers. 
En 1932, recibió el Premio Memorial John Phillips del Colegio Estadounidense de Médicos; en 1945, la Medalla Copley de la Royal Society de Londres; en 1946, la Medalla Kober de la Asociación de Médicos Estadounidenses; de la Academia de Medicina de Nueva York y el Premio Lasker de Investigación Médica Básica en 1947.
Las contribuciones de Oswald Avery a la ciencia y la medicina son inmensas. Su descubrimiento de que el ADN es el portador de la información genética desafió el paradigma dominante. Al igual que otros descubrimientos revolucionarios, sus conclusiones fueron inicialmente cuestionadas y negadas. 
Su otro descubrimiento, anterior al anterior, sobre la superior inmunogenicidad de los antígenos polisacáridos cuando se unen a proteínas portadoras, no fue tanto cuestionado o negado, sino ignorado durante 50 años.
Desde 1945, 86 galardonados con el Premio Lasker han recibido el Premio Nobel, pero Oswald Avery no. Los archivos del Comité Nobel muestran que fue nominado 38 veces.

* Enciclopedia Británica
* Cureus. 14 de octubre de 2024

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