miércoles, 6 de septiembre de 2023

DR. ALEJANDRO POSADAS

El Prof. Dr. Alejandro Posadas es el más fiel representante de la Medicina Argentina. No hay campo, del vasto espectro de la ciencia y del arte médicos, que no haya sido abordado por Posadas. 
El Aula más importante del Hospital de Clínicas de Buenos Aires lleva su nombre.
En él se conjugan una vida heroica e intensa de una densidad abrumadora, una inteligencia creadora y fecunda, una férrea voluntad, un investigador riguroso, un extraordinario poder de síntesis, una habilidad manual portentosa y una preocupación constante por la docencia universitaria, como lo demuestran sus obras  completas donde se destacan el método y la claridad expositiva que, sin lugar a dudas, se integran a la eficacia didáctica del que sabe.
Era, al decir de sus discípulos, la simplicidad con toques de elegancia.
El sufrimiento fue su fiel compañero y, quizás, su secreto inspirador. Murió joven, cuando aún no había cumplido los 32 años.
Pero para describir a un personaje de relevancia histórica es necesario, de acuerdo con los cánones, conocer su época, las circunstancias, el ambiente en que le tocó actuar, su sensibilidad, sus valores morales, su obra, sus discípulos, su trascendencia y el impacto de sus aportes a la ciencia.
Posadas nació el 28 de diciembre de 1870, en Saladillo, provincia de Buenos Aires, Argentina, en un solar ubicado en la avenida Rivadavia, al lado del Correo. Saladillo, Municipio pujante, está ubicado a 180 km. de Buenos Aires.
Sus padres, ambos españoles, fueron Alejandro Posadas y Josefa Martínez.
Fue bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción el 22 de enero de 1871. 
Está poco tiempo en el pueblo. El resto de su infancia transcurrió en la estancia “San Martín de la Dulce”, hermoso paraje, enclavado en Roque Pérez, provincia de Buenos Aires y hoy propiedad de Martín Honorio Posadas, sobrino nieto del maestro.
Desde hace pocos años, se ha transformado en un establecimiento para turismo de fin de semana.
La Argentina de 1870 era un país pobre y relativamente atrasado, cuya expansión estaba bloqueada por los malones, la escasez de mano de obra, la distancia, la ausencia de instituciones estables y la desfavorable situación geográfica. Pero, el trabajo de grandes intelectuales como Sarmiento, Mitre, Alberdi y Avellaneda, más la astucia de otros, pero sobretodo la honorabilidad y decencia de todos, hizo emerger a una poderosa nación. 
Esto, en el caso particular de Posadas, permitió el progreso familiar y la posibilidad de brindar a sus hijos una esmerada educación.
Así llegamos al año 1880. Posadas es alumno del Colegio del Salvador. Aquel muchachito que se crió en la inmensidad de una estancia, llega pupilo a un lugar de excelencia con la rígida disciplina jesuítica. Sus instalaciones albergaban laboratorios de física, química e historia natural, amplios comedores y salones dormitorios.
Sus primeros pasos no fueron afortunados.
El gran cirujano y futuro Decano, Daniel J. Cranwell, compañero de escuela, lo describe “como un muchacho más bien alto para la edad, delgado, abúlico, apático, sin ninguna inclinación al estudio formal y con un carácter más bien triste y melancólico. No era de participar de juegos en el recreo. Se lo veía recostado contra una de las columnas meditando como si fuera un viejo. La vida era un tanto triste dentro de aquellos muros, y los que veníamos de la campaña sufríamos por el encierro y la disciplina”.
Cranwell, quien se había criado en Floresta, era muy aficionado a la lectura. Leía historia y gustaba de las campañas napoleónicas. Y seguramente la disciplina del Colegio y el cuidado atento, influyeron en su capacidad de trabajo y el amor al orden que se manifiestan en cada uno de los capítulos de su vida.
En el año 1888, Posadas ingresa a la Facultad de Medicina. 
De aquí en más es un brillante alumno con dedicación exclusiva. 
El Hospital de Clínicas, inaugurado el 26 de diciembre de 1881, es su meta.

POSADAS Y LA COCCIDIODOMICOSIS
El ingreso al Clínicas le permitió tomar contacto con el gran Profesor de Clínica Roberto Wernicke. 
Con este infatigable clínico e investigador, cuyas principales características eran el orden, la disciplina, la mirada atenta y sus vastísimos conocimientos, Posadas aprende la técnica histológica, la bacteriología y el manipuleo microscópico.
En esa época el Hospital de Clínicas carecía de un buen laboratorio de análisis clínicos.
Wernicke lo instala donando el dinero de su propio peculio. Eligió a Posadas, no obstante su juventud, solo 20 años y de su estatus de estudiante, como Jefe del Laboratorio.
Fue precisamente en ese laboratorio en el que descubrió la Coccidiodomicosis.
Él la denominó primero como “Un nuevo caso de micosis fungoidea con psorospermias” y así lo publica, a los 21 años, en los Anales del Círculo Médico Argentino en septiembre de 1892.
¡¡¡¡Posadas entonces, era un estudiante!!!!.
De su descubrimiento en relación con esta enfermedad, el Profesor Pablo Negroni, fundador de la Escuela Micológica Argentina y formador de numerosos discípulos, que han llevado a esta especialidad a los lugares más altos en el plano internacional, opinaba:
“El trabajo del joven Posadas sigue siendo un modelo de investigación científica y motivo de orgullo para la ciencia argentina”. Esto lo decía 50 años después de la muerte del maestro. 
Y prosigue: “su agente fue tan minuciosamente estudiado por Posadas que, salvo la obtención de los cultivos, poco es lo que se ha agregado en los 50 años siguientes”.
Esta fue una línea de investigación que Posadas continuó durante 8 años. Sus presentaciones son verdaderas joyas del genio del investigador.
Una carta de Posadas deja en claro el agradecimiento del joven estudiante a su maestro:
"Estimado y querido maestro: No puedo ofrecerle este trabajo, porque todo él le pertenece. Sin Ud., hubiese salido de la Escuela de Medicina con los conocimientos con que sale la mayoría. Ud. sabe bien cuáles son. Mi mayor placer sería hacer mucho más; que todo lo contentara y mereciera su aprobación, y demostrar así que sus enseñanzas no han sido infructuosas. Así entiendo el reconocimiento del discípulo”, Posadas, Octubre 15, 1892.
Quien ha tenido oportunidad de leer sus descripciones clínicas de la evolución del paciente, sumado al estudio histopatológico y bacteriológico apreciará la minuciosidad y rigor científico de su trabajo. 
Decía Arce al respecto, y dirigiéndose a la juventud: 
“En las tres memorias que Posadas dedicó a este tema, encontrarán escrito en un castellano sencillo, claro y preciso, un estudio digno de ser imitado. Lo inició un joven estudiante de 20 años y lo terminó un joven médico de 28 años”.
Continúa esta línea a lo largo de 8 años y culmina con su clásico trabajo: “Psorospermiosis infectante generalizada”, verdadera joya de la investigación clínica. Y así se lo reconoce en el ambiente científico.
Diversos trabajos hablan del impacto, aún hoy, de sus estudios.
No hay publicación en el tema que no mencione su nombre como el descubridor de esta patología. Y no sólo en nuestro idioma.
Con motivo del centenario algunos investigadores, como el Dr. Volk de la Universidad de Wisconsin le rinden homenaje.
"Se ha propuesto la denominación de Coccidiodes posadasii para el agente de la variante no californiana de la enfermedad. La genética moderna encuentra numerosos polimorfismos que permiten su identificación".

LA DOCENCIA UNIVERSITARIA
Alejandro Posadas, apenas graduado (julio de 1894) es designado médico interno del Hospital de Clínicas. Luego es nombrado primer disector en la Cátedra del Prof. González Catán.
En 1896 es nombrado profesor suplente de medicina operatoria. Su desempeño en el concurso fue brillante. El jurado estaba formado por Rafael Herrera Vegas, Luis Güemes, Ramaugé, Gandolfo, Alejandro Castro y Juan B. Justo. 
Primero fue la prueba práctica: ligadura de la arteria femoral en el canal de Hunter y desarticulación del hombro. Posadas operó con tal limpieza, precisión, rapidez y elegancia que impactó al jurado. En pocos minutos ambas operaciones habían quedado correctamente terminadas.
La teórica versó sobre resecciones óseas. Posadas demostró no sólo erudición y precisión de sus conocimientos, sino, además, dotes incomparables para la docencia. Su reputación quedó consagrada. Tenía 25 años.
Posadas se rodea de jóvenes ansiosos por aprender a su lado. Ya es visto como un maestro. Su actividad transcurre en la mañana en la sala de cirugía revisando, operando pacientes y enseñando con casos clínicos. Su claridad expositiva se acompañaba de los adelantos iconográficos de la época. 
En su disertación utilizaba ilustraciones por él realizadas, ya que era un eximio dibujante, unidos a proyecciones estereoscópicas a partir del registro fotográfico que llevaba de cada paciente, completado con dibujos a mano alzada, empleando tizas de colores, incentivando así el interés de los alumnos.
Fue un revolucionario de los métodos de enseñanza-aprendizaje.
Maestro único, según sus discípulos, adelantado a su tiempo; y hablando de sus discípulos, encontramos entre ellos a los futuros maestros: Pedro Chutro, José Arce, Enrique Finochietto y Rodolfo Rocccatagliata.
Posadas también, se ganó el respeto de las grandes figuras clínicas del momento: Luis Güemes y Abel Ayerza, quienes le derivaban sus pacientes para cirugías.
A tan temprana edad, ya es un maestro. Era minucioso, preciso, elegante y rápido. Era un obsesivo de la asepsia y, en cuanto a la técnica, cuando más sencilla mejor. Nada improvisaba. Todo estaba previsto, diseñado y ensayado en el anfiteatro de anatomía o, con animales de experimentación, en el laboratorio.
En 1898 es designado profesor suplente de Clínica quirúrgica. Operó casi siempre fuera de las líneas clásicas. Modificaba los métodos conocidos buscando su perfeccionamiento.
Mostró cualidades de técnico preciso y elegante.
Una gran preocupación de Posadas era la educación médica. Recién nombrado profesor suplente de Clínica quirúrgica se aboca de inmediato a dictar cursos de medicina operatoria y propone con energía y sin eufemismos la reforma de la enseñanza de esa materia. Decía Posadas, en sus obras completas y al referirse a las amputaciones subperiósticas: 
“La enseñanza que se hace hoy de la medicina operatoria en nuestra facultad es altamente defectuosa. LA ENSEÑANZA RUTINARIA Y CLÁSICA PUEDE TENER FUNESTAS CONSECUENCIAS EN LA CONDUCTA Y PREPARACIÓN DE QUIENES ESTÁN LLAMADOS MAÑANA A SER PARTES PRINCIPALES EN LOS ACTOS QUIRÚRGICOS. Subleva el pensar que, como consecuencia de los hechos que señalo, los operados por cirujanos de tal escuela quedan en condiciones sensiblemente inferiores a las que tienen todo el derecho a aspirar".

Hospital Nacional Prof. Alejandro Posadas - Buenos Aires - Argentina


POSADAS Y LA CINEMATOGRAFÍA
Fue pionero a nivel mundial y decididamente en Argentina en emplear, con fines de enseñanza quirúrgica, el cinematógrafo, recién inventado por los hermanos Lumière.
Las filmaciones fueron realizadas con un equipo Eglè del fabricante León Gaumont y estuvieron a cargo de Eugen Py.
Se conservan las primeras películas, que datan de 1898-1899 y en las que se pueden apreciar la elegancia y precisión de sus movimientos, interviniendo a un paciente con hernia inguinal y a otro con un quiste hidatídico de pulmón.
Según las cinematecas de París y Bruselas, son las primeras películas científicas en el mundo. 

POSADAS Y LA CIRUGÍA INFANTIL
Un capítulo aparte lo constituye su dedicación a los niños. 
En la Sala de Pediatría, a cargo del Prof. Blancas, en el Hospital de Clínicas, hace maravillas con su ciencia y su arte. Practica con entusiasmo toda la cirugía de la infancia, y costea de su propio peculio, no sólo el instrumental, sino todos los aparatos ortopédicos que necesitaban sus enfermos.
Posadas registró, entre 1901 a 1902, sus intervenciones quirúrgicas y las enfermedades de sus pacientes pediátricos, en un libro que estuvo en el Hospital de Clínicas hasta junio de 2017. Hoy se exhibe en el Museo Houssay de la Facultad de Medicina. Es voluminoso, pesa casi 10 kg.!, tiene 2000 páginas. 
Al mejor estilo Posadas, se detallan en él, en forma minuciosa, todos los datos de las historias clínicas. Además de consignar la anamnesis y el examen físico, lo documentaba con fotografías pre y post operatorias y de la radiología, ya que fue el primero en poseer su propio aparato de rayos X en un servicio hospitalario.
Él mismo obtenía las placas radiográficas y, en muchos casos, la microfotografía de la anatomía patológica. Se advierte allí su obsesivo espíritu científico y docente. Se complementa con la técnica quirúrgica llevada a cabo en cada caso y dibujos a mano alzada. 
Las fotografías son de excelente calidad.
En un año y medio, se consignaron 1771 pacientes! Hay que agregar, que aquí no se incluyen los pacientes adultos, que también atendía Posadas. 
Este libro, por una casualidad o designio, se interrumpe el mismo día de su muerte, el 21 de noviembre de 1902. Los registros correspondientes a fines de octubre y el resto de noviembre fueron asentados por sus ayudantes.
Podemos decir, casi como una afirmación, que es el verdadero iniciador de la Cirugía infantil argentina.
Es tan variada la patología, que prácticamente no hay enfermedad ni aparatos de nuestra economía, que escape a la atención de este insigne profesional.
Es recomendable su lectura, en especial de los numerosos casos que se describen. Entre otros: hidroceles sintomáticos, ectopias testiculares, extrofia de vejiga, hipospadias, epispadias, orquitis tuberculosas, fimosis, parafimosis, quistes hidatídicos de riñón, rupturas traumáticas de uretra, varicoceles y malformaciones de la vía urinaria. 
Se registra hasta un enterocele inguino-funicular de un niño de 3 años, residente en EE.UU., y que fue operado por Posadas (número 335). Según el Dr. Adolfo Venturini, el libro tiene 321 fotografías, 81 dibujos y 18 radiografías impresas en papel.

OBRAS COMPLETAS Y CIRUGÍA DE ADULTOS
En 1928, el gran cirujano, político, decano de la Facultad de Medicina, rector de la UBA, profesor y diplomático José Arce, recopiló las publicaciones de Posadas, con motivo del 25 aniversario de su fallecimiento.
En él encontramos desde sus trabajos de investigación clínica, que lo llevaron a descubrir la Coccidiodomicosis, a los 21 años de edad, hasta las más depuradas técnicas quirúrgicas para abordar los quistes hidatídicos, sobre todo los torácicos, creando la Toracoplastia transitoria, evitando el temido neumotórax y logrando la rápida recuperación del paciente. 
Con esta técnica se dice que Posadas se adelantó 25 años en la cirugía torácica.
Aquí encontramos una inusitada variedad de patologías e intervenciones quirúrgicas, como así también la esmerada pedagogía y la creatividad didáctica para la docencia universitaria.
Así, en 9 meses que estuvo a cargo del curso de clínica quirúrgica en el Hospital de Clínicas, en 1900, en reemplazo del Prof. Antonio Gandolfo, en una titánica tarea, presentaba 4 a 5 pacientes en una hora y luego realizaba las operaciones pertinentes.
A los estudiantes les entregaba el material impreso, con dibujos, por él realizados. Verdaderas obras de arte. Todo solventado a su propio cargo. 
Durante ese período se atendieron 1931 pacientes, fueron operados 1368, con sólo 13 fallecidos, tan solo el 0,95% donde se efectuaba cirugía mayor, con cloroformo y en la era pre antibiótica…(páginas 418 a 433). Además, se practicaron 14.000 curaciones!. 
Las patologías abarcan todo el espectro médico y las intervenciones van desde la neurocirugía a la cirugía vascular, ginecológica, traumatológica, gastroenterológica, plástica, urológica en niños y adultos.
Es de consignar que, respecto a las afecciones urológicas, se detallan: epididimitis tuberculosa, ectopia testicular, epiteliomas de pene, elefantiasis del escroto, extrofia de vejiga, epididimitis blenorrágica, fístulas uretro-perineales, fístulas rectovesicales, orquiepididimitis tuberculosa, litiasis renal, litiasis vesical, riñón flotante con hidronefrosis, rupturas renales, sarcomas renales, sarcoma testicular, varicocele, entre otras. 
En cuanto a las intervenciones documentadas figuran: la castración por arcoma, castración por orquitis tuberculosa, resección alta del escroto por varicocele, resección de la vaginal por paquivaginalitis hemorrágica, orquidopexia por ectopia testicular, amputación del pene por epitelioma, uretroplastia por hipospadias peneano, uretrotomía interna por estenosis blenorrágica, uretrotomía externa por estenosis y absceso urinoso, uretero-rectoanastomosis y extirpación de la vejiga por extrofia, entre otras.
En octubre de 1902, sintiendo el final de sus días debido a lo avanzado de su enfermedad tuberculosa, comienza a despedirse de sus discípulos. A todos les obsequia una foto con dedicatoria. 
En noviembre viaja a París, donde muere lejos de su tierra para evitar el sufrimiento a sus familiares y amigos, el 21 de noviembre de 1902.
El Aula Magna del Hospital de Clínicas de Buenos Aires lleva su nombre, como un justo homenaje al gran médico, profesor y fiel representante de la Universidad de Buenos Aires. 
Allí se colocó, el 21 de noviembre de 2002, al cumplirse los 100 años de su desaparición física, una placa que resume, en una apretada síntesis, su figura y personalidad:

• INVESTIGADOR Y CIRUJANO EJEMPLAR
• MAESTRO DE MAESTROS
• ARQUETIPO MORAL

* Prof. Dr. Roberto Héctor Iermoli - Revista Médica Universitaria - Universidad de Cuyo - Argentina 2021

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