Nació el 8 de julio de 1929 en Buenos Aires, Argentina.
Casado con Estela Palacios, tenía cinco hijos y 17 nietos.
Tras recibirse de médico en 1952 en la Universidad de Buenos Aires.
Ese mismo año ingresó en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y dos años después se incorporó al servicio de endocrinología de ese hospital, con la dirección del doctor Martín Cullen.
Se especializó en endocrinología infantil en el John Hopkins Hospital de EE.UU. desde 1959 a 1961 con una beca de investigación del CONICET (PK).
Trabajó en la división de Endocrinología del Hospital de Niños de la Ciudad de Buenos Aires, siendo nombrado Jefe de la misma en 1973 y a lo largo de 25 años.
Como secretario de la Fundación de Endocrinología Infantil (FEI), Bergadá propició la formación de médicos del interior en esta materia y creó filiales de esa fundación en hospitales de niños de Córdoba, Tucumán, Mendoza y Rosario.
Ese mismo año asumió como Director del Centro de Investigaciones Endocrinológicas (CEDIE).
En 1991 fue elegido Profesor Titular de Endocrinología de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador y Decano de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
Fue también el primer decano de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, entre 1996 y 2002, e impulsó su hospital universitario en Pilar.
Fue Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Investigación Pediátrica, Secretario General de la Sociedad Latinoamericana de Endocrinología Pediátrica y Miembro Activo de la American Endocrine Society.
Premio Konex 1993. Jurado Premios Konex 2003.
Múltiples temas atrajeron su mirada, como el hipotiroidismo, la baja estatura, el retardo del crecimiento, la prevención de enfermedades discapacitantes.
Ya en el hospital Hopkins, publicó trabajos con hipótesis originales sobre las anomalías de diferenciación sexual. Con conocimiento de causa, Bergadá advirtió sobre el efecto de confusión que podía causar el enfoque de algunos planes de educación sexual.
No era un científico frío, tenía cariño por los niños y estimaba que no podían ser sujeto de experimentos de dudoso resultado.
Requerido por sus conocimientos, su experiencia y su sabiduría, al morir presidía el comité científico de Qualitas e integraba la comisión asesora de la Fundación Oftalmológica Argentina.
Falleció el 8 de abril de 2005.
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