Andrea Verga no es un nombre famoso en el campo de la neurociencia, pero contribuyó a él con importantes observaciones anatómicas y estudios psiquiátricos. Verga aportó pruebas experimentales de una formación ventricular que ahora lleva su nombre, el cavum Vergae, un espacio inconstante entre el cuerpo calloso y la comisura fornicis subyacente. También reconoció la fisura fronto-parietal superior paralela a la fisura interhemisférica, a veces denominada fisura de Verga. También realizó varios intentos de esbozar las características del cuerpo geniculado y de varios huesos craneales.
En psiquiatría, acuñó varios términos que aún forman parte de la nomenclatura psiquiátrica: claustrofobia, acrofobia (miedo a las alturas) y rupofobia (miedo a la suciedad).
De hecho, escribió la primera publicación italiana enteramente dedicada a la psiquiatría en 1864, y también fundó una sociedad italiana de enfermedades mentales en 1873.
Verga nació el 20 de mayo de 1811 en Treviglio, una pequeña ciudad de Lombardía, Italia, segundo hijo de Giosuè y Donatilla Carcano. Su familia pretendía que ingresara en el sacerdocio, pero tras un periodo de estudios clásicos se decidió por una carrera médica y académica.
Verga se licenció en la Universidad de Pavía en 1832 y, debido a sus conocimientos médicos, fue elegido para trabajar con Bartolomeo Panizza (1785- 1867), en fisiología y anatomía.
Al principio de su carrera contrajo una grave infección ocular y perdió la vista de un ojo. Gracias al estímulo de Panizza, no llevó a cabo su plan de abandonar la práctica médica y la investigación académica.
En 1848 se trasladó a Milán e inició su carrera en el tratamiento de enfermedades mentales asumiendo la dirección del manicomio de Senavra.
En esa institución psiquiátrica prosiguió su labor anatómica, como haría Golgi unas décadas más tarde.
En 1849-1850, tras el cierre de la Universidad de Pavía, enseñó anatomía humana en la recién creada escuela de medicina, cirugía y farmacia en el Ospedale Maggiore.
En el verano siguiente de 1850, el mismo hospital lo envió a visitar manicomios en Suiza y otros países europeos para estudiar su organización y evaluar una reforma del Senavra. Su experiencia como director de manicomios lo convenció cada vez más de la necesidad de reorganizar los manicomios italianos, transformándolos en verdaderas herramientas para el tratamiento de la locura y en centros de investigación y enseñanza para la naciente psiquiatría, que todavía no encontraba espacio en las universidades.
En 1851 escribió una breve carta a Ercole Ferrario, un colega anatomista, sobre su descubrimiento de una cavidad ventricular particular. Afirmaba: "...un día, mientras examinaba el cerebro de una niña fallecida como consecuencia de una hidrocefalia, encontré esa parte de materia cerebral que une el cuerpo calloso con la bóveda de los tres pilares (los pilares posteriores divergentes del fórnix) y que sirve también de divisor a los ventrículos cerebrales... Repetí la observación en otros cerebros y aunque la excesiva blandura o el examen apresurado de éstos me ha impedido hacer un examen cuidadoso, siempre encontré la presencia de la mencionada cava más o menos evidente".
Verga afirmó que la cavidad sólo se encuentra en la especie humana (a excepción del cerebro de vaca).
Participó en los congresos de científicos italianos. Durante la convención de Milán de 1844, participó en las Noticias naturales y civiles sobre la Lombardía de Carlo Cattaneo (cuyo segundo volumen nunca salió).
En 1852 decidió enriquecer la Gazzetta Medica con un apéndice psiquiátrico, que se convirtió en el primer periódico italiano dedicado expresamente a esta disciplina. En este período fue nombrado director del Ospedale Maggiore, donde se distinguió por las reformas del servicio médico-quirúrgico en su conjunto y por la promoción de los estudios anatomopatológicos.
En 1864, Verga transformó el apéndice psiquiátrico en una revista independiente, el Archivo Italiano de enfermedades nerviosas y más particularmente de locuras mentales, dirigiéndolo junto con sus amigos y colegas Cesare Castiglioni y Serafino Biffi.
Escribió sus creencias sobre los Stabilimenti Pei Pazzi, asunto que trató previamente en la Gazzetta Medica de Milán con el título de Notas históricas sobre los establecimientos de los locos en Lombardía.
Aunque se adhirió a los ideales del "Risorgimento", no participó en los Cinco Días de 1848 en el recién liberado Milán, pero aun así fue nombrado director del asilo público de la Senavra por el gobierno provisional.
Tras fundar en 1874 la Sociedad de Patronato de los Locos Pobres de la Provincia de Milán, el 16 de noviembre de 1876 fue nombrado senador, a propuesta de su amigo Correnti y con el apoyo del presidente del Consejo de Ministros Agostino Depretis.
En el Parlamento se comprometió a apoyar el proyecto de ley sobre los asilos y los alienados y a votar en 1888 la abolición de la pena de muerte.
Presente en muchas de las instituciones políticas, culturales y científicas de Milán, Verga fue durante mucho tiempo consejero provincial (1867-1889), consejero municipal (1876-1889), miembro de la Comisión de Sanidad Municipal (1882-1888) y, en materia del Instituto Lombardo de Ciencias, Letras y Artes, fue vicepresidente de 1855 a 1857 y presidente en los años 1857-1858 y 1864-1865.
Luego, cuando en 1892 el Archivo Italiano de Enfermedades Nerviosas se fusionó con la Revista Experimental de Freniatria, fundada en Reggio Emilia por Carlo Livi en 1875, Verga, que ya tenía ochenta años, pasó el testigo al sucesor de Livi, Augusto Tamburini.
En los últimos años de su vida estudió la fisiología de la vejez y en 1895 fundó un Fondo de Ayuda para los alienistas pobres y sus familias.
Andrea Verga murió en Milán el 21 de noviembre de 1895.
* S. Zago y Chiara Randazzo - Journal of Neurology - 2006
* Ciencia